Cómo perseverar en ella
1. ¿Qué cosa gobernó Dios para los israelitas mediante el Cuarto Mandamiento?
PARA mantener nuestra vida tenemos que tener cierta cantidad de los bienes de este mundo. ¿Llegarán a ser impedimento para nosotros en nuestra obra cristiana los bienes mundanos? ¿Caeremos en la trampa del enemigo porque nos da miedo perder el ingreso constante de nuestra obra seglar? Con frecuencia los que emprenden el servicio de Dios son oprimidos. Son boicoteados en sus negocios, sobre todo en lugares tales como Quebec, donde domina la falsa religión. Por otra parte, puede haber sólo amenazas de pérdidas monetarias o comerciales. Sabemos que si hay egoísmo u orgullo en nosotros nuestro adversario se valdrá de eso para retardarnos en nuestra obra. Esta es otra gran prueba de la fe del cristiano. El Señor ha prometido proporcionar todo lo que les hace falta a sus siervos. (Mat. 6:33) ¿Será bastante fuerte la fe de ellos? ¿Creerán lo que el Señor promete en su Palabra? Basándose en su conocimiento y fe, el apóstol Pablo salió con una declaración de la posición razonable del cristiano: “Si tenernos alimento y ropa estaremos satisfechos. Pero los hombres que quieren enriquecerse caen en tentaciones y lazos y muchos deseos insensatos y perjudiciales, que lanzan la gente a la destrucción y ruina. Pues el amor del dinero es la raíz de todos los males, y en su ansiedad de enriquecerse, algunos hombres se desvían de la fe y se traspasan el corazón con muchos pesares.”—1 Tim. 6:8-10, Una Tradu. Amer. (en inglés).
2. Además de descansar, ¿qué cosa mandaba este mandamiento que se hiciera? ¿Cuánto?
2 Satanás trata de hacer que las cosas de este mundo les parezcan atractivas a los que están en la obra de Dios. Hay muchas concupiscencias de la carne que guerrean contra las cosas espirituales. (1 Cor. 10:6-11; Sant. 1:14, 15; 1 Ped. 2:11) Hay los placeres de esta vida que podemos permitir que tomen todo nuestro tiempo consagrado. Si tenernos bastante de los bienes de este mundo podemos tener causa de la obra. Las atracciones del mundo viejo pueden ser causa de mirar atrás. Sucedió en los días de los cristianos primitivos y todavía sucede hoy en día. Como el apóstol Pablo testificó en sus escritos (2 Tim. 4:9, 10): “Haz lo posible por venir a mí presto: porque Demas me ha abandonado, amando más este siglo presente, y se ha ido a Tesalónica.” Demas tuvo grandes oportunidades de servir a Dios en compañía con el apóstol Pablo, pero perdió porque no perseveró en su obra. Tomando el curso en la vida que él escogió no podía menos que perder sus oportunidades de conseguir la vida eterna, y patentemente las perdió.
3. ¿Qué había de proporcionar el descanso? ¿Quiso decir el ocio completo?
3 Nuestro enemigo astuto usa otros métodos para retardar a los siervos de Dios. Siembra la discordia entre los hermanos. A menudo el mundo habla mal de nosotros; pero cuando tales cosas vienen de la boca de los que están asociados en la obra no se reciben con facilidad. Duele profundamente. Si nuestra fe no está fuerte, podemos ofendernos y aislarnos de los demás cristianos. Ese es un error; puede hacernos dejar de trabajar. Por eso no debemos de permitir que la desunión entre en nuestras filas. Debemos de allanar prestamente cualquier diferencia que surja y seguir avanzando en la obra.-Pro. 6:14, 16, 19; Efe. 4:3, 12, 13, 31, 32; Col. 3:12, 13.
4, 5. A pesar de las objeciones, ¿qué manifestó Jesús respecto al día del descanso? ¿Por qué?
