De nuestros lectores
Mejorar las calificaciones Soy estudiante, y quisiera darles las gracias por el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Puedo mejorar mi rendimiento escolar?” (22 de marzo de 1998). Mis calificaciones siempre han estado por encima de la media, y nunca había visto razones para superarme. Pero este interesante artículo me motivó, y he comprendido que si me pongo metas razonables puedo hacerlo mejor.
B. R., Estados Unidos
Tengo 14 años, y hasta ahora nunca había entendido cómo hay que estudiar. Convencida de que algunas materias no me serían de ninguna utilidad en el futuro, pensaba que no tenía sentido estudiarlas. No obstante, el artículo me ha hecho cambiar de opinión. También les agradezco que explicaran de una manera tan práctica cómo estudiar.
K. F., Japón
Rechinar los dientes El artículo “¿Hace rechinar los dientes?” (22 de marzo de 1998) me vino como anillo al dedo. Dado que tengo ese problema, me pareció muy informativo y animador. Nunca imaginé que publicarían algo sobre este tema. Al tratar información tan variada, ustedes logran llegar a todos los lectores.
A. M. N. C., Brasil
La mujer Cuando leía el reportaje “La mujer: ¿qué le reserva el mañana?” (8 de abril de 1998), se me saltaron las lágrimas. Nunca había leído nada tan emotivo. Muchísimas gracias por animarnos a esperar el día en que se ponga fin a la opresión.
C. J., Estados Unidos
Me conmovió enterarme de la vida tan difícil que tienen muchas mujeres en el mundo. Cuando vi todo lo que han de hacer, y que a menudo llevan esa carga totalmente solas, se me llenaron los ojos de lágrimas. Soy madre de dos hijos, y con frecuencia lloro por las muchas dificultades que tengo. Pero este reportaje me ha ayudado a darme cuenta de que mi vida es más agradable que la de muchas mujeres.
K. S., Estados Unidos
La viudez Les doy mis más sinceras gracias por el relato de Barbara Schweizer titulado “Hallo consuelo en ‘el valle de sombra profunda’” (8 de abril de 1998). Yo no he perdido a un marido, pero sí a mi padre, mi madre y un hermano en el espacio de tres años. Barbara Schweizer dijo que en su caso “la tristeza es intermitente”. Me tranquilizó saber que no soy la única que se siente así.
H. T., Hawai
Tengo 17 años, soy evangelizadora de tiempo completo y aunque no tengo grandes problemas, este relato me ha animado a cultivar una actitud gozosa y decidida. Me ha hecho entender que cuento con el apoyo de Jehová y que él nunca me abandonará.
T. C., Italia
La ortodoncia Gracias por el artículo “La ortodoncia: ¿qué abarca?” (8 de abril de 1998). Tengo 12 años y hace poco que he empezado a llevar aparatos en la boca. No me entusiasma mucho la idea, pero su artículo explicaba los beneficios que obtendré, y decía que muchas personas los llevan, así que no tengo razón para sentirme abochornada.
J. L., Canadá
Me gustó mucho el artículo sobre la ortodoncia. Desde niño, siempre he querido tener una dentadura bonita. Hace poco se me rompió uno de los dientes frontales y tuvieron que acoplarle una corona, lo cual sale muy caro. En Yugoslavia, los dentistas muchas veces no disponen de los materiales necesarios. Y para los que contamos con pocos recursos, la odontología privada no está a nuestro alcance. ¡Cuántas ganas tengo de que llegue el día en que todos tengamos una dentadura perfecta!
B. E., Yugoslavia