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  • La zahoría, ¿ciencia u ocultismo?

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  • La zahoría, ¿ciencia u ocultismo?
  • ¡Despertad! 1992
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  • ¿Es científica?
  • ¿Es un engaño?
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  • La conexión oculta
  • ¿Debería un cristiano tener algo que ver con la zahoría?
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¡Despertad! 1992
g92 22/4 págs. 12-16

La zahoría, ¿ciencia u ocultismo?

“¡SORPRENDENTE!”, exclamó un granjero del medio oeste de Estados Unidos. La rama de un árbol daba tirones y se torcía con violencia en sus manos. Hincó las uñas en la corteza para mantenerla sujeta, pero la fuerza que la atraía hacia el suelo era intensa. “Me dejó incluso trozos de corteza en las manos”, dijo atemorizado con voz entrecortada. Aún se sorprendió más cuando poco después encontró agua tras cavar en el lugar exacto que la rama había señalado. ¿Qué había sucedido?

El granjero estaba practicando lo que se denomina zahoría, rabdomancia o radiestesia. El zahorí suele pasearse con una rama en forma de horquilla en las manos en busca de agua. La vara puede empezar de repente a comportarse de manera irregular. Algunas varas dan tirones hacia el suelo o saltan hacia arriba, incluso le dan al zahorí en la cara o en el pecho, mientras que otras casi no se mueven. En cualquier caso, el zahorí siente que hay agua subterránea. Esta actividad se practica por todo el mundo. Según cálculos, tan solo en Estados Unidos la practican unos veinticinco mil zahoríes.

¿Es científica?

¿Hay algún principio científico que explique la zahoría? Esta ha sido por mucho tiempo una pregunta polémica. Hace más de setenta años la revista La Atalaya razonó de esta manera: “No quisiéramos pasar por alto ninguna de las leyes de la naturaleza, pero parece muy extraño que un hilo de agua que esté a quince o veinte pies [5 ó 6 metros] de profundidad tenga la suficiente fuerza magnética para doblar una rama de sauce, cuando un arroyo lleno de agua no afecta de ningún modo a esta misma rama. [...] Por lo tanto, tiene que haber algo más que solo el funcionamiento de leyes naturales”.

No obstante, muchos zahoríes insisten en que la zahoría es una ciencia. Es más, la Sociedad Americana de Zahoríes se autodefine como “una sociedad científica y educativa no lucrativa”. En el transcurso de los años, no pocos científicos han invocado alguna nueva rama de la ciencia para explicar esta actividad. En el siglo XVIII se explicó que la zahoría se originaba por las “emanaciones” de partículas atómicas, en el siglo XIX se pensó que la causaba la electricidad y en nuestro siglo se ha hablado de todo, desde la radiactividad hasta el electromagnetismo y la psicología humana.

En una fecha más reciente, 1979, la prestigiosa revista New Scientist publicó algunas teorías sobre la zahoría que también parecían plausibles. Un experto en la conservación de la energía y un geólogo especularon con la idea de que el mismo cuerpo humano podía ser supersensible a sutiles cambios eléctricos, magnéticos o electromagnéticos causados por aguas o minerales subterráneos.a

No obstante, estas teorías no han convencido a la generalidad de los científicos. De hecho, E. Z. Vogt y L. K. Barrett, científicos de la universidad de Harvard, descartaron la validez científica de la zahoría de la siguiente manera en The Encyclopedia Americana: “Las pruebas controladas en el campo y en el laboratorio no han podido establecer la validez de la zahoría, que desde un punto de vista científico tiene poca base”. En noviembre de 1990, varios zahoríes se sometieron a 720 experimentos en Kassel (Alemania). Aunque concordaron con las condiciones de las pruebas y esperaban tener éxito, fallaron; detectaron agua y metales subterráneos solo algunas veces y por casualidad. La revista mensual Naturwissenschaftliche Rundschau llegó a la conclusión de que cuando la zahoría se pondera científicamente, es tan confiable como “echar una moneda al aire”. Otros experimentos como estos han terminado de manera similar.