4 Porque somos atacados por tantos lados por el maligno, siempre tenernos que estar alerta y luchar duro para avanzar. No nos conviene correr el albur con nuestra vida, de modo que siempre debernos de tener punto de vista positivo. Hay peligro en ser irresolutos, haciendo pausa en el camino a la vida. Somos prudentes cuando entendemos que ya que hemos hecho una consagración para servir a Dios nunca hay duda respecto a cómo decidir las cosas. Estamos seguros si hacemos nuestras decisiones siempre a favor de la obra del Señor y en armonía con su Palabra. Jesús nos dió buen ejemplo de cómo proceder cuando el Diablo lo tentó en el desierto. Jesús sabía lo que decían las Escrituras, de modo que las usó como su vehículo para contestar. El Diablo no pudo hacerlo cambiar de su actitud mental positiva. (Mat. 4:1-11) Asimismo debernos de cuidar de que no permitamos que nuestros deseos carnales u otras criaturas nos influyan irrazonablemente para apartarnos de nuestras actividades teocráticas. Es necesario permanecer cerca del Señor y de su organización para estar seguros.
5 Nuestra mente tiene que ser educada mediante el estudio de las Escrituras si hemos de perseverar en nuestra obra. El pensar y hablar acerca de Dios y sus propósitos es bueno para usted. Considere las limitaciones que tiene usted. Tiene cantidad limitada de tiempo que dar a la educación de su mente. Si consume todo ese tiempo con lectura mundana, diversión del radio, la televisión, etc., y en pensar en cosas terrestres, pierde tiempo que puede usarse para edificar una fortaleza protectora contra los dardos del enemigo. Sus pensamientos pueden estar llenos de ideas importantes. Cada día hay un texto que considerar, conforme se publica en el Anuario de los testigos de Jehová (en inglés, pero en La Atalaya en español). Hallará ocasiones adecuadas para discutir los asuntos teocráticos cuando esté asociado con otros en la obra del testimonio público, o con amigos al viajar o al estar en casa. El cristiano prudente aparta cierto tiempo con regularidad para la edificación de su mente, fortificándose para la obra que hay que hacer.—Fili. 4:8, 9.
6. ¿Cambió sus principios la abolición de la ley del día del descanso? ¿Por qué?
6 Este proceder ayudará a otros también. Tiene usted el privilegio de edificar a otros en la fe. A menudo encontrará usted personas que no son positivas en su manera de ser, que manifiestan flojera en su manera de trabajar. Le hace usted un verdadero beneficio a tal persona dudosa cuando la anima a asistir a las reuniones donde se estudia la Biblia con otros de igual fe preciosa y cuando le sugiere que participe en el servicio de Dios. Quizá no se dé cuenta del peligro al que se conduce cuando pone cualquier pretexto para no hacer lo que Dios exige de sus siervos consagrados. Como cristiano tiene usted el privilegio de ayudar a otro a formar las buenas costumbres que usted ha adquirido y de resistir las malas costumbres que conducen hacia atrás. Cultive la costumbre de asociarse con regularidad con el pueblo del Señor. Practique estas cosas de costumbre.
7. ¿Qué ministerio trajo Jesús? ¿Cómo lo manifestó?
7 El perseverar en su obra será más fácil si avalúa correctamente la obra extraordinaria que es la porción del cristiano. Ciertamente no hay nada de mayor valor en este mundo transitorio. No es común ni ordinaria. Pueda ser que una persona orgullosa se sienta demasiado importante o demasiado hábil para ir de casa en casa en el servicio de Dios. Pero Jesús y sus discípulos no se sintieron así. No decidieron servir a Dios porque no podían hallar ningún otro empleo o porque no eran aptos para otro trabajo. Vieron en el servicio de Dios el honor más elevado que podría venir a criatura alguna en la tierra. Hoy en día hay muchos entre los testigos de Jehová que, según mira las cosas el mundo, tienen extraordinarias habilidades o talentos naturales. Pueden tener inteligencia mucho mejor que regular. Pueden ser diestros. Si dirigieran sus esfuerzos en esa dirección, podrían conseguir elevados puestos en este mundo, junto con las riquezas y todas las cosas que el mundo estima. Pero, ¿escogen ellos las cosas temporales, con la pérdida de la atesorada obra y bendiciones de Dios? De veras que no. Más bien usan todas sus habilidades naturales para el adelanto de la obra del Señor. Debemos de considerar nuestras habilidades naturales como dádivas de Jehová y debemos cultivarlas en su servicio. (1 Cor. 12:31; 13:8; 14:1, 39; Efe. 4:7-13) Las habilidades, pues, que tengamos, sean muchas o pocas, deben de aplicarse a la obra de Dios y para ayudarnos a perseverar en esa obra.
8. ¿Por qué iba Jesús a las sinagogas en el día del descanso? ¿Qué cosa aprendemos nosotros?
8 No es bastante que participemos en la obra de Dios. No, sino tenemos que dar lo mejor que tenemos si vamos a agradarle. Hay que mantener la calidad de la obra lo más alto que sea posible. Como lo expresó Pablo: “Como edificador perito, yo puse el cimiento, como me comisionó hacerlo Dios, y ahora alguien más edifica sobre él. Pero que cada uno cuide de cómo lo hace. Pues nadie puede poner otro cimiento que el que está puesto, es decir, Jesucristo mismo. Y si uno usa oro o plata o piedras preciosas para edificar sobre el cimiento, o madera o heno o paja, la calidad de la obra de cada uno aparecerá, pues el Día lo manifestará. Porque el Día estallará en fuego, y el fuego probará la calidad de la obra de cada uno. Si lo que el hombre ha edificado sobre el cimiento pasa la prueba, él tendrá su paga.” -1 Cor. 3:10-14, Una Tradu. Amer. (en inglés).
9. ¿Qué obra hacía él en las casas de la gente? ¿Por qué?
9 Es un error menospreciar el maravilloso servicio de Dios. Ese servicio es un tesoro de valor inestimable. “Empero tenemos este tesoro en vasijas de barro [nuestros cuerpos carnales], para que la soberana grandeza del poder sea de Dios, y no de nosotros.” (2 Cor. 4:7) Recibimos nuestras habilidades en la obra de Dios y debemos emplearlas creativa y concienzudamente y con diligencia. Gozaremos de hacer la obra de Dios si hacemos lo justo, si damos lo mejor que tenemos. Se hará buena edificación; nuestra obra será fructífera. Sobre la base de la calidad de nuestra obra Dios nos dará nuestra paga. Jehová nos paga bien por nuestro servicio en la justicia; nos da la vida eterna. “El hombre inicuo gana salario ilusorio; pero el que siembra la justicia tiene verdadera recompensa.”—Pro. 11:18, Una Tradu. Amer. (en inglés).
10. ¿Quiénes aprendieron mediante su ejemplo? De modo que ¿qué cosa les hizo?
10 Aun ahora recibimos recompensas. Tenemos la satisfacción y el contento mental que viene sólo con la bendición del Señor. Tenemos el gozo del Señor, corazones llenos de esperanza y expectación. Esto nos viene como baluarte contra la oposición del Diablo. Vemos que ahora tenemos el privilegio de desarrollarnos mediante las muchas experiencias y pruebas que vienen sobre nosotros. Por decirlo así, estamos perfeccionando nuestra obra, puliéndola para quitarle los defectos. Al ver nuestra obra mejorarse recibimos mucho gozo. Nos regocijamos en hacer la voluntad del Señor, conforme está escrito: “Ustedes deben de hallar el mayor gozo, hermanos míos, en estar implicados en diferentes pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe conduce a la constancia, y la constancia tiene que ejercerse sin impedimento, para que ustedes estén plena y perfectamente desarrollados sin ningún defecto.”—Sant. 1:2, 3, Una Tradu. Amer. (en inglés).
LA LIBERTAD DE UNA CONCIENCIA LIMPIA
11. ¿Qué quisieron decir tales instrucciones para ellos?
11 Con este perfeccionamiento de nuestro servicio viene el conocimiento de que hacemos lo que es justo. Así nos paga el Señor con la libertad que viene sólo de tener una conciencia limpia. Nosotros, como cristianos, hemos hecho una consagración para servir a nuestro Padre, y él nos ayuda a retener nuestra integridad. Si tomamos el proceder de la justicia recibimos muchas bendiciones y tenemos el privilegio de manifestar mediante nuestra conducta recta que los que nos maltratan tienen toda la vergüenza. “Y, ¿quién hay que pueda dañarlos si están ansiosos de hacer lo que es recto? Aunque sufran por la rectitud, bienaventurados son. Pero no les tengan miedo, ni se perturben, sino que reverencien a Cristo en el corazón como Señor, y siempre estén dispuestos para hacer su defensa ante cualquiera que los llame a cuentas por la esperanza que tienen. Pero háganlo apacible y respetuosamente, y mantengan su conciencia limpia, para que los que maltratan su conducta cristiana se avergüencen de sus vituperios.” ¡Qué maravillosa es la sensación de estar libre del temor, de estar satisfecho, de confiar en la seguridad de la mano protectora del Altísimo! Hay cierto gozo en sufrir por hacer lo recto en la obra de Dios; pero, por otra parte, ¡qué grande es la angustia mental de los que hacen el mal! “Porque es mejor sufrir por hacer lo recto, si eso fuere la voluntad de Dios, que por hacer lo malo.”—1 Ped. 3:13-17, Una Tradu. Amer. (en inglés).
