La llama ovejera contra el coyote
EL COYOTE constituye una gran amenaza para la cría de ovino en el oeste de Estados Unidos. En 1996, los tramperos federales mataron más de ochenta y dos mil coyotes, y desde 1990, más de seiscientos mil. Pero los ganaderos han descubierto otro modo de proteger los hatos: importar llamas de Sudamérica.
Las llamas son familia de los camellos. (De hecho, a principios de año se informó del cruce de un camello y una llama, la cual parió un animal parecido al padre.) Pesan unos 100 kilos, tienen una alzada media de 120 centímetros y su pelo es largo y blanco (a veces pardo o negro). Pero lo más importante para el ganadero es que cuidan las ovejas y ahuyentan a los coyotes.
“Los golpean con las patas al tiempo que mueven la cabeza de un lado a otro —explica Becky Weed, criadora de ovino— Llevamos cuatro años sin que los coyotes nos hayan matado una sola oveja.” No obstante, la citada ganadera reconoce que no son una solución perfecta: “Un oso invadió nuestro rebaño y perdimos cuatro ovejas”.
Un grupo de ganaderos con conciencia ecológica ha formado la Cooperativa Lanar de Criadores, consorcio que vende lana que denominan “inocua para los predadores”, es decir, de ganaderos que protegen a las ovejas sin matar a los predadores. Para ello, además de llamas emplean perros guardianes y burros.
La cooperativa tiene contratas con tejedores que elaboran en su hogar suéteres, sombreros, mantas y otros artículos. Como la lana que emplean es más cara, también son más costosos estos artículos. ¿Están dispuestos los consumidores a pagar más? “Sí, cuando saben de qué tipo de rancho proceden —dijo una tendera de Chatham (Nueva York)—. Les gustan los suéteres que tienen un trasfondo interesante.”