De nuestros lectores
Fiestas Al terminar de leer la serie de artículos “Las fiestas, ¿por qué algunos niños no las celebran?”, de ¡Despertad! del 22 de noviembre de 1993, lloré de alegría. Me educaron como testigo de Jehová y experimenté lo mismo que muchos de los niños cuyos comentarios se citaron. Quisiera encomiar a nuestros jóvenes por ser tan buenos ejemplos. Como también tengo hijos, me alegra saber que haya tantos jovencitos que quieren agradar a Jehová a una edad tan tierna.
T. K., Estados Unidos
Tengo 9 años, y no sabía que el Halloween era tan malo y repugnante. No creo que me esté perdiendo nada.
A. C., Estados Unidos
Cuando era niño, solía anhelar la llegada de las Navidades y la Pascua Florida. Sin embargo, ahora comprendo que son festividades paganas y que sería inútil dejarse llevar simplemente por la tradición. La explicación que han publicado ha sido completa y exhaustiva.
S. L. P., Alemania
Fui educado como Testigo desde los 6 años de edad, y ahora tengo más de 30. Mucha gente pensaba que tanto mi hermano como mis hermanas y yo nos estábamos perdiendo algo. Solía explicarles que recibíamos regalos durante todo el año y que nuestros padres nos daban liberalmente de su tiempo y de ellos mismos. Hacíamos muchas cosas juntos. Mi padre también cumplía fielmente con el estudio bíblico semanal de la familia. Ese era nuestro mejor regalo espiritual. Nunca eché de menos la celebración de las fiestas.
D. Y., Estados Unidos
Tengo 14 años y me identifico con lo que dijeron. Les agradezco que publicaran este artículo, pues me fortaleció saber que otros jóvenes están poniéndose de parte de la verdad.
C. A., Estados Unidos
No creo que me pierda nada por no celebrar las fiestas. Mi familia me da regalos y dinero cuando lo necesito. Algunos de mis juguetes son iguales a los que reciben otros niños de mi edad [12 años].
L. C., Estados Unidos
Este artículo fue la respuesta a muchas oraciones. No se pueden entender bien las alegrías y las penas de la paternidad, hasta que ves los ojos de tu hija anegados en lágrimas y mirándote como si te preguntara por qué otros se ríen de ella. Nuestra hija ha comenzado este año a asistir al jardín de infancia, y aunque repasamos juntos información acerca de las fiestas, ha sido difícil para ella. Todas las noches orábamos para que fuese firme y valiente en el colegio. Entonces llegaron estos artículos de ¡Despertad! Puesto que nuestra hija tiene un nivel de lectura de séptimo año escolar, todo lo que tuve que hacer fue entregarle la revista para que la leyera. Cuando vio las expresiones y fotografías de otros niños, cobró valor en su corazón. Al día siguiente le llevó un ejemplar a su profesora.
G. M., Estados Unidos
Algunos de los niños de la escuela se metían conmigo porque no celebraba las fiestas, así que hice copias de la revista y se las di. Estoy segura de que dejarán de molestarme porque ahora saben que no me pierdo nada.
K. H., Estados Unidos
Expedición en autobús Algunas veces, cuando me siento triste, me pongo a coser mientras escucho los casetes de ¡Despertad! (en inglés). Fue sorprendente lo mucho que me animó el artículo “Una expedición en autobús al centro de Australia” (8 de junio de 1993). Me parecía estar allí, compartiendo los gozos y las aventuras de los viajeros. Muchísimas gracias.
A. W., Estados Unidos