12. ¿Qué había de incluir su obra cristiana? ¿Hasta qué grado?
12 Cuando perseveramos en la obra de servir a Dios y cuando permanecemos cerca de su organización quizá suframos la persecución, pero Dios nos concede las fuerzas y la habilidad de aguantarla. Cuando descuidadamente volvemos a las maneras del mundo viejo y somos entrampados en cualquiera de los muchos hoyos o trampas de Satanás, entonces sufrimos los pesares indecibles que nos traemos. La atención de la Sociedad del Watch Tówer a menudo se llama a tales cosas porque las personas buscan ayuda en su tiempo de angustia. Un ejemplo reciente que es muy desafortunado se presenta en la siguiente carta:
Queridos hermanos,
Les escribo pidiéndoles su parecer sobre la separación y el divorcio. Mi marido y yo somos testigos de Jehová pero durante los últimos dos años ha menguado nuestro celo para el servicio. Me doy cuenta del error que hemos cometido y he tratado de conseguir que mi marido reanude su servicio. Desde el primero de este año no he podido lograr que asista él a las reuniones. Él cree que porque en un tiempo era el siervo de la compañía y ha aflojado la mano que ha perdido su derecho a las bendiciones del Reino. Por supuesto yo creo que el Diablo lo ha entrampado y que ahora trata de justificar sus acciones. Está implicado con una mujer y quiere divorciarse de mí para poder casarse con ella. Le dije que ciertamente estaría desperdiciando toda esperanza si procediera con esto. Tenemos dos hijos, y a mí me parece que cualquier persona que tiene conocimiento de las leyes de Dios debe de poder ver que tiene que dejar tales tentaciones, aunque no nos llevamos bien; pero creo que sí podríamos llevarnos bien, si él renunciara a esta otra mujer. Hágannos el favor de escribirnos lo más pronto posible respecto a nuestra posición. Me doy cuenta de que hemos perdido muchas bendiciones por nuestra negligencia, pero, ¿no queda ninguna esperanza? Sé que él ama al Señor y al pueblo del Señor. Pero yo no sé qué pasos debo tomar.
Su hermana para la Teocracia,
Esa es una condición muy lastimosa a la que han sido conducidos algunos al dejar de perseverar en la obra y de apegarse a la organización. Eso es lo que Satanás traerá sobre los que le dan la oportunidad, pausando para volver a asociarse con el mundo viejo: el sufrimiento mental, el pesar e infelicidad.
13. Con ese fin ¿qué ayuda les fué dada desde arriba?
13 Nos consuela saber que nuestro Dios en los cielos es Misericordioso y que él es fuente constante de ayuda y consuelo. Cuando se nos hace tropezar bajo los ataques constantes de nuestro adversario y retrocedemos, sufrimos pesares indecibles debido a ello. Pero si verdaderamente amamos a Dios nos dirigiremos a él y buscaremos su ayuda, como va el niño a su padre. Podemos recibir esta ayuda, mediante su bondad inmerecida, si hacemos un esfuerzo sincero para ir por el camino recto desde ahora en adelante. Sabemos que no podemos seguir repitiendo nuestros pecados voluntariosamente y luego volver cada vez para pedir perdón, como acostumbran hacerlo algunos en círculos religiosos modernos, porque las Escrituras no lo permiten (Heb. 10:26-30); pero cuando sinceramente nos arrepentimos y tratamos de ir por el camino recto, volviendo a la obra del Señor y resolviéndonos perseverar en ella, allí está el Señor para ayudarnos a recobrarnos. Cuando menos, el período de sufrimiento ciertamente será tiempo sumamente difícil —muchos hay que nunca se recobran— y de modo que el siervo prudente de Jehová mantendrá clara su visión del punto en disputa y perseverará en su obra, no aventurando su vida.
14. ¿Por qué y cómo se les manifestó a los tesalonicenses que el trabajo es un requisito?
