¿Cómo vendrá la verdadera nueva era?
SHIRLEY MACLAINE, autora de libros sobre la Nueva Era, expresó un sentimiento muy común cuando escribió: “Cada vez me preocupaban más las desgracias del mundo. Y eso es algo que no puedes evitar, cuando palpas la miseria, el hambre, el odio. Yo empecé a viajar a los diecinueve años y ahora, a los cuarenta y tantos, me daba cuenta de que las cosas habían ido de mal en peor”.
De igual modo, en todas partes la gente está cansada de la hipocresía y la falsedad religiosas. Se siente frustrada por la negligencia y la incapacidad de los gobiernos. Está alarmada por la indiferencia y los errores que se perciben en la profesión médica. Y muchas personas son víctimas de prejuicios raciales o sexistas y de actitudes fanáticas.
¿Una solución realista?
No hay duda de que necesitamos desesperadamente un nuevo mundo. Ahora bien, ¿son realistas las esperanzas del movimiento Nueva Era? ¿O se asemeja su descripción del futuro más a las películas de ciencia-ficción? ¿Es prudente poner fe en profecías que se basan en tradiciones olvidadas, mitos antiguos y especulaciones?
Es cierto que muchos de los conceptos adoptados por este movimiento pueden causar cierto grado de bienestar físico y mental. La buena alimentación, el ejercicio, la relajación y el interés por el medio ambiente influyen de manera positiva en la vida. La profesión médica probablemente tendría más éxito si prestara más atención a las necesidades emocionales de los enfermos cuando atiende sus dolencias físicas. Pero tarde o temprano todo el mundo enferma y con el tiempo hasta la persona más sana muere. No podemos disfrutar plenamente de la vida con la perspectiva de enfermar y morir sobre nuestra cabeza. ¿Tienen los gurús de la Nueva Era una solución plausible para estos problemas?
Cada vez más personas se sienten tristes y deprimidas, y estos movimientos pueden hacer muy poco para impedirlo. El periódico londinense International Herald Tribune observó: “Si el siglo XX introdujo la era de la ansiedad, su consumación está presenciando el amanecer de la era de la melancolía”. Después añadió que el “primer estudio internacional sobre la depresión grave revela un aumento constante de este trastorno en todo el mundo”.
El movimiento Nueva Era, con su aura cuasirreligiosa, no satisface plenamente el vacío espiritual de la sociedad moderna. Como mucho, la ayuda espiritual que parece ofrecer solo es momentánea. Hay que admitir que la religión convencional, en especial la cristiandad, no ha saciado el hambre espiritual que reina en el mundo. Cierto periódico denunció abiertamente el “fracaso de la Iglesia en procurar dar ayuda a los que se sienten aislados, indiferentes y no queridos”. Tachó de blanda a la religión moderna y dijo que “privaba a la persona de toda sensación de encuentro directo con Dios”.
La Biblia: un libro de respuestas
La cristiandad ha adulterado y diluido las verdades de la Biblia. Pero muchas doctrinas del movimiento Nueva Era también son contrarias a las enseñanzas bíblicas. Considere, por ejemplo, la idea de que los humanos pueden solucionar los problemas de la Tierra. La Biblia dice claramente en Jeremías 10:23: “Al hombre terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso”. Otro texto dice: “La salvación pertenece a Jehová”. (Salmo 3:8.)
La Biblia no enseña que los humanos tengan un alma inmortal que vive como entidad independiente, separada del cuerpo. Según las Escrituras, el alma muere, y la muerte pone fin a todo pensamiento y actividad. (Números 23:10; 35:11; Eclesiastés 9:5, 10.) Esto descarta claramente el concepto de la reencarnación.
Además, es imposible comunicarse con los muertos. Según la Biblia, cualquier supuesta comunicación con los muertos es en realidad una comunicación con los demonios: espíritus que son enemigos de Dios y de la humanidad. Por eso, en la Ley de Dios la práctica de espiritismo —que incluye toda forma de adivinación, astrología y consultas a médium espiritistas— se castigaba con la pena capital. (Levítico 19:31; 20:6, 27; Deuteronomio 18:10-12.)
La Biblia es la fuente de la verdadera curación espiritual. Contiene una serie de enseñanzas que ayudan a los cristianos a comprender su propia identidad y a transformar su personalidad. (Romanos 12:2; 2 Corintios 13:5; Efesios 4:21-24.) Enseña autodisciplina, juicio sano y respeto a uno mismo y a los demás.
La Biblia nos pone en contacto con el poder más elevado del universo, nuestro Creador. (Hechos 17:24-28.) Muestra que ejerciendo fe en el sacrificio de rescate de su Hijo, la humanidad puede alcanzar la vida eterna en un paraíso terrestre. (Romanos 6:23.) Proporciona respuestas satisfactorias a preguntas como: ¿Por qué ha permitido Dios tanto sufrimiento? ¿Quiénes son los poderosos entes de la región invisible? ¿Son ellos responsables de muchos de los llamados fenómenos paranormales?
La Biblia promete para el futuro salud perfecta, vida eterna y un nuevo mundo de paz y armonía, con un medio ambiente limpio, aquí mismo en la Tierra. (Isaías 33:24; 2 Pedro 3:13.) Todo parece indicar que en ese nuevo mundo el ser humano incrementará su conocimiento y descifrará, con la dirección de Dios, muchos misterios sobre el cuerpo humano, nuestro planeta y el resto del universo. Todo ello se conseguirá gracias al poder de Jehová, un Dios que ama a la humanidad.
¿Estará usted allí?
Sin embargo, la Biblia también enseña que estas bendiciones solo están al alcance de los que viven en armonía con las leyes de Dios. Estas leyes no son opresivas, pero deben obedecerse. (Proverbios 4:18, 19; 1 Juan 5:3.) No es posible concordar con las ideas no bíblicas del movimiento de la Nueva Era y al mismo tiempo creer en la Biblia. (1 Corintios 3:18-20; 10:18-22; Santiago 4:4.)
De modo que los cristianos verdaderos evitan enredarse con las ideas no bíblicas de este movimiento. Pero hay que ser juiciosos y razonables. Debe tenerse en cuenta que la etiqueta “Nueva Era” ha llegado a utilizarse ampliamente para cosas que no se originaron en ese movimiento y que no son necesariamente contrarias a lo que enseña la Biblia. Esto es cierto sobre todo en los campos de la salud, la alimentación, el arte y la música. Por consiguiente, los cristianos deben tener discernimiento y un equilibrio racional al tiempo que procuran mantenerse alejados de todo aquello que se condena en la Biblia. Proverbios 14:15 ofrece un consejo sabio y apropiado: “Cualquiera que es inexperto pone fe en toda palabra, pero el sagaz considera sus pasos”.
Sí, la Biblia es la llave para la verdadera iluminación. El rechazo general a las Santas Escrituras que manifiestan los partidarios del movimiento Nueva Era solo puede traer más oscuridad al mundo. Pero la Biblia suministra luz espiritual y la esperanza de un nuevo mundo que Dios ha prometido: “‘¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado’. Y Aquel que estaba sentado en el trono dijo: ‘¡Mira!, voy a hacer nuevas todas las cosas’. También, dice: ‘Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas’”. (Revelación 21:3-5.)