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¡Despertad! 1994
g94 22/9 págs. 22-25

Queratotomía radial, ¿en qué consiste?

LA QUERATOTOMÍA radial ha tenido recientemente una mayor publicidad en algunos países gracias a la televisión, las revistas, los artículos de prensa y la radio. Ha sido el principal tema de debate en los congresos internacionales de oftalmología durante los últimos dos años. Pese a que esta operación se lleva practicando por más de veinte años y los investigadores médicos habían hablado de ella incluso algunos años antes, es ahora cuando ha empezado a hacerse popular. Cada vez más cirujanos oculares asisten a seminarios y aprenden a realizarla.

Millones de personas nacen miopes o llegan a serlo con el tiempo. ¿Qué es la “miopía”? Es la incapacidad de ver con claridad objetos situados a distancia sin la ayuda de gafas o lentes de contacto. Por lo general, el miope suele leer bien sin gafas, pero a menudo se acerca mucho al papel para conseguir un buen enfoque.

La queratotomía radial es una operación quirúrgica efectuada en personas miopes que intenta reducir o eliminar la necesidad de usar gafas para ver de lejos. La operación reestructura la córnea de tal forma que la imagen se enfoque sobre la retina y no delante de ella, como sucede en el caso de la miopía. Las incisiones se practican mediante cortes radiales en las capas externas de la córnea hacia el borde de la zona visual para conseguir un centro de visión claro, y varían en profundidad, longitud y cantidad.

No es una operación nueva

Los antiguos chinos trataron de solucionar la miopía colocándose saquitos de arena sobre los ojos para dormir. Los efectos eran solo temporales. Ya en 1894, las revistas médicas hablaban de métodos quirúrgicos para corregir o modificar la córnea. Desde entonces, cirujanos sudamericanos primero y japoneses después, describieron las técnicas para la modificación quirúrgica de la córnea a fin de conseguir una visión clara. La experiencia de los japoneses animó a un cirujano ruso a introducir cambios en el método y conseguir mejores resultados.

Cuando se demostró su fiabilidad, varios cirujanos de otros países observaron la operación. Volvieron en repetidas ocasiones para comprobar los efectos, y luego la llevaron a la práctica en sus respectivos países. En 1979 se estaban redactando ponencias sobre la técnica, los resultados y las modificaciones necesarias para aumentar su efectividad. Por eso, aunque este procedimiento quirúrgico sea nuevo para usted, no lo es para los cirujanos.

Con el objeto de proteger a la población, en diferentes centros de investigación de Estados Unidos se llevó a cabo un estudio para demostrar la eficacia o ineficacia de esta operación, y los resultados se publicaron en los años ochenta en un estudio llamado PERK. La Academia Americana de Oftalmología reconoció entonces que esta técnica es un método eficaz para la reducción de la miopía.

¿Le conviene?

Ahora que sabemos algo de su historia, ¿cómo averiguar si esta técnica podría resultarle útil? El primer paso es hacerse un examen completo del ojo. Cuando el médico determine que sus ojos son adecuados para la operación, la probabilidad de éxito dependerá de su grado de miopía. Dicha probabilidad es menor en la miopía más grave.

Después de aprobada la queratotomía tras un examen de los ojos, debe buscar un cirujano refractario con bastante experiencia. En la mayoría de las ciudades grandes hay por lo menos un especialista con algunos años de práctica. Es probable que encuentre uno con un buen historial al asistir a seminarios, revisar los expedientes y hablar con pacientes anteriores y con otros oftalmólogos.

El número de oftalmólogos que efectuaron la operación en Estados Unidos entre 1991 y 1992 aumentó del 13 al 25%, lo que significa que algunos son nuevos en este campo, si bien por otra parte estos datos muestran una mayor aceptación de dicha técnica. Los expertos piden que los nuevos cirujanos se preparen de modo que eviten las frecuentes complicaciones que experimentaron los primeros cirujanos.

