Madurez por el espíritu
● ¿Es la vacunación una violación a la ley de Dios que prohibe introducir sangre al sistema?—G. C., Carolina del Norte.
El asunto de vacunación es uno en el cual el individuo afectado tiene que hacer una decisión por sí mismo. Cada individuo tiene que aceptar las consecuencias por cualquiera posición y acción que adopte frente a un caso de vacunación obligatoria, haciéndolo según su propia conciencia y su apreciación de lo que es para el bien de la salud y los intereses de adelantar la obra de Dios. Y nuestra Sociedad no puede dejarse ser implicada en el asunto legalmente o asumir la responsabilidad por la manera en que resulte el caso.
Después de considerar el asunto, no nos parece que esté en violación del pacto eterno hecho con Noé, como se prescribe en el Génesis 9:4, ni contrario al mandamiento de Dios en Levítico 17:10-14 relacionado a éste. Con toda certeza que no puede argüirse y probarse razonable o bíblicamente que, por ser vacunada, la persona inoculada está comiendo o bebiendo sangre y consumiéndola como alimento o recibiendo una transfusión de sangre. La vacunación no tiene ninguna relación o semejanza alguna al matrimonio mezclado de “hijos de Dios” angelicales con las hijas de los hombres, como se describe en el Génesis 6:1-4. Ni puede colocarse en la misma clase con lo descrito en Levítico 18:23, 24, que prohibe la mezcla de humanos con animales. No tiene nada que ver con relaciones sexuales.
Por eso toda objeción a la vacunación sobre base bíblica parece carecer de apoyo. La única objeción de peso que algunas personas podrían hacer surgir a ello sería a base de los riesgos a la salud implicados o de mantener su corriente sanguínea limpia de materia enferma proveniente de una fuente extraña, ya sea de una llaga animal o de una llaga humana. La ciencia médica, de hecho, alega que la vacunación verdaderamente resulta en vigorizar la vitalidad de la sangre para resistir la enfermedad contra la cual la persona es inoculada. Pero, por supuesto, ése es un asunto que cada individuo afectado ha de decidir por sí mismo y como crea que es la voluntad de Jehová para él.
Sólo ofrecemos esta información por haber sido pedida, pero no podemos asumir ninguna responsabilidad por la decisión y proceder que el lector adopte.