De nuestros lectores
La vida eterna Gracias por la serie “¿Por qué es tan breve la vida? ¿Viviremos más tiempo algún día?” (22 de octubre de 1995). Además de permitirme comprender mejor qué implica la perspectiva de vivir como humano perfecto en una tierra paradisíaca, estos artículos me ayudaron en la clase de Ciencias. Justo cuando salieron íbamos a tener un examen sobre las partes y funciones de la célula. La explicación de ustedes fue clarísima. Gracias por las buenas notas que saqué y por servir el alimento espiritual al tiempo apropiado.
B. M., Estados Unidos
El vidrio Les agradezco que publicaran el reportaje “El vidrio. Sus primeros fabricantes vivieron hace muchísimo tiempo” (22 de noviembre de 1995). Mi padre trabaja el vidrio, así que en casa tenemos una gran cantidad de este material. Tengo que decirles que el artículo estaba muy bien redactado. No tenía ni idea de cuántas culturas participaron en la fabricación del vidrio. De nuevo, muchas gracias.
M. B., Estados Unidos
Los viñedos de Hungría Como llevo varios meses trabajando en la sección de vinos de un supermercado de Luxemburgo, he leído con interés el artículo “Acompáñenos a los viñedos de Hungría” (8 de septiembre de 1995). Uno de mis superiores dijo que, aunque su reportaje era muy preciso, daban a entender que el hongo que crece en las uvas (Botrytis cinerea) y el de las bodegas eran el mismo, pero, según él, este último es el Cladosporium cellare.
B. P., Francia
Tiene toda la razón y le agradecemos la aclaración.—Los editores.
La amistad con Dios Solo escribo para decirles cuánto me emocionó el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Me ayudará ser amigo de Dios?” (22 de noviembre de 1995). He pasado buena parte del año en el valle de sombra profunda, perdiendo por culpa de la depresión el poco amor propio que me quedaba. No tenía fuerzas ni siquiera para orar o estudiar la Biblia. Parece que no surtía efecto el ánimo que me daban mis hermanos cristianos. Cuando leí el artículo, vi el primer rayo de sol en mucho tiempo.
S. K., Alemania
Es reconfortante saber cuánto interés y amor tiene Jehová por los jóvenes. En mi corta existencia, he sido violada, he consumido drogas, he sufrido un aborto y he padecido abuso emocional y verbal. Una vez, hasta traté de suicidarme. Pero al final comencé a asistir de nuevo a las reuniones cristianas. Perseveré en la oración y volví a acercarme a Jehová, lo que me permitió ser readmitida en su organización. Ninguna droga me dio la inmensa paz que infunde la Palabra de Jehová.
W. B., Estados Unidos
La competición El artículo “El punto de vista bíblico. ¿Es impropio competir en los deportes?” (8 de diciembre de 1995) consoló a mi hijo de 10 años. Algunos muchachos mayores que él le invitaban a jugar a la pelota y le hacían rabiar tanto que volvía a casa algo deprimido. Leímos el artículo juntos y hallamos consuelo, pues vimos que los cristianos deben tener una opinión equilibrada sobre el deporte; que debe revitalizarnos, no deprimirnos. Espero que todos nuestros jóvenes lean el artículo, pues algunos deportes se han vuelto muy violentos.
S. H., Estados Unidos
El artículo me ayudó mucho a decidir si debía inscribirme en un equipo deportivo de la escuela. Citó versículos muy directos. Si me hubiera hecho miembro del equipo, habría entrado en un ambiente muy competitivo, pues los entrenadores suelen pedirte que juegues duro para ganar. Gracias por la información instructiva; espero que ayude a otros jóvenes a tomar una buena decisión.
L. M., Estados Unidos