De nuestros lectores
Abuelos Gracias por la manera tan amorosa de abordar el tema “Las alegrías y las dificultades de ser abuelos” (22 de marzo de 1999). Estoy criando sola a mis dos nietos porque su madre era drogadicta, y todavía lo es. Tal como se indicaba en el reportaje, he tenido que lidiar con la ira de los muchachos, y lo cierto es que no tenía idea de lo que sentía un niño al verse abandonado por ambos padres. Pero precisamente el año pasado, mi nieto menor me dijo: “Gracias por recogernos”. Aquellas palabras compensaron todas las dificultades y las lágrimas derramadas.
D. B., Estados Unidos
Gracias al amor y la lealtad de nuestra querida abuela, mis hermanos y yo superamos el abandono y los abusos que experimentamos durante años por parte de nuestros padres. Las verdades bíblicas que ella inculcó en nuestro corazón nos dieron las fuerzas para seguir adelante. Hoy, sus tres nietos y siete bisnietos somos cristianos dedicados.
B. L. B., Brasil
Entre mi suegra y yo han surgido tensiones con relación a la crianza de mi hijo de un año y cinco meses. Estaba tan celosa de ella que llegó un momento en que ni siquiera podía disfrutar de las reuniones cristianas. No obstante, esos artículos me ayudaron a comprender que no tiene mala intención y que no trata de apoderarse de mi niño. La información llegó cuando más la necesitaba, y doy gracias a Jehová por ello.
M. Z. C., México
Cinco hijos La biografía “Doy gracias a Jehová por mis cinco hijos” (22 de marzo de 1999) me resultó particularmente interesante porque encontré varias similitudes entre Helen Saulsbery y mi madre. Ambas se bautizaron en el mismo año. Mamá también se quedó en casa y cuidó de nosotros cuando la empresa de mi padre se fue a la quiebra y la familia se vio en apuros económicos. Tal como Helen, mi madre fue precursora, o evangelizadora de tiempo completo, y siempre nos contaba experiencias interesantes de su servicio, lo que me estimuló mucho a ser precursora. Ahora que tengo dos hijas, puedo comprender el gran esfuerzo que hizo mamá para criarnos.
M. S., Japón
Mis más sinceras gracias por ese artículo. Aunque siempre trato de seguir los consejos de la Biblia al desempeñar mi labor de padre, muchas veces me siento incompetente. La experiencia de la familia Saulsbery me ha animado a seguir adelante.
R. M. R., Brasil
El deseo de tener cosas Soy una muchacha de 12 años y quiero darles las gracias por el artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Por qué no puedo tener lo que quiero?” (22 de marzo de 1999). Me siento algo desilusionada porque me gustaría tener una bicicleta y una guitarra, entre otras cosas, y mi padre no puede comprármelas. No obstante, su artículo me animó mucho; fue como un consejo paterno. Gracias por publicarlo.
C. U., Nigeria
Músculos Cuando terminé de hacer mis ejercicios esta mañana, me senté a leer el artículo “Los músculos: creaciones maestras” (8 de abril de 1999). Empecé a pensar en los músculos que movían mis ojos conforme iba leyendo cada página, en los del brazo, que se contraían y relajaban cada vez que acercaba la taza de café para dar un sorbo, y en los de las piernas, que me ayudaban a cambiar de posición en el asiento. ¡Qué maravilla! Son una verdadera obra maestra.
N. T., Belice
Los músculos solo nos dan una leve vislumbre de la inmensa sabiduría e inteligencia de nuestro Magnífico Creador, Jehová Dios. Siempre me ha encantado leer acerca del cuerpo humano. Pero esta es la primera vez que he leído algo tan bien redactado y fácil de comprender.
P. J. O. S., Brasil