Antes de decidir someterse a la operación, es una buena idea pedir que se le informe sobre la misma y preguntar todos los detalles que necesite saber. Los buenos cirujanos pueden estudiar a cada paciente y adaptar la operación para controlar el resultado. Estudian cada caso sobre una base individual y adecuan la cirugía al individuo. Las investigaciones han confirmado que la cantidad, profundidad y longitud de las incisiones determinan los resultados. La edad del paciente, el sexo, la presión intraocular y el tamaño del ojo son otros factores que han de tenerse en cuenta. Su cirujano puede tener presentes otras variables para modificar y ajustar el resultado de forma eficaz.

Saber cuántos años lleva el cirujano efectuando este tipo de operaciones y cuántos casos ha atendido puede darle una indicación de su experiencia. Algunos artículos recientes de revistas médicas han sugerido que la norma básica de atención al paciente es que el cirujano refractario posea un vídeo de imagen computarizada llamado topógrafo. Cuanto mejores sean los instrumentos, más probabilidades habrá de que le vaya bien en la operación.

La operación

En caso de que decida someterse a la intervención, ¿qué puede esperar? El estudio preoperatorio incluye una revisión ocular, mediciones ultrasónicas del ojo y su espesor, mediciones de la curvatura, de la presión intraocular y posiblemente una topografía computogenerada por vídeo. Con todos estos datos, la operación está preparada. Tras comprender y firmar el documento de consentimiento informado, por lo general le administran un sedante.

Con relación al consentimiento informado, analicemos algunos de los riesgos mencionados en el formulario. La operación se realiza en las capas externas del ojo. Los efectos secundarios habituales son problemas de brillos, destellos de luz, fluctuaciones en la visión, sensación de tener un cuerpo extraño, ojos secos y una sensación general de consciencia del ojo, que puede durar horas, días, semanas o meses. El ojo se debilita por causa de las incisiones. La duración del período de debilidad ocular varía según la persona. Se pueden eliminar muchas complicaciones con la utilización de gotas oculares postoperatorias y siguiendo las instrucciones de abstenerse de algunas actividades. Un paciente colaborador aumenta las probabilidades de éxito.

Ahora que ya está preparado para la operación, ¿cuál es el siguiente paso? A los treinta minutos de haber tomado un sedante ligero, irá por su propio pie hasta la sala de queratotomía radial. Se le limpian los párpados y se coloca una gasa sobre la cara. Quizás se efectúen mediciones finales en este momento, y se inspeccionan los instrumentos quirúrgicos al microscopio para comprobar su exactitud. Se echan en el ojo gotas anestésicas tópicas. Una vez anestesiado el ojo, se le coloca un espéculo de párpado con objeto de impedir el parpadeo. El paciente enfoca el ojo en una luz y se marca el centro de visión, que el cirujano utiliza como el punto de partida. Luego se coloca una plantilla sobre el ojo a fin de indicar el patrón de cirugía, y comienza la operación.

En menos de veinte minutos se finaliza la intervención quirúrgica. El ojo permanece tapado durante algún tiempo, pero a las veinticuatro horas se empieza a percibir una mejora en la miopía. Los cambios principales en la visión ocurren de siete a treinta días después. Solo se producen cambios menores tres meses más tarde, y durante un año hay estabilidad relativa. Durante los veinte años siguientes, más o menos uno de cada cuatro pacientes observará más cambios en la visión.

