“¡Venga tu Reino!”

LOS clérigos de la cristiandad alegan que el reino por el cual Jesús enseñó a sus seguidores a orar está en el corazón de los cristianos y que es una condición espiritual de la que ellos gozan, y que la venida del Reino significa la conversión de toda la gente a Cristo y el poner a Dios en los gobiernos de este viejo mundo. Como base para esto, citan Romanos 14:17 (NM): “Porque el reino de Dios no significa comer y beber, sino que significa rectitud y paz y gozo con espíritu santo.”a

Pero si lo que ellos dicen es la verdad, entonces la oración para que el reino venga no será contestada jamás. Porque no sólo es el caso que el comunismo impío está haciendo mayores incursiones dentro de la cristiandad, sino que ni siquiera puede decirse que la cristiandad misma sea el reino de Dios, y cada vez está alejándose más de los principios divinos de verdad y justicia. Lo que Pablo quiere decir en Romanos 14:17 es que el poseer rectitud, paz y gozo con espíritu santo es un requisito para poder obtener un lugar con Cristo en el reino de Dios, así como el adquirir conocimiento de Dios y de su Hijo es un requisito para obtener la vida eterna.—Juan 17:3.

Entonces, ¿qué es ese reino? Es la poderosa agencia que Dios usará para santificar su nombre y probar a toda la creación que él es el Soberano Supremo. Es el reino concerniente al cual Dios hizo un pacto con David, y el cual pacto fué la herencia de Cristo Jesús como descendiente de David. Y así como el reino típico de David fué de hecho un territorio y no meramente una condición espiritual en lo moral, así será el reino de Dios.—Dan. 7:13, 14, 18.

En lugar de que ese reino reforme y convierta a todos los gobiernos de este viejo mundo, note lo que les hará: “En los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será destruído, . . . sino que romperá en pedazos y consumirá a todos estos reinos, y permanecerá para siempre.” (Dan. 2:44, AN) De modo que cuando oramos para que venga el reino de Dios estamos orando para que el reino de Dios en manos de Cristo haga pedazos y acabe por completo con todos los sistemas políticos de este mundo, en el Armagedón.

El año de 1914 marcó el principio de este reino, porque entonces expiraron los “siete tiempos” de las naciones, los 2,520 años de dominio bestial que comenzaron con el derrocamiento del último rey de Judá en 607 a. de J. C. Una manifestación de este hecho fué la guerra en el cielo que resultó en que Satanás y sus demonios fueran arrojados a la tierra.—Apo. 12:1-12.

Si el Reino ha sido establecido, ¿significa eso que ya no debemos orar “Venga tu reino”? De ningún modo. En el cuadro profético de la imagen de Nabucodonosor, el que se cortara una piedra de la montaña sin la intervención de manos prefiguró la venida del Reino a la existencia o el ser establecido en 1914; mientras que el venir la piedra contra la imagen y el convertirla en polvo constituiría la completa manifestación de la venida del Reino en el Armagedón.—Dan. 2:31-45.

Y así como la piedra entonces creció hasta que llenó toda la tierra, así el reino de Cristo se extenderá de mar a mar y desde el río hasta los cabos de la tierra. De hecho, de su aumento no habrá fin. (Sal. 72:8; Isa. 9:6, 7; Dan. 2:35) Todos los que hoy, con entendimiento y sinceridad, oran “Venga tu reino” mostrarán su fe en esa oración por medio de hacer su parte en dar a conocer ese reino por toda la tierra habitada.—Mat. 24:14, NM.

[Nota]