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El colorido mundo de los arrecifes coralinos

POR EL CORRESPONSAL DE ¡DESPERTAD! EN PAPUA NUEVA GUINEA

LA COSTA de Papua Nueva Guinea está casi totalmente rodeada de arrecifes coralinos, unas formaciones que a los ojos de los navegantes de antaño no eran más que un peligro. Sin embargo, para aquellos que han explorado las aguas circundantes, los arrecifes son la puerta de un mundo de gran belleza, color y tranquilidad: un verdadero calidoscopio subacuático.

No es fácil captar en fotografía este mundo submarino. Por un lado, bajo el agua los objetos parecen estar a tres cuartas partes de la distancia real, lo que dificulta mucho el enfoque. Además, el agua absorbe, dispersa y refracta la luz. Los colores también pueden variar mucho según las condiciones climáticas, el ángulo del sol, la presencia de algas y plancton, la profundidad del agua y las características y tonalidad del fondo marino. Y, por si fuera poco, el agua, el objeto que se quiere retratar y el propio fotógrafo se encuentran en constante movimiento.

Aun así, algunos fotógrafos han obtenido resultados bastante satisfactorios. Las imágenes que acompañan a este artículo se tomaron durante algunas excursiones submarinas. Permítanos presentarle a cuatro de las fascinantes criaturas retratadas bajo las olas.

En la fotografía 1 se ve a un hermoso habitante de las profundidades llamado porcelana tigre (Cypraea tigris). Su nombre es un tanto extraño pues la exquisita coloración del dorso de la concha consta de manchas redondas, no de rayas. La porcelana tigre se encuentra a gusto en este entorno, ya que se alimenta de corales y esponjas. A los chinos de la antigüedad les gustaba tanto su concha que la utilizaban como un tipo de moneda. Y hoy día, en algunos mercados tradicionales de Papua Nueva Guinea todavía se utilizan las conchas de porcelana tigre como moneda suelta. Aunque, en general, los naturales del país las coleccionan tan solo por su delicada belleza.

La fotografía 2 es del gusano tubícola de hermosos colores perteneciente a la especie Spirobranchus giganteus. Puede vivir sobre coral muerto u horadar coral vivo. En reposo parece una flor, pero cuando tiene hambre retuerce sus tentáculos para formar una “red” en la que enganchar rápidamente los bocaditos de alimento que pasen cerca. El movimiento de sus plumosos tentáculos le da la apariencia de una fila de bailarinas en miniatura agitando sus abanicos. Estos especímenes solo tenían un centímetro de ancho. El fotógrafo tiene que ir con mucho cuidado para no hacer ningún movimiento brusco, pues a la mínima señal de peligro, estas delicadas miniaturas se esconden enseguida en el esqueleto que les sirve de casa.

La fotografía 3 corresponde a la esponja. No se parece mucho a su homónima sintética que flota en algunas bañeras. En realidad, la esponja es un animal, no una planta. Es una masa porosa de células que desempeñan juntas sus funciones de una manera muy peculiar. El libro The Undersea (El mundo submarino) dice que las células de las esponjas “no se encuentran estrechamente organizadas ni son interdependientes. De modo que si una esponja viva se fragmenta, cada parte acabará convirtiéndose en una nueva esponja. E incluso si son las células individuales las que se separan, estas avanzan unas hacia otras como si fueran amebas hasta que se juntan unas pocas y empiezan a formar una nueva esponja”.

A diferencia de las plantas, que fabrican su propio alimento, la esponja “caza” para comer. Absorbe agua de su entorno y la filtra para obtener la materia orgánica. Al igual que cualquier otro animal, digiere el alimento y expele los desechos. Las esponjas se adhieren a rocas o conchas del lecho marino.

Finalmente, en la fotografía 4 tenemos a la humilde almeja. Es sedentaria y suele vérsela en las rocas coralinas o simplemente posada en el fondo del mar. La mayoría se alimenta del plancton que separa del agua por filtración. Se dice que la almeja es un molusco bivalvo porque tiene dos conchas, o valvas. Estas se mantienen juntas mediante un ligamento, y para abrirse y cerrarse disponen de dos potentes músculos. Cuando la almeja necesita moverse, se abre y saca un poco su carnoso pie. Pero si se acerca algún enemigo, se recluye en su concha.

Estas fotografías solo son una muestra de las magníficas escenas que pueden contemplarse en los mares de coral, otro lugar más donde se manifiesta la sabiduría creativa de Jehová. (Romanos 1:20.)

[Ilustraciones de las páginas 16 y 17]

1. La porcelana tigre todavía se utiliza como dinero

2. Estas “flores” son en realidad gusanos tubícolas

3. La esponja es un animal, no una planta

4. La almeja se alimenta de plancton (vista de la boca)

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