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  • ¿Qué rumbo sigue la moralidad?
  • ¡Despertad! 1993
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¡Despertad! 1993
g93 8/8 págs. 5-7

¿Qué rumbo sigue la moralidad?

LA BIBLIA fue la norma moral indiscutible de muchos países durante siglos. Aunque no todo el mundo vivía a la altura de sus elevados principios, la Biblia confería a la sociedad que la reconocía un lenguaje moral común, una piedra de toque para juzgar la conducta. Sin embargo, Joseph O’Hare, rector de una universidad jesuita, se lamentó en estos términos: “Se ha cuestionado el conjunto tradicional de valores que teníamos hasta ahora, y se le ha declarado deficiente o anticuado. Parece que ya no existe ningún tipo de límite moral”.

¿Qué hizo que la moralidad basada en la Biblia cayera en desgracia? Un factor decisivo fue la extensa aceptación de la teoría de la evolución. El libro American Values: Opposing Viewpoints (Puntos de vista opuestos sobre la escala de valores estadounidense) dice: “En toda civilización conocida, las personas han creído en dos mundos: el visible y el invisible. [...] El mundo invisible aportaba la base de los valores y su significado [...]. Era la fuente de cohesión de la sociedad. Sin embargo, hacia mediados del siglo pasado se empezó a decir a la gente que no había mundo invisible, que ni existía ni había existido nunca”. Fue en particular a partir de entonces cuando se produjeron ataques sin precedente a la Biblia y su moralidad. La denominada crítica textual de la Biblia y la publicación del libro El origen de las especies, de Darwin, fueron algunos de esos ataques filosóficos.a

Así que para muchas personas la teoría de la evolución minó la autoridad de la Biblia. Como dijo un artículo de la revista Harvard Magazine, a la Biblia se la considera hoy una simple “alegoría hermosa”. El impacto sobre la moralidad fue devastador. La teoría de la evolución se convirtió en lo que el renombrado científico Fred Hoyle llamó “un capítulo abierto a todo tipo de oportunismos”.

Desde luego, la teoría de la evolución es solo una parte del cuadro. Dos guerras mundiales alimentaron la desilusión generalizada que había con la religión. La revolución industrial produjo grandes cambios sociales y morales. Además, la rápida expansión de los medios de comunicación de masas, ha hecho posible exponer a grandes sectores de la población a costumbres morales decadentes.

¿Es todo relativo?

Poco sorprende, entonces, que muchas personas carezcan de un punto de referencia moral. Van a la deriva como un barco sin timón. Por ejemplo, muchos se suman a la corriente popular del relativismo moral, el punto de vista de que “las verdades éticas dependen de los individuos y grupos que las defienden”. Según esta filosofía, no hay verdades morales absolutas, todo es relativo. “Lo que es malo para usted, puede ser correcto para otro”, afirman los relativistas. Como su indicador moral apunta a toda dirección, están dispuestos a considerar aceptable casi cualquier tipo de conducta.

Así, un acto que antes se habría definido como “pecaminoso” o “incorrecto”, ahora es simplemente “tonto”. Puede que la acción se considere “desagradable”, pero no se condenará como “inmoral”. Evoca los tiempos del antiguo profeta Isaías, cuando había aquellos que ‘decían que lo bueno es malo y lo malo es bueno, los que ponían oscuridad por luz y luz por oscuridad’. (Isaías 5:20.)

Culpar a otros

Otra tendencia moral es culpar a otros. Adán culpó a Eva, quien, a su vez, culpó a la serpiente. En la actualidad, los criminales juegan también a eludir sus responsabilidades, y a menudo las profesiones legal y psiquiátrica los ayudan a conseguirlo. Un artículo de U.S.News & World Report reprendió a la comunidad psiquiátrica por “inventar enfermedades nuevas que presentan a los criminales como víctimas indefensas”. Por ejemplo, la Asociación Americana de Psiquiatría pensó seriamente en la posibilidad de considerar a los violadores como víctimas de una enfermedad que se denominó caprichosamente “violación parafílica”. Algunas personas pensaron que esto equivaldría a conceder permiso legal para violar con impunidad. “Las mujeres organizaron tal escándalo que rápidamente se descartó tratar la violación como un tipo de enfermedad.”

