“La ciudad está llena de injusticia”
CUANDO el profeta bíblico Ezequiel escribió sobre una ciudad que estaba “llena de injusticia”, nada sabía de los problemas que plagarían a las ciudades de hoy. (Ezequiel 9:9, Versión Popular.) Sus palabras tampoco eran una predicción críptica de estos problemas. Sin embargo, sí han constituido una descripción exacta de las ciudades del siglo XX.
El libro 5000 Days to Save the Planet (Cinco mil días para salvar el planeta) dice: “Austeras y anodinas, nuestras ciudades se han convertido en lugares feos y desagradables para vivir. [...] Los edificios que predominan en nuestras ciudades han sido construidos con poca o ninguna consideración a los que tienen que vivir y trabajar en ellos”.
Facetas negativas de las ciudades
En periódicos y revistas se han descrito nueve ciudades de diferentes partes del mundo como se indica a continuación. ¿Puede usted identificarlas correctamente?
La ciudad A, situada en Latinoamérica, es famosa por sus jóvenes sicarios y su elevado índice de homicidios. También es conocida como la sede de un cartel de droga.
La ciudad B es “la urbe de [Estados Unidos] donde se producen más robos callejeros”. Durante los primeros dos meses de 1990, los asesinatos experimentaron “un aumento de un 20% con respecto al mismo período” del año anterior.
“Cada año, varios millones de personas se trasladan a los centros urbanos de Sudamérica, África y Asia [...], emigrando hacia lo que consideran una tierra de promisión.” Como no la encuentran, muchos han de resignarse a vivir en la pobreza y se ven obligados a mendigar o a robar para poder sobrevivir. Se dice que la mitad de la población de la ciudad africana C y de la ciudad asiática D, así como el 70% de los habitantes de la ciudad asiática E, viven en barrios pobres.
“Aunque [la ciudad F] es una de las metrópolis más seguras de Norteamérica, el desempleo galopante, el creciente índice de delincuencia y la animosidad étnica han hecho que sus ciudadanos cuestionen las aparentes ventajas del progreso. El delito [...] ha desmoralizado a los vecinos. Las agresiones sexuales han aumentado en un 19% [...], los asesinatos en casi un 50%.”
“Cada día se mudan 1.600 personas a [la ciudad latinoamericana G] [...]. Si continúa creciendo a este ritmo, para finales de siglo vivirán en ella 30 millones de personas. Se desplazarán por la ciudad a paso de caracol en 11 millones de automóviles, atrapados durante horas enteras en embotellamientos de tráfico [...]. La contaminación del aire [...] está cien veces por encima del nivel aceptable. [...] El 40% de los residentes padece bronquitis crónica. [...] Durante las horas punta, el nivel de ruido que hay en el centro de la ciudad a causa del tráfico oscila entre los 90 y los 120 decibelios, y se considera que 70 decibelios ya son insoportables.”
“Todos los días se recogen de las calles y aceras de [la ciudad europea H] 20 toneladas de excremento de perro. [...] Además del costo y la molestia que esto origina, ha salido a la luz un factor más grave: el excremento de perro es fuente de una enfermedad causada por el parásito Toxocara canis. Se ha descubierto que la mitad de las zonas de recreo y de los cajones de arena para niños que hay en [la ciudad] están contaminados con los huevos microscópicos y altamente resistentes de dicho parásito, los cuales entran luego en las casas pegados a las suelas de los zapatos y a las patas de los animales de compañía. [...] Entre los primeros síntomas de la enfermedad están: fatiga, dolores abdominales, alergias y problemas cardíacos y arteriales.”
“Aunque [la ciudad asiática I] se ve afectada por todos los problemas de una metrópolis superdesarrollada en un país subdesarrollado —pobreza, delincuencia, contaminación—, ha empezado a destacar como una de las capitales del siglo XXI.”
¿Son la excepción, o la regla?
¿Ha podido identificar estas ciudades por nombre? Posiblemente no, porque ninguno de los problemas mencionados son exclusivos de una sola ciudad. Al contrario, son sintomáticos de los males de casi toda ciudad de cualquier tamaño en todo el mundo.
Según el diario alemán Süddeutsche Zeitung, la ciudad A es Medellín (Colombia). El número de homicidios locales disminuyó de 7.081 en 1991 a “solo” 6.622 en 1992. Aun así, el diario colombiano El Tiempo informa que durante esta última década han muerto por causas violentas casi 45.000 vecinos de Medellín. Por eso hay actualmente diversos grupos cívicos que se están esforzando por limpiar la ciudad y mejorar su reputación.
