¿Listo para unas vacaciones?
YA CASI es verano en el hemisferio norte. Pronto, millones de personas se irán de vacaciones. Pero estas salidas no están limitadas tan solo al verano. El turismo se ha convertido en un negocio de todo el año que produce anualmente miles de millones de dólares. Aunque la mayoría de los turistas viajan dentro de su propio país, los viajes al extranjero, que tiempo atrás solo podían permitírselos los ricos, ya son bastante comunes.
La cantidad de días de vacaciones que conceden las empresas varía de un país a otro. En 1979, solo el 2% de la mano de obra alemana recibía seis semanas de vacaciones, pero ahora las recibe la inmensa mayoría. En la Europa occidental el promedio de vacaciones para la población trabajadora de la industria supera las cinco semanas.
Las vacaciones tienen su lugar
El concepto original de la vacación era bastante diferente del actual. The New Encyclopædia Britannica explica: “La práctica moderna de las vacaciones [...] se deriva del antiguo calendario religioso romano, pero adoptando el sentido contrario. En el año había más de cien días festivos dedicados a diversas divinidades romanas. Durante los días que eran fiestas sagradas y, por lo tanto, días santos, las personas descansaban de sus actividades cotidianas. Los días que no se consideraban sagrados se llamaban dies vacantes (días vacantes), y era cuando la gente trabajaba”. Por contraste, los “días vacantes” de nuestros tiempos no son laborables, sino de descanso.
Los alemanes dicen que las vacaciones son “las mejores semanas del año”. Por otro lado, los adictos al trabajo quizás opinen que los “días vacantes” están realmente vacantes, carentes de actividad importante. Pero esta sería una idea extremista. El criterio equilibrado admite los beneficios de romper de vez en cuando la rutina y hacer algo diferente que relaje.
Los aspectos positivos de las vacaciones fueron confirmados en una encuesta llevada a cabo en 1991 entre una serie de ejecutivos europeos, de los que el 78% dijeron que las vacaciones son “imprescindibles para evitar el burnout [agotamiento nervioso] de los ejecutivos”. No menos de tres cuartas partes opinaron que las vacaciones mejoraban el rendimiento laboral, y más de dos tercios dijeron que aumentaban la creatividad. Además, el 64% de las mujeres y el 41% de los hombres concordaron con esta llamativa declaración: “Si no tomara regularmente vacaciones, enloquecería”.
Viajar educa
Thomas Fuller, médico y escritor inglés del siglo XVII, escribió: “Quien mucho viaja, mucho sabe”. Viajar nos permite conocer a gente de otros lugares, sus costumbres y manera de vivir. Los viajes por países con un nivel de vida inferior al nuestro pueden enseñarnos a estar agradecidos por lo que tenemos y despertarnos sentimientos de empatía por los menos afortunados.
Si lo permitimos, los viajes al extranjero también pueden corregir ideas erróneas y disipar prejuicios que quizás tengamos. Nos dan la oportunidad de aprender directamente por lo menos retazos de otro idioma, probar platos sabrosos y ampliar la colección de fotografías, diapositivas o videocintas de la familia con ejemplos de las bellezas que encierra la creación de Dios.
Por supuesto, para sacar el mayor beneficio de cualquier viaje, no debemos limitarnos únicamente a desplazarnos. El turista que recorre medio mundo solo para quedarse en un hotel con otros turistas —muchos de ellos de su mismo país—, nadar en la piscina o la playa privada del hotel y comer la misma comida de siempre, aprenderá poco. ¡Qué lástima! Por lo que se ha observado, la mayoría de los turistas parecen no interesarse mucho ni en los países que visitan ni en su gente.
Buenos preparativos
Samuel Johnson, ensayista y poeta inglés del siglo XVIII, dijo que la persona que viaja “debe llevar consigo conocimiento, si quiere traer a casa conocimiento”. De modo que si tiene ocasión de viajar, prepárese bien. Lea de antemano acerca de los lugares que piensa visitar. Planee lo que quiere ver y decida lo que va a hacer. Luego haga los preparativos pertinentes. Por ejemplo, si desea pasear por la playa o hacer excursiones por la montaña, llévese calzado y ropa adecuados.
No trate de llenar su horario con demasiadas actividades, pues de esa forma se llevaría el estrés de la vida cotidiana a las vacaciones. Deje bastante tiempo libre, sin nada planeado, para poder hacer cosas imprevistas. Uno de los auténticos beneficios de las vacaciones es disponer de tiempo para pensar y meditar sin la presión de un horario apretado, lo que libera a uno del estrés y de las restricciones de vivir esclavizado al reloj.
Unas vacaciones reparadoras también pueden incluir trabajo arduo. Por lo general, la clave de unas buenas vacaciones está en hacer algo diferente. Por ejemplo, una organización no lucrativa de Estados Unidos, denominada Volunteer Vacations, brinda a diversos voluntarios la oportunidad de pasar unas vacaciones cuidando parques nacionales o bosques. Uno de ellos dijo que aunque trabajó mucho, disfrutó tanto que decidió repetir la experiencia al año siguiente.
Los testigos de Jehová muchas veces utilizan días de vacaciones para viajar a asambleas cristianas o para dedicarse más a fondo al ministerio público. Algunos usan las vacaciones para trabajar en la sede mundial de los testigos de Jehová o en la sucursal de su propio país, y disfrutan de la experiencia. Tanto es así que después muchos escriben cartas de agradecimiento por el privilegio.
En efecto, las vacaciones pueden ser sumamente agradables, incluso las mejores semanas del año. No es de extrañar que los niños cuenten los días que faltan para que lleguen. Ahora bien, hay que tomar algunas precauciones, como verá en el siguiente artículo.