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Ayuda para entender la Biblia
ad págs. 82-84

AMORREO

(quizás: “morador de la montaña”).

En la lista de los hijos de Canaán se menciona al “amorreo”, pero este término, que siempre está en singular en el texto hebreo, se usa en otras partes en sentido colectivo para designar a la tribu cananea que descendió del amorreo original. Los amorreos eran por lo tanto una raza camítica. (Gén. 10:6, 15, 16; 1 Cró. 1:13, 14.)

Para el tiempo de Abrahán hubo una coalición de reyes mesopotámicos que invadió el sur de Canaán y derrotó a algunos de los amorreos que moraban en Hazazón-tamar, localidad que, según se cree, estaba situada al SO. del mar Muerto. En aquel entonces había tres hombres amorreos que vivían en Hebrón o en sus cercanías y que eran “confederados de Abrán”, por lo que le ayudaron cuando este persiguió y derrotó a los reyes invasores, posibilitando así el rescate de su sobrino Lot. (Gén., cap. 14.) Sin embargo, algún tiempo después, Dios notificó a Abrahán que, cuando el error de los amorreos finalmente hubiera “quedado completo”, los descendientes de Abrahán regresarían a Canaán procedentes de una tierra forastera y tomarían posesión de la tierra de los amorreos. (Gén. 15:13-21.)

Poco antes de morir el patriarca Jacob en Egipto, le prometió a José: “De veras te doy yo una porción saliente de tierra más que a tus hermanos, la cual tomé de la mano de los amorreos mediante mi espada y mediante mi arco”. (Gén. 48:22.) Puesto que la palabra que en este texto se vierte “porción saliente”, en hebreo es schekem, se ha dicho que Jacob se refería a la porción de terreno que él había comprado cerca de la ciudad de Siquem (Schekem). (Gén. 33:18, 19.) No obstante, aquella compra fue una transacción pacífica y no hay ningún registro que indique que Jacob la tomara por la fuerza. Si bien los hijos de Jacob posteriormente llegaron a atacar cruelmente la ciudad de Siquem, Jacob no aceptó ninguna responsabilidad por ese acto (Gén. 34:30); además, estando en su lecho de muerte, maldijo la ira que motivó aquel ataque de Simeón y de Leví. (Gén. 49:5-7.) En consecuencia, parece más razonable entender la promesa de Jacob como una declaración profética en la que, con los ojos de la fe, vio la conquista futura de Canaán como si ya hubiera acontecido, hablando de sí mismo como quien ‘tomaba la tierra de los amorreos’ mediante la espada y el arco de sus descendientes.

El término “amorreo” se emplea algunas veces para representar a todos los pueblos de Canaán. Esto explica por qué lo que se dice con respecto a ciertos habitantes de Canaán en un pasaje se atribuye a los amorreos en otro pasaje. (Compárese con Números 14:44, 45; Deuteronomio 1:44.)

Los doce espías que Moisés envió a Canaán encontraron que la región montañosa estaba ocupada por amorreos, hititas y jebuseos, mientras que los amalequitas residían en el Négueb y los cananeos moraban “junto al mar y al lado del Jordán”. (Núm. 13:1, 2, 29.) Como en tiempos de Abrahán, los amorreos todavía moraban en Hebrón, además de en otras ciudades de las montañas del lado occidental del Jordán. (Jos. 10:5.) No obstante, para el tiempo del éxodo de Israel habían invadido territorios moabitas y ammonitas al este del Jordán, tomando posesión de la región que se extendía desde el valle torrencial de Arnón (la frontera de Moab), al sur, hasta el valle torrencial de Jaboq (la frontera de Ammón), al norte. (Núm. 21:13, 24, 26; Jos. 12:2; Jue. 11:22.) Este era el dominio del rey amorreo Sehón, descrito por el historiador judío Josefo como ‘una tierra situada entre tres ríos [el Jordán, el Arnón y el Jaboq] a semejanza de una isla’. (Antigüedades Judías, Libro IV, cap. V, sec. 2.) Además, al norte del dominio de Sehón había otro reino amorreo con su centro en Basán, bajo el rey Og. Por el sur limitaba con los territorios de Sehón y de los ammonitas, y por el norte llegaba hasta el monte Hermón. (Deu. 3:1, 8.)