No es para todo el mundo

Hemos hablado un poco de las complicaciones. Hablemos ahora algo más de los efectos secundarios, esperados e inesperados. La queratotomía radial no corrige todos los grados de miopía. En casi todos los casos ayuda, pero en algunos no es conveniente. Hay quienes experimentan variaciones en la visión, lo que significa que por la mañana la visión es diferente de por la tarde. Es el caso, sobre todo, de los que se sientan frente a una pantalla de ordenador todo el día. La gran mayoría de los pacientes no experimentan esta variación de forma permanente, pero a un pequeño porcentaje sí le ocurre. La ceguera nocturna es una queja de muchas personas tras la operación, pero, de nuevo, la mayoría no dice que sea permanente. Los que tienen los ojos muy secos y tuvieron que renunciar a los lentes de contacto por ello, sienten más sequedad durante otros seis meses. En algunos se presenta una sobrecorrección, que deteriora su visión de cerca y pudiera contribuir también a que la visión de lejos fuera pobre si no llevan lentes de contacto o gafas. No es muy común, pero les ocurre a algunos pacientes.

En los primeros tres meses después de la operación, la visión puede verse afectada por problemas generales de salud, tensión emocional, embarazo, medicamentos, cambios de trabajo, patrones de ejercicio, cambios en la dieta y, sobre todo, falta de descanso. Un cirujano refractario ha observado que las personas que levantan pesas de forma regular suelen necesitar operaciones repetidas para conseguir el grado de visión deseado. Hay muchos factores que afectan a la visión diaria, en especial durante los tres primeros meses. El paciente debe estar preparado para tales cambios mientras se cura.

La queratotomía radial no es tan precisa que en todos los casos pueda reemplazar a las gafas o lentes de contacto, ya que estos se pueden ajustar a sus necesidades específicas. Es un método general, y es muy raro que los pacientes decidan llevar lentes después de haberse sometido a la operación. También es posible someterse a la corrección de un solo ojo, con lo que se tendría un ojo para ver de lejos y uno para ver de cerca. Es posible hacer operaciones sucesivas si no se ha conseguido la visión deseada o se puede lograr más. Esto requiere un cirujano con mucha experiencia que sepa cuántas operaciones más realizar.

Investigue y luego decida

El mejor consejo que se le puede dar si está contemplando esta operación es que obtenga toda la información que sea posible sobre el tema, ya que debe hacer las preguntas adecuadas si quiere obtener las respuestas adecuadas. Luego vea a varios cirujanos refractarios antes de decidir qué método desea utilizar. (Proverbios 15:22.) Quizás descubra que está en buenas condiciones para esta operación y que puede lograr una mejora sensible de su visión.

Hace poco, en una reunión en Salt Lake City (Utah, E.U.A.), se presentó un informe sobre un estudio realizado con pacientes de queratotomía que también eran oftalmólogos. Estos pacientes respondieron casi unánimemente que estaban contentos con los resultados quirúrgicos; solo el 2% no notaba diferencias, pero el 98% estaba satisfecho.

Despertarse por las mañanas y comprobar que se goza de una buena visión sin necesidad de recurrir a las gafas es todo un logro. Esto es lo que ocurrirá en el futuro cercano, no gracias a la cirugía, sino al poder divino. En el nuevo sistema de Dios, todos los que tuvieron que llevar lentes correctores disfrutarán de una visión clara, pero será especialmente agradable para los que nunca antes habían disfrutado de la vista. “En aquel tiempo los ojos de los ciegos serán abiertos.” (Isaías 35:5.)

[Reconocimiento en la página 22]

The Complete Encyclopedia of Illustration/J. G. Heck

[Recuadro en la página 23]

¡Despertad! presenta esta información sobre la técnica quirúrgica conocida como queratotomía radial, lo que puede hacer por una persona y los riesgos que supone. Con ello no la recomienda. Es una responsabilidad personal, después de investigar sobre el tema, decidir si le conviene o no.

[Recuadro/Ilustraciones en la página 25]

Efectos típicos de la queratotomía radial

El ojo normal enfoca las imágenes sobre la retina, dando una imagen nítida

Retina

Visión clara

En el ojo miope, las imágenes no alcanzan la retina debido a la elongación del globo ocular

Retina

Visión borrosa

Una serie de ocho incisiones radiales aplana la córnea ligeramente

La queratotomía radial permite que el ojo enfoque sobre la retina, formando una imagen nítida

Retina

Visión nítida

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