BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g98 22/1 págs. 19-21
  • ¿Qué hago si mis padres se oponen a mi matrimonio?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ¿Qué hago si mis padres se oponen a mi matrimonio?
  • ¡Despertad! 1998
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • ¿Cuándo se es demasiado joven?
  • Cuando las diferencias religiosas son la causa de preocupación
  • ¿Qué puede decirse de las diferencias raciales o culturales?
  • Cuando la oposición de los padres parece irrazonable
  • Procura mantener la paz
  • Consejo divino para la elección de un cónyuge
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2001
  • El matrimonio: regalo del Dios de amor
    “Manténganse en el amor de Dios”
  • El matrimonio es un regalo de Dios
    Continúe en el amor de Dios
  • Colocando un excelente fundamento para su matrimonio
    Cómo lograr felicidad en su vida familiar
Ver más
¡Despertad! 1998
g98 22/1 págs. 19-21

Los jóvenes preguntan...

¿Qué hago si mis padres se oponen a mi matrimonio?

Lakesha y su novio piensan casarse, pero la madre de ella no está de acuerdo. “Este año cumplo los 19 —dice Lakesha—, pero mi mamá insiste en que esperemos hasta que tenga 21.”

SI ESTÁS pensando casarte, es natural que quieras que tus padres se alegren por ti, y puede resultarte muy doloroso que no aprueben a la persona que has elegido para que sea tu cónyuge. ¿Qué debes hacer? ¿Deberías pasar por alto sus deseos y seguir adelante con tus planes de matrimonio?a

La idea quizás sea tentadora si has alcanzado la mayoría de edad y puedes contraer matrimonio legalmente sin el consentimiento de tus padres. Sin embargo, la Biblia no fija una edad límite para honrar y respetar a los padres (Proverbios 1:8). Y si no tomas en cuenta sus sentimientos, puedes causar daño duradero a la relación que tienes con ellos. Además, existe la posibilidad —e incluso la probabilidad— de que tus padres tengan motivos válidos para oponerse a tu matrimonio.

¿Cuándo se es demasiado joven?

Por ejemplo, ¿te dicen tus padres que eres demasiado joven para casarte? Pues bien, aunque la Biblia no establece una edad mínima para casarse, sí recomienda que antes de hacerlo hayas “pasado la flor de la juventud”, es decir, los años que siguen a la pubertad, cuando los deseos sexuales están en todo su apogeo (1 Corintios 7:36). ¿Por qué? Porque en esta fase de la vida los jóvenes todavía no han madurado en sentido emocional y no han adquirido el autodominio y las demás cualidades espirituales necesarias para desenvolverse en la vida de casados (compáralo con 1 Corintios 13:11; Gálatas 5:22, 23).

Cuando Dale, de 20 años, decidió casarse, quedó consternado al enterarse de que sus padres no estaban de acuerdo. “Dijeron que era demasiado joven y que me faltaba experiencia —relata—. Yo creía que estábamos preparados y que aprenderíamos sobre la marcha, pero mis padres querían estar seguros de que no me estaba dejando llevar solo por las emociones. Me hicieron muchas preguntas: Si estaba preparado para tomar las decisiones del diario vivir, para administrar el dinero, para enfrentar la realidad de satisfacer las necesidades materiales, emocionales y espirituales de una familia; si estaba preparado para ser padre; si realmente había aprendido a comunicarme; si de veras entendía las necesidades de un cónyuge. En su opinión, debía conocerme mejor como adulto antes de poder cuidar de otro adulto.

”Aunque no queríamos esperar, pospusimos la boda a fin de darnos tiempo para madurar. Cuando finalmente nos casamos, empezamos la relación con una mejor base y con más para ofrecernos el uno al otro.”

Cuando las diferencias religiosas son la causa de preocupación

Terri se enamoró de un hombre que no compartía la fe religiosa de su elección, y comenzó a salir con él a escondidas. Cuando comunicó sus planes de matrimonio, se quedó perpleja al enterarse de la oposición de su madre. “No quiero que mi madre se sienta así conmigo —se lamentó Terri—. Quiero que sigamos teniendo la misma relación de madre e hija.”

Pero, en realidad, ¿quién estaba entorpeciendo dicha relación? ¿Era la actitud de la madre de Terri mezquina e irrazonable? No. Ella sencillamente estaba defendiendo el consejo bíblico de que los cristianos se casen “solo en el Señor” (1 Corintios 7:39). De hecho, la Biblia ordena: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos” (2 Corintios 6:14, 15). ¿Por qué?

En primer lugar, la armonía religiosa es un factor muy importante en un matrimonio feliz y exitoso. Según los entendidos, las tensiones comunes a los matrimonios de distinta religión con frecuencia conducen al divorcio. Pero un motivo mayor de preocupación es la posibilidad de que se te presione para que transijas en tus creencias religiosas o para que renuncies a ellas por completo. Incluso si el cónyuge incrédulo no interfiriera en tu adoración, tendrías que vivir con el dolor de no poder compartir con él o ella tus convicciones más profundas. ¿Te parece esta la fórmula para alcanzar la felicidad conyugal?

Así que Terri se enfrentaba a una decisión difícil. “Amo a Jehová Dios —expresó—, pero no quiero perder a mi novio.” Simplemente no se pueden tener ambas cosas a la vez. Es imposible transigir en cuanto a las normas de Dios y continuar gozando de su favor y bendición.

