APOLOS
(abreviación de Apolonio; “Un Destructor”).
Judío de Alejandría, Egipto, que se distinguió por su elocuencia y gran conocimiento de las Escrituras Hebreas. Parece que recibió testimonio de los discípulos de Juan el Bautista o de los testigos cristianos antes del Pentecostés, pues “conocía solamente el bautismo de Juan”. (Hech. 18:24, 25.) Sin embargo, impelido por su plena convicción, al llegar a Éfeso alrededor del año 52 E.C., comenzó a testificar en la sinagoga local. Esto le puso en contacto con Áquila y Priscila, quienes le ayudaron a ampliar su entendimiento de la enseñanza cristiana. Desde Éfeso se dirigió a la región de Acaya con una carta de recomendación y parece que centró su actividad en la ciudad de Corinto, donde anteriormente había estado Pablo. Su carácter enérgico y su facilidad en refutar bíblicamente los argumentos de los judíos incrédulos resultaron ser de una gran ayuda para aquellos hermanos. De manera que él ‘regó lo que Pablo había plantado’. (Hech. 18:26-28; 19:1; 1 Cor. 3:6.)
Desafortunadamente, para el tiempo en que Pablo escribió Primera a los Corintios (alrededor de 55 E.C.) se habían desarrollado algunas facciones en la congregación corintia. Algunos consideraban que su líder era el elocuente Apolos, otros preferían a Pablo o a Pedro, o se conformaban con Cristo. (1 Cor. 1:10-12.) La carta de Pablo corrigió ese erróneo modo de pensar al mostrar la necesidad vital de estar unidos y lo relativamente poco importantes que son los individuos, ya que estos son solo ministros que sirven bajo Dios y Cristo. (1 Cor. 3:4-9, 21-23; 4:6, 7.) Parece ser que Apolos estaba por entonces en Éfeso, donde Pablo escribió Primera a los Corintios, o cerca de allí, porque en esa carta el apóstol menciona que instó a Apolos a visitar la congregación corintia. (1 Cor. 16:12.) El que Apolos no estuviera dispuesto a ir, pudo deberse a la actitud impropia de los corintios o sencillamente a que creía que aún no había terminado su labor donde se encontraba. De todas formas, la breve declaración de Pablo muestra que estos dos activos misioneros no permitieron que aquellas cuestiones los dividieran. La última vez que se menciona a Apolos es en Tito 3:13, donde Pablo le pide a Tito, que para entonces estaba en Creta, que le suministre a Apolos todo lo que necesite para su viaje.