Los jóvenes preguntan...
¿Cómo puedo prepararme para el mundo laboral?
“ME ASUSTA y emociona a la vez”, dijo una joven de dieciséis años llamada Maureen cuando se le preguntó cómo se sentía ante la perspectiva de entrar algún día en el mundo laboral. Es normal que te sientas algo nervioso cuando piensas en tener que buscar un empleo, aun cuando desees tenerlo. Un joven llamado René dijo poco antes de dejar la escuela: “Después de doce años de tener que aguantar la escuela, trabajar será un placer”.
Pero no importa cuáles sean tus sentimientos, lo más probable es que algún día tengas un trabajo. Por eso, ¿cómo puedes prepararte para ese momento? La escuela te proporciona la oportunidad de cultivar buenos hábitos, como la puntualidad. Además, los jóvenes que aún van a la escuela pueden adquirir experiencia trabajando algunas horas. No obstante, a fin de que te prepares para el mundo laboral, es muy importante que examines con detenimiento las especialidades que escoges en la escuela.
Un punto de vista equilibrado sobre el empleo
Primero has de determinar qué quieres conseguir de tu empleo. Algunos jóvenes solo se preocupan del sueldo. No hay duda de que “el dinero es para una protección” y es importante (Eclesiastés 7:12), pero la Biblia dice con acierto que “hasta cuando uno tiene en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee”. (Lucas 12:15.) Las autoras del libro Yes—I Can! (¡Sí, puedo!), Barkai, Barkai y Yeo, aconsejan: “No caigas en la trampa de buscar solo grandes compensaciones económicas”. Y añaden: “Igual de importante para tu felicidad futura es que te sientas feliz en tu trabajo”. Paulo, de diecisiete años, mostró que tenía un punto de vista equilibrado cuando dijo: “Me contentaría con ganar el sustento y disfrutar de lo que hago”.
No obstante, si eres cristiano, has de tomar en consideración otros aspectos. Ni siquiera el empleo más remunerador e interesante satisfará tu necesidad espiritual. Al fin y al cabo, ‘todo el deber del hombre es temer al Dios verdadero y guardar sus mandamientos’. (Eclesiastés 12:13.) El mandato que Dios da a los cristianos es ‘hacer discípulos’, por lo que muchos jóvenes testigos de Jehová hacen planes para ser precursores, evangelizadores de tiempo completo. (Mateo 28:19, 20.) Shulamite, una joven sudafricana que tomó esa decisión, explica que ‘le reporta gran satisfacción ayudar a saciar la necesidad espiritual de las personas’.
Quizás tú también desees participar en el ministerio de tiempo completo. No obstante, tendrás que ganarte el sustento, y es posible que en un futuro debas mantener a una familia. Por otra parte, las circunstancias tal vez no te permitan ser precursor y te veas obligado a buscar un empleo de jornada completa. En cualquier caso, ¿no desearías encontrar un empleo que te permitiera dedicar el mayor tiempo posible al servicio de Dios? Eso dependerá en gran parte de las especialidades que escojas en la escuela.
Escoge las asignaturas adecuadas
En algunos países los jóvenes pueden escoger entre seguir una educación académica, una educación empresarial, una educación técnica o una profesión. Por eso sería sensato que tuvieras en cuenta qué tipos de trabajo se necesitan en el lugar donde vives, así como que evaluaras tus aptitudes e intereses. ¿Cómo? Puedes hacer una lista de lo que te interesa y se te da bien. ¿Son las matemáticas? ¿La informática tal vez? ¿O quizás la mecánica del automóvil? Incluye tus aficiones y otros intereses. Esto te proporcionará al menos una idea del tipo de trabajo que más te conviene y de las especialidades que te conducen a ese fin. El que hables con tus padres u otros cristianos maduros también te ayudará a evaluar tus aptitudes e inclinaciones de forma realista. (Compárese con Proverbios 15:22.)
Por ejemplo, ¿eres una persona sociable? En ese caso quizás debas pensar en asignaturas que te permitan encontrar trabajo en ventas u otros campos que requieran una relación directa con la gente. Por otra parte, si se te da bien trabajar con las manos, puedes pensar en aprender un oficio. De todos modos, muchos evangelizadores de tiempo completo se mantienen gracias a las destrezas que empezaron a aprender en la escuela secundaria. Algunos han encontrado un trabajo por horas en la construcción, reparación de electrodomésticos, carpintería, manualidades hechas en casa, tratamiento de textos o trabajo administrativo.
