Coser en casa... ¿le conviene?
“CASERO.” Usamos ese término con aprobación cuando hablamos de pasteles o de pan horneado. Pero no siempre ha producido el mismo efecto al aplicarlo a la costura casera.
De hecho, hace algunos años una joven se sentía inclinada a ocultar el hecho de que su ropa estaba hecha en casa a fin de que sus amigas no pensaran que era demasiado pobre para comprar ropa hecha. Pero los tiempos han cambiado. Hoy día las prendas hechas en casa se usan con placer, y la que cose en casa se enorgullece de su habilidad. Era igual antes del desarrollo de la actual industria de la ropa.
La máquina de coser se introdujo para mediados del siglo pasado; antes de eso toda la ropa se cosía a mano. La mayor parte de la ropa la hacían en el hogar las mujeres de la familia. Relativamente pocas personas podían costear la ropa cosida a mano por los sastres profesionales.
Pero con el advenimiento de la máquina de coser creció la demanda por la ropa hecha. No obstante, por algún tiempo la ropa hecha en casa continuó considerándose como la ropa mejor hecha. El término “comprado hecho” llevaba consigo la connotación de ser ordinaria y carecer de estilo. Puede que algunos ciudadanos muy ancianos todavía recuerden eso. Pero a medida que mejoraba la calidad de la ropa hecha, prácticamente todo el mundo comenzó a usarla, y el coser en casa perdió su atracción.
Resurgimiento del coser en casa
Sin embargo, en años recientes ha habido un gran volver al coser en casa. ¡Tan solo en los Estados Unidos se hacen más de 300 millones de prendas caseras al año! Esto ha resultado en el crecimiento fenomenal de la industria de la costura casera. ¡En 1969 la venta de moldes, telas y accesorios aumentó vertiginosamente a 3.000.000.000 de dólares de los 1.800.000.000 de dólares de hace solamente tres años! Y continúa aumentando.
El número de costureras caseras en los Estados Unidos ha aumentado a casi 50 millones. En particular las jóvenes están aprendiendo el arte. Las estadísticas muestran que seis de cada siete adolescentes cosen, y que en cuestión de pocos años la edad promedio de la que cose en el hogar ha disminuido de cuarenta y siete a veintitrés años.
Hoy día la mujer que ve una prenda en la tienda frecuentemente puede encontrar precisamente el patrón y la tela necesarios para duplicarla en el hogar. Hay patrones disponibles para hacer casi cualquier tipo de prenda, y lo mismo sucede con las telas. En los Estados Unidos el número de tiendas de telas ha aumentado de 2.300 en 1967 a 12.000 el año pasado.
Pero, ¿por qué este notable resurgimiento de la costura casera?
Rasgos atractivos
Uno de los rasgos más atractivos de la costura casera es el ahorro que se puede obtener. Se afirma que, debido a lo que ahorra, ¡la costurera casera puede ganar 10 dólares por hora! Quizás esto parezca una exageración. Pero al ver en las tiendas el precio de la mercadería de calidad en estos días, uno puede ver cómo esos ahorros son posibles.
Por ejemplo, una secretaria en Washington, D.C., vio en una tienda de ropa un traje de mohair a 200 dólares. Pudo copiar el vestido con un gasto en los materiales de solo 50 dólares. Los ahorros en hacer cortinas y fundas de muebles pueden ser aun mayores. Es en la costura de artículos grandes donde se obtienen los más grandes ahorros.
En promedio el hacer ropa en el hogar cuesta de 50 a 60 por ciento menos que comprarla hecha. Y la calidad, que brilla por su ausencia en mucha de la mercadería hecha, se puede incorporar en las prendas y artículos domésticos que se cosen en el hogar. La mengua de calidad en la ropa hecha es de por sí una buena razón para saber coser. Como declaró una joven de Cicero, Illinois: “Hay que saber coser solo para reparar lo que se compra hecho.”
Además, el coser en casa provee un escape verdaderamente satisfactorio para la habilidad creadora y el gusto personal. Muchas mujeres hallan placer y un sentido de realización en la costura. Una señora dijo: “Creo que debemos volver a una manera más primitiva de hacer las cosas. Cuando se está cosiendo o tejiendo, se pasan momentos buenos y tranquilos.”
Otro rasgo atrayente de la costura casera es la originalidad que se puede obtener. La tela, el diseño y el adorno se pueden elegir para que le queden bien al individuo y a su personalidad. A veces las mujeres cristianas que desean adornarse “en vestido bien arreglado, con modestia y buen juicio,” tienen dificultad en encontrar ropa hecha que sea modesta. (1 Tim. 2:9) El saber coser les ha sido provechoso.
La costurera casera también puede diseñar su ropa de manera que favorezca sus mejores rasgos y reduzca al mínimo los defectos de su figura. Y al coser la prenda ella misma puede lograr un entalle perfecto, lo cual para algunas es el rasgo más atrayente del coser en casa. Una joven, cuyo padre es dueño de varias tiendas de vestidos y que podría conseguir toda su ropa gratis, prefiere coser la suya debido al mejor entalle que consigue.
Así es que si le preocupa el aumento en el costo de la ropa y la disminución en su calidad, y tiene dificultad en comprar ropa que le siente bien y que la refleje a usted y a su personalidad de la manera en que usted quiere, puede que le convenga el coser en casa. Pero antes de continuar, hay otros factores que considerar.
Inversiones y consideraciones
Para coser en casa tendrá que hacer ciertas inversiones. Cualquier trabajo de costura toma tiempo, y el tiempo frecuentemente es algo muy escaso en nuestras vidas ocupadas. Además, quizás halle que el producir ropa de calidad requiere más esfuerzos de lo que esperaba, especialmente a medida que va aprendiendo. ¿Está usted dispuesta a seguir concienzudamente todos los detalles implicados en la confección de una prenda hasta que esté terminada satisfactoriamente?
También hay que considerar la inversión en el equipo. La mayor parte del equipo que se necesita, como las agujas, hilo, alfileres, tijeras, almohadilla para los alfileres, dedal, cinta de medir, y así por el estilo, no es caro. Pero si no tiene una máquina de coser, la compra de una buena máquina moderna puede representar un gran gasto. Sin embargo, una máquina más sencilla, tal vez una de las de pedal, puede servir muy bien, y una de éstas se puede obtener por mucho menos.
Si quizás usted está pensando en hacer ropa sin una máquina de coser, será mucho más consumidor de tiempo. La máquina tiene un gran valor para la persona que cose, según se hizo evidente de lo que pasó en los años 1830 cuando el inventor francés Barthélemy Thimonnier puso en funcionamiento las primeras máquinas de coser. Una furiosa muchedumbre de sastres las destruyó y amenazaron la vida del inventor debido al temor de perder sus medios de vida.
Las primeras máquinas se accionaban por medio de hacer girar una manivela manual, y en algunos lugares todavía se usan estos antiguos modelos. La máquina que funcionó por pedal fue un adelanto, pues permite a la que cose usar ambas manos para guiar la prenda en que está trabajando. Prácticamente todas las máquinas que se venden ahora en los Estados Unidos se accionan con un motor eléctrico. Para dar una idea del valor del actual equipo de costura: ¡Un par de pantalones que en 1857 requirían unas dieciocho horas de coser a mano, se pueden terminar en una fábrica moderna en solo veinte minutos! Una máquina de coser ciertamente es una ayuda inapreciable.
Otra cosa que una mujer casada debe considerar es lo que piensa su esposo acerca de que ella cosa en casa. Es muy posible que le guste la idea, contento por el ahorro que esto puede significar en el presupuesto de la ropa de la familia. Pero algunos esposos quizás piensen que el tiempo de sus esposas pudiera emplearse mejor en otras cosas. O quizás meramente pongan reparos a que su esposa esté ocupada con la costura cuando él está en casa por las noches. Esto es algo que sería bueno considerar juntos.
¿Puede aprender?
Quizás usted se esté preguntando: ¿Es muy difícil coser? ¿Cuánto tiempo y esfuerzo se requieren para aprender?
En realidad, no es muy difícil. Es una habilidad que puede aprender cualquier estudiante anuente. Esto es particularmente cierto si se aborda a la costura como un pasatiempo, como algo que debe disfrutarse.
Muchos fabricantes de máquinas de coser ofrecen clases de costura, pero aunque éstas pueden ser útiles no son imprescindibles. Hay muchos excelentes libros de costura, llenos de ilustraciones e instrucciones paso a paso para las principiantas. Por lo general éstos se pueden obtener visitando una biblioteca. Además, quizás hay miembros de su propia familia o amigas íntimas que se complacerían en compartir con usted su conocimiento de costura. Seguramente que toda madre que sabe coser querrá enseñar a su hija este valioso arte.
La paciencia es un requisito necesario para aprender a coser. Esté dispuesta a seguir las instrucciones cuidadosamente. Dé un paso a la vez, y hágalo bien. Cada éxito aumentará su confianza. Algunas veces la persona que cose por primera vez hasta hace un trabajo mejor que una costurera experimentada sencillamente porque está más dispuesta a seguir las instrucciones suministradas. El que hasta una persona sin experiencia previa puede coser se ilustra por un padre en Nueva York que es carpintero de oficio.
Una noche se decidió a trabajar en una bata que su esposa había dejado sin terminar al acostarse. Siguiendo las instrucciones del molde, completó la bata y a la mañana se la presentó a su sorprendida esposa. Él había notado que la costura es parecida a la carpintería... una costurera sigue un patrón, mientras que un carpintero sigue un plano. Y es cierto, la costura es mayormente un asunto de seguir las instrucciones cuidadosamente. El manejo de la máquina de coser es muy sencillo de aprender.
Supongamos que usted se decide a probar su habilidad en la costura casera, ¿dónde comienza?
Sugerencias para principiantas
Si tiene su equipo de costura listo, probablemente el primer paso será escoger un patrón. En esto una buena regla es: Evite cualquier cosa de diseño extremado. Elija un patrón que se basa en algo que le gusta en su vestuario actual. No espere que ningún patrón le siente perfectamente, así es que escoja el tamaño que le sienta mejor en los hombros y en la zona superior del pecho. Las otras partes del patrón pueden ser ajustadas más fácilmente.
La tela no debe ser elegida sino hasta después de escoger el patrón. La gran variedad de telas disponibles en la actualidad permite a la costurera casera escoger material que sea fácil tanto para trabajar como para cuidar una vez que la prenda esté terminada. Puesto que el tiempo que usted dedicará a hacer la prenda será más o menos igual, prescindiendo de la calidad del material, ¿por qué no hacer que su esfuerzo valga más usando material de buena calidad?
Quizás vacile en tratar de hacer sus propios artículos domésticos, pero el considerar la sencillez de esa costura y los ahorros que se logran, la animarán a ponerlo a prueba. Los tapizados y las cortinas se pueden hacer con sencillas costuras rectas que la costurera casera hallará que puede aprender bien con relativa facilidad.
Además, las telas para sábanas frecuentemente se pueden comprar por mucho menos que las sábanas terminadas. Estas se pueden cortar a la medida de sus camas, hacerles el dobladillo en ambos extremos y usarlas de inmediato. Pero asegúrese de tener en cuenta que si la tela es de algodón se encogerá un 10 por ciento. Telas para las fundas de almohadas también se pueden comprar. Córtelas a la medida de sus almohadas; cósalas en un extremo y hágales el dobladillo en el otro.
Recuerde, una clave importante para el éxito es abordar con confianza cualquier trabajo de costura que se proponga.
Remiendos y modificaciones
Cuando la ropa se daña o necesita modificaciones, se puede ahorrar mucho dinero haciendo los remiendos en el hogar. Una buena sugerencia es, mientras esté planchando o doblando las prendas, poner a un lado las que necesitan remiendos. Además, si ve que un artículo como la chaqueta de un traje o un saco necesita un remiendo o una modificación, haga un apunte y guárdelo con sus otros remiendos.
Se puede ocupar de los remiendos a mano cuando la familia está junta, quizás mirando la TV. Al zurcir medias, se puede introducir una bombilla eléctrica en la media para que le dé forma mientras uno zurce. Invite a una hija joven a que le preste ayuda. Muéstrele cómo coser los botones y asegurar el hilo para que no se salga.
Algunas de las nuevas máquinas de coser tienen dispositivos para zurcir que le permiten mover su material libremente bajo la aguja mientras zurce, pudiendo así coser las roturas y los desgarrones. Aun sin este dispositivo uno puede zurcir a máquina levantando ligeramente la palanca del prensatelas con una mano mientras mueve el material de una parte a otra debajo de la aguja con la otra mano.
Algunos artículos tienden a gastarse primero en un lugar. Por ejemplo, las sábanas de cama por lo general se gastan en el centro. Cuando note esto, corte la sábana a lo largo de su centro. Entonces cosa los fuertes bordes exteriores, de modo que ahora la parte menos gastada de la sábana esté en el centro. Entonces hágale los dobladillos a los bordes exteriores, los cuales una vez estaban en el centro gastado de la sábana.
Si los pantalones del traje favorito de su esposo se gastan en las asentaderas, puede tomar un trozo del mismo material y ponerlo dentro de los pantalones y zurcirlo por sobre la zona gastada. La chaqueta del traje probablemente cubrirá la parte remendada y por lo tanto no se notará.
Muchas mujeres anhelan una vida más tranquila, menos apurada cuando podrán dedicar más tiempo a coser en el hogar y cuidar de necesidades similares de sus familias. Hasta la Biblia declara con respecto a la mujer capaz: “Ha buscado lana y lino, y trabaja en todo cuanto sea el deleite de sus manos. Ha alargado sus manos a la rueca, y sus propias manos asen el huso.” (Pro. 31:13, 19) Así es que si no es ahora, entonces en algún tiempo futuro quizás usted decida que el coser en casa le conviene.