Ahora bien, puede que tus padres se opongan a que te cases con cierto compañero cristiano. ¿Es posible estar unido en yugo desigual con un creyente? Sí, si tal persona no tiene las mismas metas espirituales o la misma devoción a Dios que tú. De ser este el caso, o si los hermanos de la congregación no dan “buenos informes” de ella, la preocupación de tus padres de que te cases con dicha persona puede estar justificada (Hechos 16:2).

¿Qué puede decirse de las diferencias raciales o culturales?

Los padres de Lynn pusieron reparos a su matrimonio por una razón diferente: ella quería casarse con un hombre de otra raza. ¿Qué enseña la Biblia al respecto? Nos dice que “Dios no es parcial” y que “hizo de un solo hombre toda nación de hombres” (Hechos 10:34, 35; 17:26). Los seres humanos tienen un origen común y son de igual valor a la vista de Dios.

Aun así, aunque todos los matrimonios experimentan “tribulación en la carne”, los matrimonios mixtos pueden arrostrar otras pruebas (1 Corintios 7:28). ¿Por qué? Porque muchas personas en este mundo impregnado de odio no aceptan lo que Dios dice sobre las razas. A pesar de que los matrimonios mixtos son cada vez más comunes en algunos países occidentales, aún hay lugares donde la gente está cargada de prejuicios contra estos. Por tal razón, quizás tus padres teman que no estés preparado para hacer frente a dichas presiones.

“Mis padres pensaban que iba a ser muy difícil para nosotros”, admite Lynn, quien, obrando con sensatez, respetó los sentimientos de ellos y no se casó precipitadamente. A medida que sus padres observaron su madurez y conocieron mejor al hombre que ella amaba, empezaron a sentirse bastante seguros de que podría manejar las presiones de su matrimonio. Dice Lynn: “En cuanto consideraron que realmente podríamos ser felices juntos, se alegraron por nosotros”.

Sin embargo, a veces el obstáculo no es la raza, sino la cultura. Tal vez a tus padres les preocupe que, a la larga, encuentres difícil vivir con alguien cuya forma de vida, expectativas y gustos en cuanto a comida, música y diversión son tan diferentes de los tuyos. En todo caso, casarse con una persona de otra raza o cultura puede suponer grandes pruebas. ¿Estás realmente preparado para hacerles frente?

Cuando la oposición de los padres parece irrazonable

¿Qué debes hacer si te parece que tus padres están actuando de forma totalmente irrazonable al oponerse a tu matrimonio? Una joven llamada Faith cuenta acerca de su madre: “Mi mamá se ha divorciado varias veces. Ella dice que uno nunca conoce verdaderamente a la persona con quien va a casarse hasta que es demasiado tarde. Está convencida de que no seré feliz en mi matrimonio”. Muchas veces los padres cuyos matrimonios han fracasado son incapaces de ver con objetividad el matrimonio de sus hijos. En algunas ocasiones, los padres tienen motivos cuestionables para no querer que sus hijos se casen, como, por ejemplo, el deseo de seguir controlando su vida.

Si tus padres no quieren atender a razones, ¿qué puedes hacer? Entre los testigos de Jehová hay ancianos de congregación a quienes se puede acudir para resolver los problemas familiares. Sin ponerse de parte de nadie, estos pueden ayudar a los miembros de la familia a tratar los asuntos de manera calmada, pacífica y productiva (Santiago 3:18).

Procura mantener la paz

Por supuesto, puede existir un sinnúmero de factores por los que tus padres se opongan a que te cases, como son el que les preocupe tu situación económica o la personalidad de tu cónyuge en perspectiva. Y en esta era del sida y otras enfermedades de transmisión sexual, pueden tener razón para preocuparse por tu salud si la persona con quien vas a casarte llevó una vida promiscua antes de ser cristiana.b

Mientras vivas en el hogar de tus padres, estás obligado a reconocer su autoridad sobre ti (Colosenses 3:20). Pero aun si te has independizado y tienes edad suficiente para tomar tus propias decisiones, no rechaces apresuradamente las preocupaciones de tus padres. Muéstrate dispuesto a escuchar (Proverbios 23:22). Examina con atención las consecuencias que puede traerte el matrimonio (compáralo con Lucas 14:28).

Es posible que tras haber sopesado la situación, todavía desees casarte. Desde luego tendrás que asumir toda la responsabilidad de tu decisión (Gálatas 6:5). Si te has esforzado al máximo por considerar el punto de vista de tus padres, ellos posiblemente se sientan motivados a apoyar tu decisión, aunque lo hagan con alguna reticencia. Pero si continúan poniendo reparos, trata de no amargarte ni enfurecerte. Recuerda: tus padres te aman y se interesan por tu felicidad futura. Sigue intentando hacer las paces con ellos. A medida que vayas triunfando en tu matrimonio, tal vez se ablande su actitud.

Por otra parte, si efectivamente analizas todo cuanto tus padres tengan que decir y haces un examen riguroso de ti y de la persona con quien tanto anhelas casarte, no te extrañes si llegas a la sorprendente conclusión de que, después de todo, tus padres quizás tengan razón.

[Notas]

a Este artículo va dirigido a los jóvenes de países donde se acostumbra que cada cual elija a su consorte.

b Lee el artículo “Cómo ayudar a los enfermos de sida”, de ¡Despertad! del 22 de marzo de 1994.

[Ilustración de la página 21]

Quizás tus padres piensen que eres muy joven para casarte

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir