BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • ad págs. 1004-1006
  • Levítico, Libro de

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Levítico, Libro de
  • Ayuda para entender la Biblia
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • PERÍODO ABARCADO
  • CUÁNDO Y DÓNDE SE ESCRIBIÓ
  • SU ESCRITOR
  • BOSQUEJO DEL CONTENIDO
  • EL VALOR DEL LIBRO
  • Levítico, Libro de
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
  • Libro bíblico número 3: Levítico
    “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”
  • Levítico... llamada a la adoración santa de Jehová
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1984
  • La santidad de Dios... según se magnifica en Levítico
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1977
Ver más
Ayuda para entender la Biblia
ad págs. 1004-1006

LEVÍTICO, LIBRO DE

Tercer libro del Pentateuco. En él se recogen las leyes de Dios sobre sacrificios, pureza y otros asuntos relacionados con la adoración de Jehová. El sacerdocio levítico, llevando a cabo sus instrucciones, rindió servicio sagrado en “una representación típica y sombra de las cosas celestiales”. (Heb. 8:3-5; 10:1.)

PERÍODO ABARCADO

El libro de Levítico no abarca un periodo muy largo, ya que una buena parte del mismo está dedicada a exponer las ordenanzas de Jehová, más bien que a narrar diversos acontecimientos ocurridos en un espacio de tiempo prolongado. En el último capítulo de Éxodo—el libro que precede a Levítico—se registra cómo se erigió el tabernáculo el primer día del primer mes, en el segundo año de la partida de Israel de Egipto. (Éxo. 40:17.) El libro de Números—que sigue al de Levítico—empieza (1:1-3) con el mandato de Dios a Moisés para que haga un censo, mandato que le dio “en el primer día del segundo mes, en el segundo año de la salida de ellos de la tierra de Egipto”. Por consiguiente, los sucesos que se mencionan en el libro cubren como máximo un mes.

CUÁNDO Y DÓNDE SE ESCRIBIÓ

Por lo expuesto anteriormente, parece lógico pensar que el libro fue escrito en 1512 a. E.C. en el desierto de Sinaí.

Las referencias que se hacen de la vida en un campamento apoyan la idea de que Levítico en realidad se escribió en el desierto. (Lev. 4:21; 10:4, 5; 14:8; 17:1-5.) Por consiguiente, este libro no fue escrito por alguien en fecha posterior, como alegan algunos, cuando ya no se daban aquellas circunstancias poco corrientes.

SU ESCRITOR

De igual manera, toda la evidencia ya citada ayuda a identificar a Moisés como el escritor. Él recibió la información de Jehová (Lev. 26:46), y las palabras de conclusión del libro son las siguientes: “Estos son los mandamientos que Jehová dio a Moisés como mandatos a los hijos de Israel en el monte Sinaí”. (Lev. 27:34.) Además, Levítico es parte del Pentateuco, cuyo escritor se reconoce comúnmente que fue Moisés. La conjunción “Y”, con la cual comienza Levítico, subraya su relación con Éxodo y, por lo tanto, con el resto del Pentateuco. Además, la manera en que Jesucristo y los escritores de las Escrituras Cristianas aluden a este libro muestra que ellos lo aceptaban como escrito por Moisés y como parte del Pentateuco. Por ejemplo, se puede observar la referencia que Cristo hizo a Levítico 14:1-32 (Mat. 8:2-4) o la que hizo Lucas a Levítico 12:2-4, 8 (Luc. 2:22-24) y la manera en que Pablo parafraseó Levítico 18:5. (Rom. 10:5.)

BOSQUEJO DEL CONTENIDO

I. Las regulaciones concernientes a los sacrificios (1:1-7:38).

A. Procedimiento que debía seguirse en las ofrendas quemadas (1:1-17).

B. La preparación y la presentación de las ofrendas de grano (2:1-16).

C. Sacrificios de comunión; prohibición de comer la grasa y la sangre (3:1-17).

D. Procedimiento que debía seguirse en las ofrendas por el pecado y por la culpa; diversos pecados que requerían un sacrificio (4:1-6:7).

E. Las instrucciones para que los sacerdotes se encargasen de la ofrenda quemada, la ofrenda de grano, la ofrenda que se tenía que presentar el día de la unción, la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa (6:8-7:7).

F. Las porciones de diversas ofrendas que recibía el sacerdote; las regulaciones en cuanto a comer los sacrificios de comunión (7:8-38).

II. Instalación del sacerdocio aarónico (8:1-36).

III. El sacerdocio aarónico empieza a funcionar (9:1-10:20).

A. Los sacrificios presentados sobre el altar; la ofrenda quemada y los trozos grasos consumidos por el fuego de Jehová (9:1-24).

B. El fuego de Jehová consume a Nadab y Abihú por haber ofrecido fuego ilegítimo; Aarón y sus otros hijos, siguiendo el mandato de Jehová, no se ponen de duelo ni salen de la entrada de la tienda de reunión (10:1-7).

