¿Ahorra energía, o la derrocha?
De nuestro corresponsal en Gran Bretaña
SE CALCULA que todos los años se dilapidan en Estados Unidos 1.000 millones de dólares en electricidad, cantidad que satisfaría las demandas de una ciudad como Chicago. ¿Cómo se produce semejante despilfarro? Dejando en la modalidad de espera electrodomésticos tales como computadoras, telefaxes, televisores, reproductores de vídeos y discos, e incluso cafeteras. Esta medida sirve para mantener en funcionamiento sus relojes, conservar la información que poseen en la memoria e indicar la programación realizada, o sencillamente para permitir la utilización instantánea de los aparatos.
Para producir la energía que consume Gran Bretaña anualmente por esta modalidad, las centrales eléctricas generan medio millón de toneladas de gases de efecto invernadero, lo que pudiera estar agravando los efectos del calentamiento de la Tierra. “Por muy en boga que esté la ideología verde entre los consumidores jóvenes, son pocos los que relacionan la producción de electricidad con el calentamiento del planeta”, señala el diario londinense The Times.
Son pocos los consumidores conscientes de que muchos equipos eléctricos gastan en espera casi la misma energía que en funcionamiento. Por ejemplo, un sistema de televisión por satélite consume normalmente 15 vatios, y solo uno menos en espera. El mal diseño también tiene parte de culpa. En una prueba realizada con lectores de discos compactos, un modelo consumía 28 vatios en la citada modalidad, mientras que otro similar, solo dos. Pero ya se ha ideado un microcircuito integrado que podría reducir el consumo en espera de 10 vatios a 1, o incluso a 0,1. Se espera que, en la lucha sin cuartel contra la contaminación, los fabricantes de todo el mundo adopten en la producción en serie este microcircuito, que cuesta 2,50 dólares. Entretanto, ¿qué podemos hacer?
El ministro de Medio Ambiente de Gran Bretaña señala: “Parecerá pequeña la electricidad que consume cada aparato; pero dado que somos 60.000.000 en estas islas [británicas], el total es enorme”. Aunque es obvio que algunos electrodomésticos, como las neveras, no deben desconectarse, conviene acostumbrarse a apagar las lámparas y otros artefactos mientras no se estén utilizando, en vez de dejarlos en espera. Así no solo ahorraremos dinero, sino que contribuiremos a reducir la contaminación evitable del planeta.