A una joven de Colombia llamada Dámaris le bastó con aprender mecanografía y contabilidad. Consiguió un trabajo por horas como secretaria que le permitió seguir con su carrera de evangelizadora. Algunos cristianos han podido ganarse el sustento trabajando en limpieza, jardines y otros lugares.
Si tienes pocas opciones
Sin embargo, no todas las escuelas ofrecen una preparación laboral adecuada, y algunas ni siquiera enseñan a sus alumnos a leer y escribir bien, por lo que hay zonas en las que quizás sea necesario cursar otros estudios para conseguir casi cualquier empleo. En tal caso, podrías investigar si donde vives existen programas de enseñanza o de aprendizaje en el mismo trabajo. Otra posibilidad pudiera ser hacer un cursillo de una profesión que tenga demanda. Algunos han hecho tales cursillos mientras seguían como evangelizadores de tiempo completo.
Los jóvenes de los países en desarrollo quizás encuentren que tienen muy pocas posibilidades de elección. A Katiti, un joven de una población rural del sur de África, no le quedó más remedio que escoger Latín, Matemáticas y Física, aunque estas asignaturas eran de poco valor en el mercado laboral. Sin embargo, consiguió un empleo. ¿Cómo? Adaptando sus destrezas a las necesidades locales. Cuando terminó sus estudios, se ganó el sustento cultivando y vendiendo verduras, tejiendo bufandas y gorros de lana y hasta distribuyendo medicinas registradas en zonas rurales. Gracias a que la escuela le había enseñado a expresarse bien, pudo desenvolverse en todas esas ocupaciones.
El libro Choosing Your Career and Your Higher Education (Cómo escoger una carrera y educación superior) indica que la capacidad de “comunicarse, entender y ser entendido es de gran importancia” en el lugar de trabajo. Saber expresarse es necesario en la mayoría de los campos, tanto en los técnicos como en los comerciales y académicos. Por eso, si no puedes estudiar un oficio en tu escuela, esfuérzate por aprender a escribir, hablar y escuchar bien. La impresión que causes a un posible patrono dependerá mucho de tu capacidad para expresarte, y pudiera ser el factor decisivo para conseguir el empleo que deseas. Muchos jóvenes testigos de Jehová han mejorado su expresión al participar en la Escuela del Ministerio Teocrático en la congregación cristiana.
Hay que sacrificar algo
El libro Your Child at School (Su hijo en la escuela) dice: “No todos somos iguales”. Algunos se inclinan por la mecánica, a otros se les dan bien las disciplinas académicas, mientras que hay quienes están dotados con talento y habilidad en el campo de la música, el arte o el atletismo. No obstante, una cosa es ser dibujante publicitario o profesor de Música para ganarse el sustento y otra ir tras la riqueza y la fama en estos campos, lo que puede poner en peligro la espiritualidad del cristiano. Además, puesto que estas carreras dejan poco tiempo para las actividades cristianas, como la asistencia a las reuniones y la predicación, ¿sería sensato dedicar años para conseguir esa educación y después perfeccionarse para tener éxito? (1 Corintios 7:29.)
Un joven testigo llamado Philip intentó seguir una prometedora carrera como tenista. “Finalmente —confiesa— tuve que escoger entre el cristianismo y el tenis. Sencillamente no tenía suficiente tiempo para dedicarme de toda alma a ambas cosas. Decidí dejar el tenis, y aunque al principio fue difícil, nunca lo he lamentado.”
El apóstol Pablo tomó una decisión similar. Aunque le educaron en la Ley, escogió seguir el ministerio cristiano y ganarse el sustento haciendo tiendas de campaña. (Hechos 18:3; 22:3.) Sin embargo, no lamentó su elección, pues dijo: “Cuantas cosas eran para mí ganancias, estas las he considerado pérdida a causa del Cristo. [...] He sufrido la pérdida de todas las cosas y las considero como un montón de basura, a fin de ganar a Cristo”. (Filipenses 3:7, 8.)
Puede que tú tengas que hacer una selección similar. En lugar de perfeccionar tus aptitudes académicas, musicales o artísticas, quizás decidas cultivar tu espiritualidad. Eso podría significar que tuvieras que aprender algún oficio o tipo de trabajo que fuera poco atractivo para la mayoría. A veces se puede aprender un oficio trabajando con los padres, quizás carpintería, fontanería u otros similares.
Sin importar lo que decidas, piensa en tu futuro. Escoge las asignaturas con cuidado y sensatez, y con la ayuda de Dios estarás bien preparado para el mundo laboral.
[Fotografía en la página 26]
Muchos se ganan el sustento gracias a lo que aprendieron en la escuela