Los zahoríes explican sus fallos en términos extraños. Algunos se quejan, por ejemplo, de que las pruebas les hacen dudar de su capacidad o de que les hacen buscar con un motivo impropio o no suficientemente serio, factores por los que, según ellos, pierden temporalmente sus poderes. De hecho, algunos han comprobado que después de una vida de practicar la zahoría con éxito, sus poderes se han desvanecido de repente o los han confundido cuando han tenido que demostrar lo que en realidad son capaces de hacer. Por lo tanto, han llegado a la conclusión de que la fuerza que está tras la zahoría tiene un perverso sentido del humor.

¿Le suena eso a ciencia? A decir verdad, las fuerzas naturales (las que los métodos científicos pueden medir) no tienen sentido del humor, ni perverso ni de ningún otro tipo; tampoco son caprichosas. Son constantes. No fluctúan según el ánimo, estado mental ni motivos de quienes las prueban o miden. Por ello, la mayoría de los científicos creen que la zahoría es solo una superstición. Algunos zahoríes eminentes han admitido incluso que esta práctica no se puede atribuir a ninguna fuerza conocida por la ciencia.

¿Es un engaño?

¿Significa el que no haya explicación científica que todos los casos informados de zahoría son o notables coincidencias o rotundos engaños? ¿Qué hay de la experiencia del granjero narrada al principio? ¿Fue una coincidencia, un caso aislado?

En realidad, la zahoría ha suministrado innumerables casos bien atestiguados. Por ejemplo, una mujer de Vermont llamó a un zahorí cuando se cortó el suministro de agua a su casa. Al parecer, se había producido una fuga en una tubería larga que llevaba el agua desde un manantial distante. La mujer ni siquiera sabía dónde estaba la tubería, que había sido enterrada unos treinta años antes, y mucho menos por dónde se había roto. El zahorí preguntó a su vara mentalmente (no audiblemente), y esta empezó a moverse sobre cierto lugar. A 15 centímetros de ese punto se encontró la fuga de la tubería.

El caso más famoso probablemente sea el del conocido zahorí americano Henry Gross. Los geólogos estaban convencidos de que no se podía encontrar agua dulce en el subsuelo de las Bermudas. The Saturday Evening Post informó: “Gross desplegó un mapa de las Bermudas en casa [del novelista Kenneth] Roberts, en Kennebunkport (Maine), pasó su vara por encima de él y señaló tres lugares donde se podía encontrar agua dulce [...]. Para comprobar sus hallazgos, Gross y Roberts volaron a las Bermudas, convencieron al gobierno de que les suministrara el equipo de perforación y se pusieron a trabajar. Unos cuantos meses más tarde, en abril de 1950, los tres pozos empezaron a dar agua, como Gross había predicho”.

Los zahoríes dicen que han encontrado agua para miles de pozos. Los relatores han acompañado a los zahoríes, han visto que las varas daban tirones tan violentos que producían ampollas en las manos de sus dueños e incluso han oído a los zahoríes predecir a qué profundidad está el agua. Han visto cavar los pozos y han verificado las predicciones. Aunque la ciencia no puede explicar estos fenómenos, no hay duda de que se producen, al menos algunas veces y en el caso de algunas personas. ¿Cuál es la explicación?

Un caso revelador

La historia de la zahoría es muy reveladora a este respecto. Es posible que se haya practicado por miles de años. Sin embargo, cuando el médico del siglo XVI Georgius Agricola escribió su obra principal sobre la minería, De Re Metallica, se registró la primera descripción detallada de esta práctica. Los mineros alemanes la utilizaban para hallar yacimientos minerales. Pero incluso en aquel tiempo se suscitó la controversia de si la zahoría era un fenómeno natural u ocultista. Agricola escribió que las objeciones de algunos se debían a que “las varas no se mueven en manos de cualquiera, sino solo [...] en manos de los que usan sortilegios y artimañas”. Cuando la zahoría se extendió por Europa, la controversia se esparció con ella. Martín Lutero la condenó, y lo mismo hicieron más tarde otros líderes religiosos. Para apaciguar a estos clérigos, muchos zahoríes bautizaron sus varas e invocaban a su Dios trinitario cuando ejercían sus poderes.

