Walsingham: un controvertido santuario inglés
POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN GRAN BRETAÑA
WALSINGHAM, pintoresco pueblo del condado de Norfolk (Inglaterra), recibe anualmente a unos cien mil peregrinos que visitan los dos santuarios marianos de Nuestra Señora de Walsingham. El uno es católico, y el otro, anglicano. Este hecho ha desembocado en una situación controvertida.
“En los últimos años, el peregrinaje nacional a Walsingham se ha convertido en una experiencia dolorosa —escribió un sacerdote anglicano en el rotativo religioso Church Times—. La procesión de peregrinos [...] se enfrenta a los gritos airados de [...] una multitud de opositores cada vez mayor y mejor organizada.”
¿A qué se debe la protesta? “Lo que se practica aquí en el nombre del cristianismo no tiene nada que envidiar al paganismo —proclaman los opositores al santuario anglicano—. Es una clara afrenta a la verdad, una abominación a la vista de Dios y un insulto infame a nuestra herencia protestante.”
En Inglaterra no es frecuente que la religión suscite tales pasiones. ¿Qué tiene Walsingham que genera sentimientos tan intensos? Un repaso a la historia de los santuarios le ayudará a entenderlo.
Protestantes contra católicos
Con anterioridad a la Reforma del siglo XVI, Inglaterra era una nación católica romana y se jactaba de poseer muchos santuarios. Uno de los más antiguos y el más importante del país dedicado a la Virgen María se encontraba en Walsingham. Tuvo su origen en 1061, cuando la esposa del señor de Walsingham edificó una casa en el pueblo. Según la leyenda, se dieron los detalles de su construcción en una visión, pues se suponía que la casa era una réplica de aquella en la que vivió María, la madre de Jesús, en Nazaret. En la Edad Media este santuario mariano cobró prestigio y fama internacional.
Reyes y plebeyos por igual peregrinaban a Walsingham. ¿Qué les atraía? Aparte de la imagen de madera de María con el niño Jesús sobre sus rodillas, la venta de indulgencias y reliquias florecía en el lugar, y se afirmaba que allí se habían curado algunas dolencias. Los peregrinos también podían ver el “milagro” de Walsingham, un relicario que según se decía contenía gotas congeladas de la leche de María. Algunos visitantes estaban convencidos de que el contenido no era más que tiza o albayalde, y Erasmo, el erudito bíblico, dudó de la autenticidad de una reliquia que para algunos parecía tiza macerada mezclada con clara de huevo.
¿Por qué hizo un reformador tan eminente como Erasmo una peregrinación a Walsingham? Probablemente para cumplir un voto. Aunque describió el santuario en detalle, “su sátira de la devoción es muy corrosiva”, dice The Catholic Encyclopedia. Erasmo escribió “en tono satírico lleno de incredulidad”, explica el historiador Frederic Seebohm. Y añade que no existe prueba alguna “de que [Erasmo] fuese adorador de la Virgen o creyera en la efectividad de las peregrinaciones a su santuario”.
Durante la Reforma, la recién creada Iglesia Anglicana expropió todas las pertenencias de la Iglesia Católica. En el año 1538, el santuario de la “Bruja de Walsingham”, como había llegado a conocerse, fue destruido por orden del rey Enrique VIII, cabeza de la iglesia separatista, y se vendió el solar. La imagen, símbolo odiado de adoración idolátrica, fue llevada a Chelsea, en Londres, a 160 kilómetros de distancia, y quemada públicamente.
Los protestantes imitan a los católicos
Sin embargo, a principios de este siglo la Iglesia Anglicana restauró el santuario de Nuestra Señora de Walsingham, esta vez como capilla protestante. En 1921 se colocó en la parroquia una talla idéntica a la imagen original, y los primeros peregrinos del día moderno llegaron un año después. A medida que el santuario ha ido ganando popularidad, también ha aumentado la ira de algunos fieles de la Iglesia. Todos los años en mayo, cuando se lleva la imagen por las calles en una procesión de media hora, protestan acaloradamente en contra de la idolatría.
En 1934, los católicos erigieron en Walsingham su Santuario Nacional de Nuestra Señora. Este contiene una segunda réplica de la imagen original de la Virgen con el niño y se encuentra en la antigua Capilla de las Zapatillas, el lugar donde los peregrinos solían dejar su calzado para seguir descalzos hasta el primero de los santuarios del pueblo. Llama la atención el que las protestas se limiten al santuario anglicano, pues afirman que fomenta la mariolatría y representa un rechazo de la herencia protestante de la Iglesia.
Pero ¿existe alguna otra razón para una oposición tan ferviente? Muchos creen que sí. Los “que protestan se han vuelto claramente homofóbicos —informa el periódico The Independent—, especialmente en contra de un sector de tendencia homosexual”. Se trata de un grupo de hombres de la Iglesia Anglicana, mayoritariamente clérigos, que desde hace varios años celebran sus convenciones anuales en Walsingham. ¿A qué vienen? Un peregrino habitual comentó con cierta ironía: “Este no es precisamente el acontecimiento más heterosexual del mundo”.
Es evidente que los verdaderos cristianos deben huir de un acontecimiento de este tipo, tan inmerso en la idolatría y que ha adquirido tintes claramente homosexuales en los últimos años. (1 Corintios 6:9; 10:14; 1 Juan 5:21.)