Cómo irse de vacaciones sin que luego le pese
CUANDO a una señora de Estados Unidos, que actualmente reside en Europa, se le preguntó si le había gustado un famoso centro turístico que visitó, su respuesta fue: “Debió ser muy hermoso antes de que llegara la gente”. ¿Ha pensado usted lo mismo alguna vez? Hilera tras hilera de hoteles y discotecas, una playa sucia y abarrotada, y música a todo volumen, no es el concepto que todo el mundo tiene de un lugar agradable donde pasar las vacaciones.
Lamentablemente, las vacaciones no siempre están a la altura de lo que esperamos. A veces, en lugar de renovarnos las energías, nos dejan exhaustos; en vez de recuperarnos con ellas, tenemos que recuperarnos de ellas. De ahí lo pertinente de la pregunta: ¿Cómo irnos de vacaciones sin que luego nos pese?
Sea equilibrado
Con las vacaciones ocurre lo mismo que con las especias: en dosis moderadas dan mejores resultados. Aunque la vida de las personas de alta sociedad, con sus continuos viajes, parezca atrayente, en realidad no es equilibrada y, por consiguiente, no trae verdadera felicidad.
El equilibrio también es fundamental en lo que tiene que ver con los gastos. Planee todo bien antes de partir, y trate de mantenerse dentro de su presupuesto. No se deje engañar por las ofertas especiales de las agencias de viajes que dicen: “Disfrute ahora y pague después”.
Tampoco se obsesione de tal manera con los posibles peligros que sofoque la espontaneidad y despreocupación que tanto atractivo aportan a las vacaciones. Además, el debido equilibrio permitirá reconocer el factor que más puede influir en que luego nos pese haber salido de vacaciones. No tiene nada que ver con accidentes, enfermedades ni delitos, sino, más bien, con las relaciones humanas.
Mantenga buenas relaciones
Unas vacaciones con la familia o con amigos pueden fortalecer los lazos afectivos. No obstante, también pueden abrir grietas en una relación que quizás sean difíciles de cerrar después. El periodista Lance Morrow dijo: “El verdadero peligro de las vacaciones radica en su capacidad de condensar todos los conflictos familiares y exponerlos a la vista de todos. [...] Durante la vida cotidiana, la gente tiene trabajos, papeles que desempeñar, amigos y actividades que ayudan a disipar y absorber sus emociones. Pero en el escenario de una casa veraniega es posible que problemas familiares que llevan veinte años latentes salgan de nuevo a relucir con gran virulencia”.
De modo que antes de irse de vacaciones, resuélvase a hacer de ellas una experiencia agradable. No olvide que los gustos difieren. Los niños quizás busquen la aventura, mientras que los padres probablemente deseen descanso. Esté dispuesto a renunciar a sus preferencias personales en cuanto a qué hacer y adónde ir. Si es aconsejable y práctico, convenga en permitir que cada persona disfrute periódicamente de lo que más le guste. Si usted aprende a manifestar las cualidades del espíritu de Dios durante todos los días del año, no debería serle demasiado difícil continuar haciéndolo durante las vacaciones. (Gálatas 5:22, 23.)
Aunque mantener una buena relación con la familia y los amigos es importante, aún lo es más mantenerla con Dios. Cuando estamos de vacaciones solemos encontrar a personas que no comparten nuestro punto de vista cristiano sobre Dios y sus requisitos. Relacionarse con tales personas —quizás incluso frecuentando lugares de dudosa reputación— pudiera depararle consecuencias lamentables. Recuerde la advertencia bíblica: “No se extravíen. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles”. (1 Corintios 15:33.)
Si alguna vez, estando de vacaciones, nota que siente cierto deseo de evadir las normas y prácticas cristianas, reconozca prudentemente tal debilidad, y pida la ayuda divina para combatir dicho deseo.
Lo que se fomenta
Las personas que no rigen su vida según los principios cristianos quizás opinen que en las vacaciones todo es permisible. En algunos países europeos, el turismo sexual constituye un gran negocio, y algunas agencias de viajes hasta lo fomentan. El periódico The European dice que ‘las cosas repugnantes que hacen los hombres europeos en algunas ciudades turísticas de Asia, hace ya mucho tiempo que son del dominio público’. Con relación a cierto país asiático, la revista alemana Der Spiegel calculó que hasta el 70% de todos los hombres que visitan el país son “turistas del sexo”.
Últimamente las mujeres están siguiendo este ejemplo de los hombres. Una compañía alemana de vuelos chárter que se especializa en viajes al Caribe, calcula que el 30% de las pasajeras van allí con el propósito específico de tener relaciones sexuales ilícitas. The European citó las siguientes palabras de un periodista alemán: “Lo ven como una diversión fácil, un juego exótico”.
Sin embargo, los cristianos verdaderos no ven las relaciones sexuales ilícitas como una forma de diversión aceptable. Tal proceder contraviene a los principios cristianos y es muy peligroso. Aunque por regla general todo el mundo reconoce los peligros, muchas personas se limitan a tratar de eludir las consecuencias en lugar de rechazar la práctica en sí. Un ejemplo típico lo tenemos en un anuncio que aparece en la prensa alemana en el que se ve una sombrilla, dos sillas de playa vacías y el siguiente epígrafe: “Tenga un buen viaje, y regrese sin sida”.
Una consecuencia repulsiva del turismo sexual es el abuso deshonesto de menores. Es digno de notar que en 1993 el gobierno alemán promulgó una ley que cataloga como delito punible el que los alemanes tengan relaciones sexuales con menores —aun durante unas vacaciones en el extranjero—. Pero hasta el presente, esa ley ha tenido muy pocos resultados positivos. La prostitución infantil ha sido —y es— una espantosa lacra de la sociedad humana.
Tenga unas vacaciones gratificantes
Para los cristianos verdaderos, la lectura, el estudio de la Biblia y la participación en el ministerio cristiano constituyen actividades agradables, gratificantes. Pero a muchos les cuesta encontrar tiempo para efectuar estas cosas al grado que quisieran. ¿Qué mejor ocasión para ponerse al día que las vacaciones, lejos de la dictadura del reloj?
Claro, durante unas buenas vacaciones repletas de actividades interesantes quizás no le sea posible dedicarse a los menesteres cristianos como normalmente lo hace, pero ¿por qué no procura apartar por lo menos un poco de tiempo para alguna actividad espiritual constructiva? Todavía le quedarán muchas oportunidades para el esparcimiento. De hecho, hay quienes aprovechan el tiempo adicional de que disfrutan durante las vacaciones para aumentar su ministerio. Como dijo Jesús, “felices son los que tienen conciencia de su necesidad espiritual”. (Mateo 5:3.)
Puede que usted también se vaya pronto de vacaciones; si así es, disfrútelas. No se inquiete demasiado por los posibles peligros, pero tome las debidas precauciones. Procure tener presentes las sugerencias que se dan en el recuadro de esta página. Regrese a casa repuesto, descansado y con ganas de reemprender las actividades de la vida que son más importantes. Las vacaciones se acaban muy pronto, pero los gratos recuerdos de ellas pueden seguir siempre vivos. ¡Qué satisfaciente es ir de vacaciones sin que luego nos pese!
[Recuadro de la página 10]
ALGUNAS SUGERENCIAS PARA LAS VACACIONES
Protéjase del crimen
1. Pida a alguien que se encargue de sus cosas durante su ausencia.
2. Aléjese de las zonas que se consideran peligrosas.
3. Tenga cuidado con los carteristas, escóndase bien el dinero que lleve y deje el efectivo que no vaya a utilizar en algún lugar seguro de su alojamiento.
4. Sea cauteloso con los extraños que le ofrezcan ayuda sin habérsela pedido.
Evite accidentes
1. Si viaja en automóvil, vaya con cuidado y pare con frecuencia para descansar.
2. Cuando se aloje en un hotel o viaje en avión, repase bien las medidas de emergencia.
3. Al llegar a su destino, permita que el cuerpo se ajuste antes de emprender actividades físicas vigorosas.
4. Lleve ropa y calzado adecuados, así como todo lo que necesite para las actividades que vaya a desempeñar.
Manténgase sano
1. Pregunte a su médico si necesita vacunarse o tomar algún medicamento.
2. Lleve consigo un botiquín con la medicación necesaria.
3. Descanse lo suficiente y tenga cuidado con lo que come y lo que bebe.
4. Lleve siempre encima la documentación necesaria sobre sus problemas médicos y cómo desea que se atiendan.
Mantenga relaciones felices
1. Muestre amor y consideración por los que le rodean.
2. Mantenga sus normas elevadas al escoger sus compañías.
3. No permita que otros turistas le induzcan a hacer algo que usted considera cuestionable.
4. Aparte tiempo para satisfacer sus necesidades espirituales.
[Ilustración de la página 9]
Elija actividades sanas cuando esté de vacaciones