Preguntas de los lectores
• ¿Cómo se explica la manera aparentemente bárbara que David, un hombre conforme al corazón de Dios, trató a los amonitas, como se registra en 2 Samuel 12:31 y 1 Crónicas 20:3?—J. C., Lisboa, Portugal.
En 2 Samuel 12:31 se declara que David “los hizo poner a las sierras y a los trillos, y a las hachas de hierro; los hizo pasar también por los hornos de ladrillos”. En 1 Crónicas 20:3 dice que él “los cortó con sierras, y con trillos de hierro, y con hachas”. Las traducciones modernas presentan el verdadero sentido de estos pasajes, mostrando que David sólo puso a los cautivos amonitas a trabajar. Por eso la traducción de Móffatt vierte estos dos textos como sigue: “También se llevó los despojos del pueblo, una vasta cantidad, y a los habitantes, a quienes puso a trabajar con sierras y picos de hierro y hachas de hierro y los hizo trabajar haciendo ladrillos.” “Los habitantes, a quienes puso a trabajar con sierras y picos y hachas de hierro.”
• ¿Tendrán una resurrección los niños que no han alcanzado la edad de responsabilidad y que mueran en el Armagedón?—Lector de Ohío.
No podemos ser dogmáticos en este asunto, ya que Dios es el juez. Sin embargo, si Jehová Dios expresa un fallo adverso contra ciertos individuos, y lo hace por medio de su Rey Cristo Jesús en el Armagedón, debe encerrar cierta finalidad esa decisión de Dios. Si tal es el caso, los destruidos por el fallo de Dios en la batalla del Armagedón son destruidos en verdad. El capítulo 9 de Ezequiel parece referirse al Armagedón, y el versículo 6 dice, “¡Al anciano, al joven, y a la doncella, y a los niños, y a las mujeres, matadlos, hasta exterminarlos! mas no os lleguéis a ninguno en quien esté la marca.” Los que no estén marcados por una acogida favorable de la amonestación de Dios no reciben misericordia de él. Esto no es injusticia por parte de Dios. Si fuera un caso de justicia absoluta no perdonarla a nadie, ya que todos, jóvenes o ancianos, son pecadores imperfectos. Es sólo por medio del ejercicio de su amor y misericordia que alguno es pasado a través del Armagedón o es resucitado.
Los niños son afectados por el proceder de sus padres, y los padres son amonestados de que su iniquidad es visitada sobre su prole hasta la tercera y cuarta generación. (Éxo. 20:5, 6) A los padres se les manda instruir a sus hijos en la senda de Dios, y si en estos últimos días los padres rehusan observar la instrucción y amonestación divinas, traen destrucción para si y sus niños en el Armagedón. (Deu. 6:6, 7; Efe. 6:4) De acuerdo con la justicia Dios puede dejar a tales niños muertos, porque, como Ezequiel mostró, todos mueren en su iniquidad. (Eze. 3:17-19; 33:1-6) Los padres deben recordar que su proceder erróneo afecta desfavorablemente a sus hijos y puede llevar su prole a la destrucción en el Armagedón, tal como un proceder correcto por parte de los padres puede poner a sus niños en la senda de protección durante el Armagedón y asegurarles la oportunidad para vida eterna en el nuevo mundo que seguirá.