El hecho de que el periódico The New York Times identifique la ciudad B como Nueva York probablemente no sorprenda a las personas que la han visitado en años recientes, y con seguridad tampoco a sus habitantes.
Las cifras publicadas por la revista alemana Der Spiegel respecto a la cantidad de personas que viven en condiciones de pobreza en Nairobi (Kenia) (C), Manila (Filipinas) (D) y Calcuta (India) (E), indican que el número de los que viven hacinados en viviendas insalubres tan solo en estas tres ciudades es superior a la cantidad total de habitantes de países europeos, como Dinamarca o Suiza, que gozan de prosperidad económica.
En 1991 la revista Time describió la ciudad F —Toronto (Canadá)—, en un artículo algo menos halagüeño que otro publicado tres años antes. El primer artículo, titulado “Por fin una ciudad que funciona”, decía en tono de alabanza que la ciudad de Toronto “impresiona a casi todo el mundo”. Citaba las siguientes palabras de un visitante: “Este lugar casi podría hacer que recuperara la confianza en las ciudades”. Lamentablemente, la “ciudad que funciona” al parecer ahora está cayendo víctima de los mismos problemas que afectan a otras ciudades en proceso degenerativo.
La misma fuente menciona que la ciudad G es “una de las ciudades más hermosas y elegantes de América, así como una de las más refinadas”, pero reconoce que esa descripción alude, “por supuesto, a la Ciudad de México de los ricos y los turistas”. Entretanto, según la revista World Press Review, los pobres viven apiñados “en los 500 barrios pobres e insalubres de la capital”, en casuchas “hechas de desperdicios industriales, cajas de cartón, chatarra de automóviles y material de construcción robado”.
La ciudad H corresponde a la descripción que el semanario francés L’Express hace de París, ciudad que, según explica The New Encyclopædia Britannica, “por siglos y por causas que jamás se han explicado con claridad, [...] ha irradiado un encanto irresistible a millones de personas de todo el mundo”. Sin embargo, ante los serios problemas que atraviesa, parte del encanto del “Alegre París” se ha desvanecido.
Respecto a la ciudad I, la revista Time dice: “En un tiempo considerada con romanticismo por Occidente como la impasible capital de ensueño de la antigua Siam, una ‘Venecia del Oriente’, la imprevisible ciudad actual de ángeles y templos dorados es la urbe asiática que más recientemente ha iniciado un crecimiento rápido”. Ni siquiera sus ángeles y sus templos han podido impedir que Bangkok (Tailandia) se convierta, al menos temporalmente, en “la capital mundial de la prostitución”.
Examinemos las ciudades
Hace diez años un periodista dijo que aunque las ciudades grandes parecen “compartir las mismas crisis, cada una tiene su propia idiosincrasia y, por lo tanto, una manera particular de luchar por sobrevivir”. En 1994 las ciudades continúan en su lucha, cada una a su manera.
No todos piensan que la lucha por la supervivencia se haya perdido. Por ejemplo, un ex alcalde de Toronto dijo de modo optimista: “No creo que la ciudad se esté derrumbando. Se enfrenta a dificultades, pero creo que podemos resolverlas”. Es cierto que algunas ciudades han logrado solucionar, o al menos aliviar, algunos de sus problemas. Pero ello ha exigido mucho más que solo optimismo.
En enero del año pasado el periodista Eugene Linden escribió: “El destino del planeta está ligado al de sus ciudades”. Para bien o para mal, las ciudades han moldeado nuestro mundo, y siguen haciéndolo. Además, tanto las ciudades antiguas como las modernas nos han afectado personalmente, tal vez más de lo que podamos imaginar. De ahí que su supervivencia esté estrechamente vinculada a la nuestra.
Por lo tanto, el que examinemos las ciudades no solo incrementará nuestros conocimientos generales, sino que logrará algo más importante: nos pondrá sobre aviso de la precaria situación en la que se encuentra hoy el mundo. Damos inicio, pues, a una serie de seis artículos con el tema “Examinemos las ciudades”. Esperamos que esta sea de interés y anime a nuestros lectores. A pesar de los graves problemas mundiales existentes —manifestados de manera espectacular en la lucha de nuestras ciudades por sobrevivir—, la situación no está más allá de toda esperanza.
[Comentario en la página 6]
“El destino del planeta está ligado al de sus ciudades.” —Eugene Linden, escritor
[Fotografía en la página 7]
Viajar de una ciudad a otra puede ser fácil, pero resolver sus problemas no lo es