De nuestros lectores
Ayuda para los moribundos Gracias por los artículos sobre “Ayuda para los moribundos” (22 de octubre de 1991). A mi hermana se le descubrió un tumor cerebral, y el médico nos dijo que podía hacer una de dos cosas: prolongarle la vida [utilizando tratamientos médicos extraordinarios] o permitir que la enfermedad siguiese su curso. Fue una decisión difícil de tomar, pero finalmente optamos por la segunda opción. Tras su muerte empecé a experimentar la sensación de que habíamos pecado, por eso me sentí tan aliviada cuando leí los artículos. ¡Muchísimas gracias por proporcionarnos consuelo y ayuda en el momento preciso!
A. L. M. A., Brasil
Familias: Únanse Solo queríamos expresarles nuestro agradecimiento por la serie de artículos “Familias: Únanse antes de que sea demasiado tarde” (22 de septiembre de 1991), tan magníficamente redactados. Como acabamos de ser padres de un hermoso niño, nos encantaron los comentarios personales que hicieron padres de distintas partes del mundo sobre la crianza de los hijos. Esperamos y oramos que nosotros también podamos criar a nuestro hijo “en la disciplina y regulación mental de Jehová”. (Efesios 6:4.)
R. S. y J. L. S., Estados Unidos
Hacía ya algún tiempo que deseaba decirles lo mucho que me gustan sus artículos, pero después de leer el número que trataba sobre cómo fortalecer los vínculos familiares, no he podido demorar más el escribirles para darles las gracias. Di a luz hace unos meses, y mi esposo y yo nos esforzaremos al máximo por aplicar estas sugerencias.
S. D., Italia
Lectura Soy joven y me gusta mucho leer. Lo que sucede es que no siempre comprendo lo que leo y tiendo a pasar por alto las palabras difíciles. El artículo “Lea para ampliar sus horizontes” (22 de julio de 1991) me ayudó a mejorar en este aspecto.
A. R. B., Brasil
Durante años he tratado de leer todos los números de La Atalaya y ¡Despertad!, pero aunque me había hecho un horario que incluía dicha lectura, no lo conseguía. Su artículo me ayudó a darme cuenta de que mi problema consistía en mis hábitos de lectura deficientes. Agradezco las sugerencias sobre cómo mejorar la lectura.
A. K. F. M., Brasil
Hospitalización Permítanme un comentario sobre la serie de artículos titulada: “Hospitalización. ¿Qué entraña para usted?” (8 de marzo de 1991). El año pasado fui hospitalizada cuatro veces. Me sentí indefensa y sin protección. Si preguntaba algo acerca de mi estado, el tipo de tratamiento y los efectos secundarios de los medicamentos, los médicos lo interpretaban como una muestra de falta de confianza. Hasta me decían: “Usted no tiene por qué estar aquí. Puede irse a casa”.
R. A., Checoslovaquia
No en todas partes se reconocen los derechos de los pacientes, si bien dicho reconocimiento se está alcanzando rápidamente. Los testigos de Jehová han creado comités de enlace con los hospitales, que ya han conseguido cierto éxito en lograr la cooperación de los médicos. No obstante, en aquellos lugares en los que todavía no se respetan los derechos de los pacientes, cada uno podría mejorar su situación desarrollando una relación de cooperación y comprensión con el médico antes de que sea necesario el ingreso en un hospital. Siempre es positivo que el cristiano trate al personal médico de manera amable y respetuosa.—La dirección.
Cómo evitar el hostigamiento Me gustó mucho el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Qué puedo hacer para que me deje en paz?” (22 de mayo de 1991). Aunque el artículo iba dirigido sobre todo a las chicas, nosotros también podemos beneficiarnos de su contenido. Hace poco afronté una situación similar, pues una muchacha me inducía a poner en peligro mi amistad con Dios. Su artículo llegó en el momento oportuno y me ayudó a tratar la situación.
E. K. O., Ghana
En el número del 8 de octubre de 1991 se dieron sugerencias específicas para los muchachos que afrontan tales situaciones.—La dirección.