De nuestros lectores
Divorcio Poco después de nuestro segundo aniversario de boda, mi marido tuvo una aventura amorosa con una de mis mejores amigas. Dos años más tarde me abandonó. Por eso no me entusiasmé demasiado cuando vi la portada de ¡Despertad! del 8 de julio de 1993. A veces me cuesta estudiar temas que se centran en la vida familiar. Sin embargo, me infundió ánimo leer que con el tiempo “el cónyuge inocente puede salir de la penosa experiencia convertido en una persona nueva, más fuerte, más enérgica”. No quiero decir que ya haya alcanzado ese punto, pero estoy progresando. Aunque he pasado por una depresión muy profunda, la gran cantidad de información publicada en otros números sobre la depresión ha permitido que los ancianos de mi congregación me hayan apoyado en momentos realmente terribles. Gracias por la ayuda que proveen por medio de las revistas.
D. P., Estados Unidos
Padrastros Después de leer el artículo “Sugerencias para ganarse a los hijastros” (8 de julio de 1993), pensé que debía escribirles. Tengo 10 años y vivo con mi madre. Mi padre se ha vuelto a casar, así que ahora tengo madrastra. Cuando vi lo que otros niños sienten hacia su padrastro o madrastra, me dije: “Piensan exactamente igual que yo”. Estoy contenta de que una de sus sugerencias tratara sobre cómo guardarse de los celos. En muchas ocasiones veo a mi madrastra como una rival. Mi padre me hace sentir algunas veces que ama a mi madrastra mucho más que a mí. Espero que ella y mi padre lean este maravilloso artículo y puedan entenderme mejor.
V. N., Estados Unidos
Mina de cobre De vez en cuando leo sus revistas con interés. No obstante, el artículo “El hoyo más grande del mundo cavado por el hombre” (8 de marzo de 1993) hizo que me surgieran algunas preguntas. ¿Cómo pueden hablar de esta mina de cobre de una manera tan positiva? ¿No dice la Biblia que Dios destruirá a los que arruinan la Tierra?
H. Y., Inglaterra
Nos damos perfecta cuenta del impacto medioambiental de la explotación minera a cielo abierto. Sin embargo, nuestro artículo informó acerca de esta mina de cobre a título de curiosidad, no para promocionar la minería. Ha de admitirse con toda justicia que la industria eléctrica, y en realidad el público en general, necesita del cobre. Y la gran mayoría del cobre que se emplea en Estados Unidos se extrae de minas a cielo abierto. Sería injusto, por lo tanto, culpar exclusivamente a la industria cuprífera por el subsecuente daño causado al medio ambiente. Este complicado problema es un ejemplo más de la necesidad existente de que el Reino de Dios tome el control de los asuntos de la Tierra.—La dirección.
Fantasías Tengo 11 años y quisiera agradecerles los artículos sobre soñar despierto de la sección “Los jóvenes preguntan...” (8 y 22 de julio de 1993). Siempre he soñado con ser otra persona, pero me han ayudado a comprender que en vez de soñar que gusto a los demás, debo esforzarme por agradarles.
J. K., Estados Unidos
Al leer los artículos me eché a llorar. En aquel entonces me pasaba la mayor parte del tiempo soñando despierta, pensando en ser famosa, en chicos o en el sexo. Lo hacía incluso durante las reuniones cristianas. Las fantasías dominaban mi vida. Me apartaba de mi familia y de mis amigos para encerrarme en mi habitación. ¡Me sentía tan mal y tan avergonzada de mí misma! Pero ahora he tomado a pecho su consejo y lo pongo en práctica. A veces las fantasías vuelven, pero me pongo a pensar en otras cosas o me ocupo en algún pasatiempo y se desvanecen. Muchísimas gracias.
T. P., Estados Unidos