14 Al fin, lo que nuestro Padre considerará será nuestras obras, y entonces se determinará si hemos de recibir la vida eterna o no. ¿Por qué hemos de arriesgar insensatamente la pérdida de esa paga excelente de Jehová volviendo y procurando el salario ilusorio de este mundo viejo moribundo? Es mejor considerar y prestar atención a las palabras del apóstol Pedro: “Y si invocan como padre al que juzga a cada cual imparcialmente por lo que hace, ustedes deben vivir reverentemente todo el tiempo que se queden aquí, porque saben que no han sido rescatados con algo perecedero como plata u oro, de la manera inútil de vivir en la cual fueron criados, sino con sangre preciosa.” (1 Ped. 1:17-19, Una Tradu. Amer. [en inglés]) Se les exige a los cristianos vivir reverentemente todo el tiempo que se queden en este mundo viejo, siguiendo con cuidado la Palabra de Dios, si han de ganar la aprobación final del Dador de la vida que está en el cielo. El rescate por Cristo Jesús no ha de considerarse como cosa común, sino que es un tesoro precioso de mucho más valor que la plata y el oro. Podemos perder todas las bendiciones del Señor si volvernos a la manera inútil de vivir en la cual fuimos criados antes de conocer la verdad y antes de hacer nuestra consagración.
15, 16. ¿Dónde y cómo conseguimos fuerzas para nuestra obra?
15 Con la paga que nos da ahora Jehová hallamos la protección divina. Estarnos en un mundo malo que trata de destruir todo lo que honra al nombre de Jehová. Si no fuera por el servicio protector insuperable que viene desde arriba no podríamos sobrevivir en este mundo viejo. Se nos da toda ayuda razonable también. El Señor les ha dado su espíritu en abundancia a sus siervos y con eso ha venido un abastecimiento de alimento espiritual y conocimiento de sus propósitos que no podernos abarcar. El alimento es abundante. Cuando trabajarnos duro usamos más del alimento y lo apreciamos más. Nos da fuerzas adicionales para perseverar en nuestra obra.
16 Las fuerzas que Dios nos da para aguantar en este mundo viejo están más allá del entendimiento de este mundo. El mundo ve que como organización los testigos de Jehová perseveran en su obra bajo todas las condiciones, a pesar de la violencia de persecución y guerra. Los esfuerzos hechos para detener la obra ordinariamente pondrían fin a las actividades de cualquier grupo. Sabernos que sólo la ayuda de Jehová hace posible que aguantemos, y por eso no nos gloriarnos en nosotros mismos. “Nos gloriamos en esperanza de la gloria de Dios. Y no solamente así, sino que triunfamos también en aflicciones, sabiendo que la aflicción obra aguante; y el aguante, aprobación; y la aprobación, esperanza; y esta esperanza no es avergonzada, porque el amor de Dios ha sido difundido en nuestro corazón, mediante el espíritu santo que se nos ha dado.”–Rom. 5:1-5, Diag. (en inglés).
17. En cuanto a nuestra obra, ¿cuál es la única cosa prudente que hacer ahora? ¿Cómo?
17 Con la ayuda del espíritu de Dios y la maravillosa esperanza, podernos aguantar, hallamos que podernos perseverar, podernos continuar, podemos aferrarnos a nuestra obra. Es la única cosa prudente que hacer ahora. Tenernos la expectativa de la vida, y el tiempo está tan cerca. Pablo dijo: “No deben de perder su ánimo, porque será ricamente recompensado, pero necesitarán el aguante si han de llevar a cabo la voluntad de Dios y recibir la bendición que él ha prometido.”–Heb. 10:35, 36, Una Tradu. Amer. (en inglés).
SANA INVERSIÓN DE ESFUERZO
18. ¿A qué cosa no debemos de dirigir toda nuestra energía? ¿Por qué no?
18 Es en las cosas duraderas que debemos hacer nuestra inversión. Estas son solamente las cosas teocráticas, la obra de Dios. Se nos aconseja que no pongamos toda nuestra energía en las empresas mundanas porque esas cosas están condenadas a la destrucción en la cercana batalla del Armagedón. Si darnos todo nuestro tiempo a tales cosas se perderá porque tales cosas están condenadas a la destrucción con este mundo en la batalla del Armagedón que ya está cerca. Si damos todo nuestro tiempo a tales cosas será tiempo perdido porque tales cosas van a perderse. Peor que eso, podremos ser aplastados junto con ellas en el Armagedón por no perseverar en la obra de Dios y por no darle el primer lugar en nuestra vida a esa obra. “No han de trabajar por el alimento que perece, sino por el que dura para la vida eterna, que el Hijo del hombre les dará, porque Dios el Padre le ha autorizado hacerlo.” (Juan 6:27, Una Tradu. Amer. [en inglés]) Ha de recordarse que el conseguir la salvación quiere decir trabajo, perseverando en él a toda prueba. “De manera que, amados míos, conforme habéis obedecido siempre, no sólo corno en mi presencia, sino antes mucho más ahora en mi ausencia, llevad a cabo la obra de vuestra misma salvación, con temor y temblor.”–Fili. 2:12.