Por supuesto, es innegable que los traumas infantiles pueden tener un efecto adverso en la persona de un adulto. Pero es erróneo afirmar que el pasado excusa una conducta adulta violenta o inmoral.

Los jóvenes están sin guía moral

La confusión moral del mundo ha marcado sobre todo a jóvenes impresionables. El investigador Robert Coles, de la Universidad de Harvard, descubrió que no hay ni un solo modelo de supuestos fundamental que guíe la vida moral de los niños estadounidenses. Se guían por una diversidad de normas morales y sistemas de valores. Casi el 60% de un grupo de jóvenes en edad escolar que fueron entrevistados, dijeron guiarse por lo que les ayuda a abrirse camino o a sentirse bien.

Las escuelas a veces contribuyen a dicha confusión moral. Piense en un prestigioso programa llamado “clarificación de valores” que se introdujo hace algunos años en las escuelas de Estados Unidos. ¿Cuáles son sus principales enseñanzas? Los niños deberían sentirse libres para escoger sus propios valores morales.

El vacío moral que crea este planteamiento queda patente por la experiencia de una estudiante de una escuela de Nueva York. Esta joven decidió devolver una bolsa que se había encontrado y que contenía 1.000 dólares en efectivo. ¿Cuál fue la respuesta de sus compañeros en la clase de valores morales? Se burlaron de ella y la reprendieron por hacerlo. Lo peor fue que ni un solo profesor ni autoridad escolar alabó su conducta honrada. Un profesor excusó este silencio absoluto diciendo: “Si me erijo en juez de lo bueno y lo malo, no puedo ser su consejero”.

¿Pueden las iglesias detener la decadencia moral?

No sorprende que el lamentable estado moral del mundo haya provocado una reacción. Muchas personas reivindican ahora la vuelta a los valores tradicionales, lo que para algunos significa volver a la religión. Sin embargo, las iglesias tienen un historial muy pobre en la aportación de dirección moral. La Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana (E.U.A.) admitió: “Nos encaramos a una crisis de proporciones e implicaciones colosales”. ¿Cuál es la naturaleza de la crisis? “Entre el 10 y el 23% del clero de todo el país ha participado en comportamiento de índole sexual o ha tenido relaciones sexuales con parroquianos, clientes, empleados, etc.”

Impera una desilusión generalizada con respecto a la religión. El presidente del U.S. Business and Industrial Council lo resumió bien con estas palabras: “Las instituciones religiosas no han conseguido transmitir sus valores históricos, y en muchos casos han llegado a ser parte del problema [moral], fomentando la teología de la liberación y las apreciaciones no críticas de la conducta humana”.

Está claro, entonces, que la conciencia humana no instruida no es suficiente para guiar a la humanidad. Las normas morales de la actualidad van a la deriva, hacia nada menos que el colapso moral total. Necesitamos una guía que venga de alguien superior a nosotros. (Compárese con Proverbios 14:12; Jeremías 10:23.)

Esa guía existe. Está al alcance de todos los que la deseen.

[Nota a pie de página]

a El libro La vida... ¿cómo se presentó aquí? ¿Por evolución o por creación?, publicado por la Watchtower Bible and Tract Society, de Nueva York, Inc., aporta pruebas convincentes a favor de la creación.

[Comentario en la página 5]

La creencia en la evolución fue un factor que hizo que la moralidad basada en la Biblia cayera en desgracia

[Comentario en la página 6]

‘Entre el 10 y el 23% del clero ha tenido relaciones sexuales con parroquianos, clientes, empleados, etc.’

[Fotografía en la página 7]

El clero ha fomentado un sistema moral basado en la sabiduría humana, no en la Biblia

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