A muchos no les bastó con buscar agua y depósitos minerales. Dieron cada vez más usos a su vara. En Francia, en el siglo XVII, Jacques Aymar empezó a utilizar la zahoría ¡para encontrar a criminales! Se cuenta que cierto día en que estaba buscando agua, su vara empezó a dar tirones sobre la tumba de una mujer que había sido asesinada, para a continuación señalar al marido de la difunta, quien huyó inmediatamente. Aymar —al igual que muchos que siguieron su ejemplo⁠— usó la vara de zahorí para descubrir a criminales por toda Europa. Católicos exaltados incluso le contrataron para que les ayudara con su vara a descubrir a los protestantes con el fin de aniquilarlos.

La conexión oculta

No nos sorprende que incluso en los tiempos de Aymar hubiera “expertos” que pensaran que podían explicar científicamente estos hechos. Teorizaban que la vara de zahorí de Aymar recogía misteriosas “emanaciones” típicas de los asesinos, a las que llamaron “materia asesina”. Es obvio que las hazañas de Aymar tenían poco que ver con la ciencia. La fuerza que estaba detrás de lo que Aymar hacía era inteligente. Podía identificar a criminales y diferenciar a protestantes de católicos, así como también encontrar agua y minerales.

De igual manera, ¿cómo podría algo que no fuera una fuerza inteligente explicar la zahoría cartográfica, cuando la vara señala fuentes de agua en un simple mapa de un lugar lejano? Algunos zahoríes han encontrado carteras, pasaportes, joyas y hasta a personas que se habían perdido, con solo practicar la zahoría con un péndulo sobre un mapa. Algunos esperan que el instrumento utilizado responda a preguntas cuya respuesta sea sí o no. En la década de los sesenta, los marines americanos utilizaron varas de zahorí para localizar túneles, minas y trampas explosivas en Vietnam. Actualmente, la vara de zahorí es un instrumento cada vez más popular en el campo de las experiencias paranormales. Se utiliza para predecir el futuro, buscar ‘fantasmas’ e investigar ‘vidas pasadas’.

El autor Ben G. Hester en un tiempo estuvo convencido de que la zahoría no era más que un ‘fenómeno físico que aún no se entendía’. Pero después de ocho años de investigaciones, escribió el libro Dowsing—⁠an Exposé of Hidden Occult Forces (La zahoría, una denuncia de escondidas fuerzas ocultas). En él se compara la vara de zahorí con instrumentos como las tablas Ouija. El autor también descubrió que algunos zahoríes dicen que pueden curar —o enfermar⁠— a la gente con su vara. Del mismo modo, el zahorí Robert H. Leftwich escribió en su libro Dowsing—⁠The Ancient Art of Rhabdomancy (La zahoría, el antiguo arte de la rabdomancia): “Las energías que se requieren probablemente pertenecen a poderes que [...] están estrechamente aliados con quienes practican la brujería. La experimentación sin cuidado, por lo tanto, puede ser peligrosa”.

Lo antedicho resulta sospechoso para los verdaderos cristianos. Está claro que la zahoría en los casos antes expuestos, ya sean reales o fraudulentos, no es científica; parece ocultismo. Como resumieron los científicos Evon Z. Vogt y Ray Hyman en su libro Water Witching U.S.A. (Radiestesia en E.U.A.), “por lo tanto, llegamos a la conclusión de que la radiestesia [zahoría] es un caso claro de adivinación mágica”.

¿Debería un cristiano tener algo que ver con la zahoría?

Por supuesto, si la zahoría es adivinación, el cristiano verdadero no querrá tener nada que ver con ella. Al pueblo de Dios se le mandó lo siguiente, según leemos en la Biblia, en Deuteronomio 18:10: “No debería hallarse en ti [...] nadie que emplee adivinación, practicante de magia ni nadie que busque agüeros ni hechicero”. El profeta Oseas se lamentó de que los israelitas no observaran este mandato, y dijo: “Mi pueblo consulta a sus ídolos de madera; por medio de varas practica la adivinación”. (Oseas 4:12, Versión Popular.)

Puede que algunos aleguen que solo participan en la forma más simple de la zahoría, la búsqueda de agua. Pero, ¿está la búsqueda de agua libre de conexión con el ocultismo? Es interesante notar que los instructores zahoríes suelen enseñar a sus estudiantes que digan directamente a la vara lo que buscan, como si fuera una entidad inteligente. Un instructor zahorí incluso dice a los estudiantes que le pongan nombre a la vara y se dirijan a ella por su nombre. Los zahoríes suelen preguntar a sus varas a qué profundidad está la fuente de agua. La vara empieza a moverse, y el zahorí cuenta el número de movimientos, que equivale a la profundidad del agua en metros. ¿No dan a entender estos hechos que hay una inteligencia oculta tras ellos?

Además, la zahoría está relacionada con otra práctica que los testigos de Jehová han evitado por tiempo: la percepción extrasensorial. La Atalaya ya señaló esta relación en 1962. Poco después, la Sociedad Americana de Zahoríes respondió con esta carta: “Estamos de acuerdo con la teoría de que la zahoría es una forma de percepción extrasensorial y que participar en cualquier forma de percepción extrasensorial puede llevar a la ‘posesión’ o a tener relación con ‘fuerzas espirituales inicuas’, a menos que se tomen las debidas precauciones. Sin embargo, no concordamos con su consejo dogmático de evitar por completo la práctica”.b

¿Qué piensa usted? Si hasta los más fervientes defensores de la zahoría admiten que conlleva el riesgo de tener relación con fuerzas espirituales inicuas o hasta de ser ‘poseído’, ¿no debería el cristiano abstenerse de tal práctica?

“¿Pero no logra mucho bien la zahoría?”, pudieran preguntarse algunos. “¿No es eso prueba de que hay una fuerza benévola tras la zahoría?” Tristemente, no. Recuerde, “Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz”. (2 Corintios 11:14.) En tiempos bíblicos los demonios a veces también intentaron ganarse la confianza de la gente y conseguir influencia diciendo verdades. (Hechos 16:16-18.)

Admitimos que no es posible afirmar de manera dogmática que todos los casos de zahoría (así como de percepción extrasensorial) carecen de explicación científica y son atribuibles a los demonios. No cabe duda de que a la ciencia aún se le escapan muchos aspectos de la mente humana y de las fuerzas de la naturaleza. Y tampoco cabe duda de que muchos casos de zahoría y percepción extrasensorial no son más que puros fraudes a la vieja usanza. Pero como la historia y la práctica actual de la zahoría están tan entrelazadas con el ocultismo, la percepción extrasensorial y el espiritismo, está claro que es demasiado peligrosa como para considerarla una habilidad inofensiva.

Por el contrario, el consejo “dejen de tocar la cosa inmunda” aún parece apropiado con respecto a la zahoría. (2 Corintios 6:17.)

[Notas a pie de página]

a Una de estas teorías se expuso en el número del 8 de noviembre de 1979 de la revista ¡Despertad!

b Un informe extenso sobre la zahoría publicado en 1989 en la revista The New Yorker señaló que en la actualidad incluso los zahoríes americanos más conservadores reconocen, tácitamente, que tras la zahoría está la percepción extrasensorial.

[Reconocimiento en la página 12]

Xilografía de un zahorí del libro De Re Metallica, de Georgius Agricola

[Recuadro en la página 15]

¿Es una vara de zahorí?

LAS varas de zahorí tienen hoy muchas formas, además de la rama en forma de horquilla. Algunos zahoríes utilizan un par de varillas de metal que forman una cruz cuando “detectan” el material deseado. Otros sostienen en las manos un bastón arqueado. Los hay que emplean colgadores metálicos. Y algunos no utilizan ningún instrumento; simplemente esperan a tener una sensación de náuseas o de hormigueo en las manos. Existen también en el mercado muchas varas sofisticadas con mangos y una cámara donde colocar una muestra del material que se pretende encontrar. Por supuesto, también hay auténticos detectores de metales. Estos suelen funcionar con pilas y se distinguen fácilmente de las varas de zahorí.

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