Agua que mata
INVESTIGADORES de la universidad nacional peruana Mayor de San Marcos examinaron 30 muestras de agua procedentes de instalaciones públicas y residencias de la ciudad de Lima. Según la revista latinoamericana Visión, 29 de las muestras estaban altamente contaminadas con agentes bacterianos y residuos fecales. Solo una muestra de agua era apta para el consumo humano.
El Ministerio de Sanidad de Perú ha llegado a la conclusión de que el 50% del agua consumida por los habitantes de Lima puede transmitir “disentería, tifoidea, hepatitis, cólera y otras afecciones gastrointestinales”. Particularmente notoria ha sido la epidemia de cólera que brotó en Perú y que tan solo entre los meses de enero y abril de 1991 infectó a unas ciento cincuenta mil personas y provocó 1.100 muertes.
Para solucionar este problema, se recomienda hervir el agua el tiempo suficiente para destruir cualquier organismo infeccioso. Pero esto no siempre es fácil. La revista Visión dice que “para muchas familias es prácticamente un lujo hervir el agua durante diez minutos, puesto que el galón de [queroseno] cuesta más de un dólar”, cantidad que constituye un porcentaje elevado del salario medio semanal.
El problema de la contaminación del agua potable no afecta solo a los países pobres. Por ejemplo, según el periódico estadounidense The New York Times, se “calcula que cada año más de doscientos cincuenta mil niños beben agua contaminada con niveles de plomo lo suficientemente elevados como para afectar su desarrollo mental y físico”. Y en Europa existe cada vez más preocupación por la contaminación de las aguas. La revista New Scientist dice que “gran parte del suministro de agua de Europa procede de acuíferos, los cuales terminarán seriamente contaminados con compuestos químicos y metálicos”.
En Revelación 14:7 la Biblia alude a Jehová como el “que hizo el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas”. Él también tiene el poder de convertir aguas amargas y contaminadas en aguas dulces y limpias. (Éxodo 15:22-25; 2 Reyes 2:19-22.) Y eso es precisamente lo que hará a escala mundial tras causar la ruina de los que hoy día están arruinando la Tierra. (Revelación 11:18.)