19. ¿De qué maneras provechosas puede proceder nuestra obra personal?
19 Y todo el trabajo que hacemos es provechoso. Unas cuantas palabras pronunciadas al tiempo correcto ayudará a muchas personas a apreciar más de los propósitos de Dios y su gran misericordia. Tenemos oportunidades de hablar a otra gente por teléfono. Podernos escribir cartas acerca del evangelio. Podemos mandar literatura por el correo respecto al Reino a amigos y personas de buena voluntad. Cuando visitantes vienen a nuestra casa podemos hablar con ellos acerca de Jehová Dios. Todo esto es parte de la obra buena, muchas veces además de la obra importante de visitar a la gente en sus casas y lugares de negocio. Sea que hagamos mucho en la obra o poco debido a fuerzas o habilidad limitadas, el perseverar en la obra es bueno. Puesto que quiere decir la salvación, su obra no está perdida ni desperdiciada. “De modo que, queridos hermanos míos, estén firmes e inmóviles, y siempre dedíquense a la obra del Señor, porque saben que mediante el Señor su trabajo no está desperdiciado.”–1 Cor. 15:58, Una Tradu. Amer. (en inglés).
20. ¿Por qué tiene más fuerza ahora la cita de 1 Timoteo 4:16?
20 Siempre ha sido verdad que se exige que los cristianos trabajen, porque eso está de acuerdo con los principios del Dios Altísimo. El consejo de Pablo que está escrito en 1 Timoteo 4:16 estaba lleno de significado para los consagrados en los tiempos cristianos primitivos. Pero hoy en día los tiempos son más peligrosos, los días son más malos. El tiempo para la decisión final del gran punto en disputa de la dominación universal está aquí y la ira de los malos ha llegado a su colmo. Esto quiere decir que los ataques contra los que tratan de hacer la obra de Dios son más intensos y violentos que en cualquier otro tiempo en la historia. En vista de todo esto nosotros mismos tenemos que estar firmes en nuestra integridad, nunca dándole la menor oportunidad al Diablo de herirnos para incapacitarnos para el servicio cristiano; nunca permitiéndonos ser cautivados por sus fuerzas y arrastrados a las tinieblas de este mundo y su perdición.
21. ¿Cómo sirve de bendición ahora la obra nuestra ayudándonos a ganar?
21 La obra que se nos ha dado es una gran bendición. Nos aparta de las cosas peligrosas del mundo viejo, de modo que hace veces de protector. La obra que tenemos que hacer ahora es enseñar y predicar. Todo el tiempo y todas las fuerzas que podemos tomar debe de ir a la obra. Hemos entrado en esta obra con la determinación de permanecer con ella hasta el fin. El nombre de Jehová está implicado y también nuestra eterna salvación. Queremos ganar y podemos ganar, haciendo obras buenas. En verdad, tenemos que perseverar en nuestra obra, fielmente anhelando el tiempo cuando se cumpla la declaración del Señor en el Apocalipsis 22:12: “He aquí, yo vengo presto, y mi galardón está conmigo, para dar la recompensa a cada uno según sea su obra.” Ahora es el tiempo. Porque la decisión final del gran punto en disputa ha de venir en esta generación, nuestra salvación está mucho más cerca que cuando los cristianos primero comenzaron a servir a Dios. Está más cerca aún que cuando nosotros mismos primero comenzamos a hacer la obra de Dios. No debemos de correr el albur, mirando atrás al mundo viejo para algo. No podernos arriesgar ni siquiera el menor retardo ahora. Por eso la amonestación en 1 Timoteo 4:16 (Móff. [en inglés]) quiere decir tanto para nosotros en estos postreros días: “Cuida de ti mismo y cuida de tu enseñanza; persevera en tu obra.”