COSER
Desde los tiempos más remotos, la costura y el bordado desempeñaron un papel importante en las actividades de la humanidad. (Éxo. 26:1; 35:35; Job 16:15; Ecl. 3:7; Eze. 13:18.) Adán y Eva, el primer hombre y la primera mujer, “cosieron hojas de higuera y se hicieron coberturas para los lomos”. (Gén. 3:7.) Esto puede significar simplemente que unieron grandes hojas de higuera, valiéndose para ello de las ramitas de este árbol.
Al responder a la pregunta en cuanto a por qué sus discípulos no ayunaban como lo hacían los fariseos y los discípulos de Juan, Cristo Jesús señaló que el coser un remiendo de paño no encogido en una prenda de vestir vieja haría que la rotura fuese aún peor. (Mar. 2:18, 21.) Al lavar la prenda, el remiendo encogería y tiraría de la prenda de vestir vieja, desgarrándola. Esta ilustración debería haber ayudado a los que escuchaban las palabras de Jesús a reconocer que aquel era el tiempo para que se hiciesen sus seguidores y que era improcedente el que intentaran imponer sus prácticas a los discípulos de Jesús. Juan mismo había explicado antes, que su obra era una preparación para la venida del Cristo y, por tanto, de carácter temporal. (Juan 3:27-30.)