Un kudú pone en ridículo a una manada de leones
EL AÑO pasado, en África del Sur, un gigantesco antílope —un kudú— apareció delante de un albergue de lujo en un parque nacional del Lowveld sudafricano (estepa arbustiva de escasa vegetación). Miraba con atención y fiereza, por lo que no es de extrañar que al kudú jefe de la manada de la zona le ofendiera esta presuntuosa invasión de su territorio. Un testigo ocular informó del ataque del jefe de la manada: “Bufó, pateó el suelo y adoptó la postura de ataque. Bajó la cornamenta y cargó. Cuando golpeó al kudú, se llevó el susto de su vida”. El intruso no se movió en absoluto. El kudú local cargó de nuevo, pero no sucedió nada. En un arranque de frustración y envuelto en una nube de polvo, el jefe de la manada “destrozó todos los árboles de los alrededores antes de marcharse”. No ha regresado, pues por lo visto ha llegado a la conclusión de que el recién llegado es invencible.
Al rey de la jungla no le fue mejor. El guarda del parque, Carlson Mathebula, informó que doce leones rodearon al kudú. Carlson narró el encuentro de la siguiente manera: “De repente, dos leonas comenzaron a acecharlo. Con un poderoso rugido, una de ellas saltó sobre la parte trasera del animal mientras la otra se puso a un lado y se abalanzó sobre el cuello. [...] Pero las dos cayeron asustadas al suelo y se quedaron ahí como petrificadas. Otra leona se unió a la lucha. Corrió hacia el kudú y le asestó un fuerte golpe en las patas con la intención de derribarlo, pero este permaneció inmóvil”. A los doce leones les sentó tan mal fracasar en su intento de hacer caer al kudú, que “destrozaron un pluviómetro, una regadera y el mobiliario del exterior antes de marcharse tristes y cabizbajos”.
Sin mover un solo músculo, el kudú consiguió echar de su territorio a una manada de kudús y hacer huir a un grupo de leones. El informe del Sunday Times, de Johannesburgo (África del Sur), dijo que era un superkudú de 300 kilogramos de peso hecho de bronce. El Sr. Keith Calder, artífice del kudú de bronce, dijo: “Es un cumplido para mí que los leones y los kudús lo encuentren tan real”.