COLORES
Las palabras y expresiones usadas en la Biblia para designar los colores no son tan específicas como los términos que se encuentran en las tablas de colores modernas. A veces se usa una misma raíz para designar diferentes tonos de una misma familia de colores. Esto no se debe a que los escritores fueran insensibles a esas diferencias o tuvieran un vocabulario limitado. Al contrario, podían transmitir hábilmente los colores valiéndose del contexto mismo de un relato o por la comparación de un objeto desconocido con uno que fuese familiar. (Éxo. 16:31; Rev. 1:14.) Por ejemplo, se usaron como referencias para los colores cosas comunes como la sangre, la nieve, ciertos pájaros, el fuego, piedras preciosas y así por el estilo. (2 Rey. 3:22; Sal. 51:7; Cant. de Cant. 5:11; Mat. 16:2, 3; Rev. 9:17.) Asimismo, dieron a los colores un sentido figurado, y asociaron ciertas ideas específicas con algunos colores determinados.
En la Biblia se mencionan los siguientes colores: negro, azul, azul jacinto, moreno, carmesí, color fuego, dorado, gris, verde, verde amarillento, púrpura, púrpura rojiza, rojo, rojo encendido, rojo amarillento, escarlata, bermellón, blanco, amarillo, y amarillo azufre.
EL MANTO DE CRISTO
Algunas personas han argumentado que el registro bíblico se contradice cuando se hace referencia al color del manto que se le puso a Jesucristo el día de su ejecución. Mateo escribe que los soldados “le pusieron un manto escarlata” (27:28), mientras que, según Marcos y Juan, era púrpura. (Mar. 15:17; Juan 19:2.) Sin embargo, más que suponer una discrepancia, tal variación al describir el color de la prenda de vestir simplemente da evidencia de la individualidad de los escritores del evangelio y de que no estaban confabulados. Mateo describió el manto según su propia evaluación de color, resaltando la tonalidad roja de la prenda de vestir. Juan y Marcos, al contrario, no dieron tanta importancia a la tonalidad al decir que el manto era púrpura. El término “púrpura” aplica, dentro de la gama del rojo al azul, a los colores más próximos al rojo. Por lo tanto, Marcos y Juan concuerdan con Mateo en que la prenda de vestir era, hasta cierto grado, roja. Por supuesto, algunas circunstancias, como el fondo y el reflejo de la luz, pudieron dar al manto matices diferentes. Los escritores de los evangelios simplemente registraron lo que pareció ser el color dominante para ellos o para aquellos de quienes obtuvieron la información. Una masa de agua varía de tonalidad dependiendo del color del cielo y del reflejo de la luz en un momento dado. Al considerar todos estos factores, se observa que los escritores del evangelio no se estaban contradiciendo al describir el color del manto con el cual los soldados romanos, en son de burla, vistieron a Cristo el último día de su vida como humano.