C. Se les manda a los sacerdotes que no beban vino ni licor embriagante cuando desempeñen sus funciones (10:8-11).

D. Moisés informa a Aarón, Eleazar e Itamar en cuanto a la porción sacerdotal de los sacrificios, y se indigna porque Eleazar e Itamar no comieron el macho cabrío de la ofrenda por la culpa (10:12-20).

IV. Los animales limpios e inmundos para alimento; la inmundicia por causa de los cuerpos muertos (11:1-47).

V. La purificación de las mujeres al dar a luz (12:1-8).

VI. La lepra: los síntomas y el procedimiento en caso de los humanos, las prendas de vestir, otros artículos y las casas; las ofrendas para cuando se curaba la lepra y se purificaba una casa (13:1-14:57).

VII. La inmundicia por flujos sexuales de varones y hembras (15:1-33).

VIII. Procedimiento que debía seguirse en el Día de Expiación anual (16:1-34).

IX. Las regulaciones en cuanto a comer carne y ofrendas; la prohibición de comer sangre; la ley concerniente a comer animales ya muertos (17:1-16).

X. Las decisiones judiciales relativas al incesto, las perversiones sexuales y otras numerosas prácticas detestables, entre ellas la idolatría, el espiritismo, la mentira, la calumnia y cosas por el estilo (18:1-20:27).

XI. Los sacerdotes habrían de mantenerse santos; disposiciones relativas al matrimonio de los sacerdotes y a los defectos que los descalificarían para oficiar en el santuario; causas de inmundicia de los sacerdotes; las regulaciones en cuanto a comer cosas santas y en lo relacionado con los sacrificios (21:1-22:33).

XII. Las fiestas periódicas de Israel y la manera de observarlas (23:1-44).

XIII. Las regulaciones sobre el candelabro, el pan de la proposición, el abusar del nombre de Dios, el asesinato, la compensación y la justicia retributiva, el año sabático, el año del Jubileo, la recompra, la conducta para con los israelitas pobres y la esclavitud (24:1-25:55).

XIV. Las bendiciones por obedecer; las maldiciones por desobedecer (26:1-46).

XV. Las regulaciones sobre la valoración de los votos, los primogénitos de los animales, las cosas dadas por entero y las décimas partes (27:1-34).

EL VALOR DEL LIBRO

Dios prometió a los israelitas que si obedecían su voz serían para Él “un reino de sacerdotes y una nación santa”. (Éxo. 19:6.) En el libro de Levítico se registra cómo Dios instaló un sacerdocio para su nación y les dio los estatutos que les capacitarían para mantenerse santos a Sus ojos. Aunque Israel solo era la “nación santa” típica de Dios, y sus sacerdotes estaban rindiendo “servicio sagrado en una representación típica y sombra de las cosas celestiales” (Heb. 8:4, 5), si obedecían la ley de Dios, se mantendrían limpios y con perspectivas de llegar a ser, de manera espiritual, su “sacerdocio real, una nación santa”. (1 Ped. 2:9.) Pero el hecho de que en su mayor parte los israelitas resultasen ser desobedientes, impidió que llegasen a ser, de manera exclusiva, los miembros del reino de Dios, como Jesús les dijo a los judíos. (Mat. 21:43.) No obstante, las leyes establecidas en el libro de Levítico eran de un enorme valor para aquellos que las acataban.

Por medio de leyes sanitarias y dietéticas, así como por las normas sobre la moralidad sexual, se les proveyó salvaguarda contra la enfermedad y la depravación. (Lev., caps. 11-15, 18.) Sin embargo, estas leyes los beneficiaron especialmente en sentido espiritual, porque les permitieron familiarizarse con la manera santa y justa de actuar de Dios y les ayudaron a amoldarse a Sus caminos. (Lev. 11:44.) Además, las regulaciones que, como parte de la Ley, fueron recogidas en esta porción de la Biblia, sirvieron como un tutor que habría de conducir a los creyentes a Jesucristo, el gran Sumo Sacerdote de Dios y aquel que fue prefigurado por los innumerables sacrificios que se ofrecían de acuerdo con la Ley. (Gál. 3:19, 24; Heb. 7:26-28; 9:11-14; 10:1-10.)

El libro de Levítico sigue siendo de gran valor para todos los que hoy desean servir a Jehová de manera aceptable. El estudiar cómo se cumplen diversos rasgos de este libro en Jesucristo, en el sacrificio de rescate, y en la congregación cristiana, fortalece la fe. Aunque es verdad que los cristianos no están bajo el pacto de la Ley (Heb. 7:11, 12, 19; 8:13; 10:1), las reglas establecidas en Levítico ayudan a discernir el punto de vista de Dios sobre muchos asuntos. Por lo tanto, este libro no es una mera narración de detalles aburridos que no tienen una aplicación práctica en nuestra vida; muy al contrario, supone una fuente vital de información. El saber cómo considera Dios diversos asuntos, algunos de los cuales no se abarcan de manera específica en las Escrituras Griegas Cristianas, puede ayudar al cristiano a evitar aquello que desagrada a Dios y hacer lo que sí le agrada.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir