CORREOS
Hombres especialmente seleccionados del cuerpo de guardia real para entregar tanto los decretos reales como otra correspondencia urgente del rey en zonas distantes del reino. Para estos correos la velocidad en la entrega era primordial. A estos hombres se les conoce desde tiempos antiguos como “corredores”, y así se les llama en 1 Reyes 14:27, 28. (Véase CORREDORES.)
En el imperio persa había estaciones de relevos o postas, donde tanto caballos como correos descansados esperaban para llevar los mensajes importantes a su destino. (Est. 3:13-15; 8:10, 14.) Estos se apresuraban a llevar los mensajes durante día y noche, y sin importar las condiciones climatológicas. En el imperio romano había estaciones cada pocos kilómetros donde se guardaban permanentemente 40 caballos a disposición de los correos. Los correos romanos podían viajar aproximadamente 160 Km. en un día, lo que suponía una distancia considerable en aquellos tiempos. Con este sistema de caballos de posta los mensajes reales podían enviarse hasta los confines de un imperio en un período de tiempo relativamente corto. Los únicos mensajes que se llevaban eran los oficiales, ya que las cartas personales se enviaban a su destino por medios privados.