Jóvenes que no quieren vivir
LOS suicidios de gente joven están alcanzando cotas alarmantes en la India. Algunos investigadores de ese país calculan que cada dos minutos alguien trata de quitarse la vida, y cada diez minutos, alguien lo consigue.
Durante 1990 se suicidaron unas sesenta mil personas en la India, “casi la mitad de los cuales tenía entre dieciocho y treinta y cinco años”, comentó la revista India Today. Algunos suicidas solo tienen diez años de edad. Como al dar parte de los suicidios muchas familias prefieren calificarlos de accidentes para evitar la vergüenza, se desconoce la verdadera cifra de personas que se suicidan en la India.
India Today comenta que durante 1990 “más de dos mil quinientos adolescentes se suicidaron por problemas amorosos”. Otro factor que explica el incremento de suicidios entre los jóvenes es, según los psiquiatras, la presión que se ejerce en ellos para que compitan y rindan en la escuela, presión que empiezan a experimentar a temprana edad.
La mencionada revista añade que “los psiquiatras creen que la desintegración de la familia indivisa (joint family) tiene mucho que ver con la angustia y la soledad que pueden despertar sentimientos suicidas” en los niños. La psiquiatra S. G. Dastoor dijo: “Si los padres tan solo se preocuparan de pasar más tiempo con sus hijos y averiguasen lo que les preocupa, se les podría salvar la vida. Muchas veces pienso que quienes necesitan consejo son los padres”.
La Biblia anima a los padres cristianos a pasar tiempo con sus hijos e inculcarles principios divinos. (Deuteronomio 6:4-9.) Las Escrituras también exhortan a los padres a que no irriten a sus hijos, sino que los críen “en la disciplina y regulación mental de Jehová”. (Efesios 6:4.)
Además, los jóvenes cristianos pueden hacer frente a las presiones de estos tiempos mediante aplicar el sabio consejo que se encuentra en la Biblia en Filipenses 4:6, 7, donde dice: “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo, por oración y ruego junto con acción de gracias, dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera a todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales mediante Cristo Jesús”.