CONQUISTA DE ISRAEL

Al acercarse a la Tierra Prometida, y bajo las órdenes divinas de no penetrar en los territorios de Moab y Ammón (Deu. 2:9, 37), los israelitas pidieron al rey Sehón, que vivía en Hesbón, la ciudad capital, que les permitiera pasar por su tierra y se ofrecieron a cumplir unas condiciones muy estrictas: “Déjame pasar por tu tierra. No nos desviaremos para entrar en un campo ni en una viña. No beberemos agua de pozo alguno. Por el camino del rey marcharemos hasta que pasemos por tu territorio”. En vez de acceder, Sehón atacó a Israel con sus fuerzas combinadas, pero fue derrotado rápidamente a unos cuantos kilómetros al sur de Hesbón, en Jáhaz, y todo su territorio cayó en poder de Israel. (Núm. 21:21-32; Deu. 2:24-36.) Al invadir el territorio vecino del rey amorreo Og, Israel también lo derrotó y capturó sesenta ciudades fortificadas. (Núm. 21:33-35; Deu. 3:1-7.) La caída de estos poderosos reinos amorreos ante Israel fue la causa de que Moab y la gente de Canaán se vieran invadidos por un sentimiento de pavor morboso (Núm. 22:2-4), tal como lo revelan las palabras de Rahab a los espías israelitas. (Deu. 2:24, 25; Jos. 2:9-11.) El territorio de los dos reyes amorreos derrotados llegó a ser la herencia de las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés. (Núm. 32:31-33, 39; Deu. 3:8-13.)

En cuanto a los amorreos que estaban al oeste del Jordán, cuando se enteraron de cómo cruzaron milagrosamente ese río los israelitas, “empezó a derretírseles el corazón”. Este milagro, junto con las victorias aplastantes que Israel ya había obtenido, puede explicar en parte por qué los amorreos no atacaron el campamento israelita cuando sus varones fueron circuncidados, ni tampoco mientras se celebraba la Pascua. (Jos. 5:1, 2, 8, 10.) No obstante, después de la destrucción de Jericó y de Hai todas las tribus de Canaán formaron una alianza para presentar un frente unido contra Israel. (Jos. 9:1, 2.) Cuando los hombres heveos de Gabaón decidieron buscar la paz con Israel fueron atacados rápidamente por “cinco reyes de los amorreos” y escaparon de la destrucción solo gracias a que las fuerzas de Josué marcharon durante toda la noche para acudir en su ayuda y a la intervención milagrosa de Jehová. (Jos. 10:1-27.)

Después de esta batalla y de la subsiguiente campaña de Josué por toda aquella tierra, parece que la fuerza de los amorreos en el sur de Palestina quedó destrozada. No obstante, los amorreos que residían en las regiones septentrionales formaron una alianza con otras tribus y se enfrentaron en batalla contra Israel en las “aguas de Merom”, al norte del mar de Galilea. Los amorreos fueron totalmente derrotados y nunca más se les vuelve a mencionar como un importante peligro para Israel. (Jos. 11:1-9.) Aunque quedó un resto, su territorio fue reducido considerablemente y, con el correr del tiempo, fueron obligados a hacer trabajos forzados para los israelitas. (Jos. 13:4; Jue. 1:34-36.) Los israelitas tomaron a las mujeres amorreas como esposas, lo que les llevó a la apostasía (Jue. 3:5, 6), y parece que los amorreos continuaron causando dificultades de otras maneras por algún tiempo, pues no fue sino hasta los días de Samuel, después de una victoria decisiva sobre los filisteos, que “llegó a haber paz entre Israel y los amorreos”. (1 Sam. 7:14.) Entre los que fueron puestos a hacer trabajos forzados durante el reinado de Salomón estuvieron de nuevo los amorreos. (1 Rey. 9:20, 21.) Su idolatría e iniquidad, que era representativa de todos los cananeos, llegó a ser proverbial. (1 Rey. 21:26; 2 Rey. 21:11.) Por esta razón, el tomar esposas amorreas siguió siendo un verdadero problema para los israelitas que regresaron después del exilio en Babilonia. (Esd. 9:1, 2.) Sin embargo, el pueblo amorreo, que en un tiempo fue el más prominente de todo Canaán, dejó de existir por completo, como un árbol alto, macizo, al que le hubieran quitado su fruto y destruido sus raíces. (Amós 2:9, 10.)

Los historiadores seglares han tratado de asociar a los amorreos de la Biblia con el pueblo llamado los amurru en los primitivos textos cuneiformes acádicos (asirobabilonios), pero existen bastantes dudas al respecto.

[Mapa de la página 83]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

TERRITORIO AMORREO

El Mar Grande

AMORREOS

MOAB

AMMÓN

REINO AMORREO DE SEHÓN

REINO AMORREO DE OG

Mte. Hermón

Mar Salado

Río Jordán

V.T de Jaboq

V.T de Arnón

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