Creando cristianismo falso
LOS cristianos primitivos no eran tímidos cuando se trataba de decir a otros lo que creían. Las organizaciones eclesiásticas prominentes hoy están llenas de personas que profe san el cristianismo pero que buscan escabullirse de hablar de su creencia. No hace mucho en la Catedral de San Patricio en Nueva York el “reverendo” E. B. Bróderick increpó a los miembros eclesiásticos que rehusaban “sacar la cabeza de sus refugios antiaéreos espirituales de fabricación casera.” El los asemejó a “discípulos tímidos que nos mantienen adivinando por rehusar declararse.” (El Times de Nueva York del 25 de mayo de 1953) ¡Los protestantes tienen” también sus “discípulos tímidos”! El Dr. D. Steward, de la Iglesia presbiteriana central de Houston, Texas, declaró: “Es una condición seria la que existe cuando miembros de las iglesias cristianas no saben lo que representan.” (El Post de Houston, Texas, del 27 de octubre de 1952) ¿A qué se debe que haya un “cristianismo” tan desprovisto de las cualidades genuinas de los cristianos primitivos?
La verdad inflexible es que a través de los años se ha ido desarrollando una religión dominical. Esta se disfraza de cristianismo. En verdad, una forma de adoración que está divorciada de los asuntos de la vida cotidiana no podría ser cristianismo genuino, porque el cristianismo es una adoración que ha de practicarse todos los días. Confirmando esto, Cristo declaró: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo y tome su madero de tormento día tras día y sígame continuamente.” (Luc. 9:23, NM) Los apóstoles enseñaron las buenas nuevas en el templo y de casa en casa “todos los días.” (Hech. 5:42, NM) Dado que el cristianismo genuino es adoración cotidiana, una “religión dominical” tiene que ser una “forma de devoción piadosa” que es falsa, porque los adoradores ‘se demuestran falsos a su poder.’ (2 Tim. 3:5, NM) Así al crear una “religión dominical” se ha creado un cristianismo falso. Este es la división de la gente en dos clases: el clero y los legos.
Por el término “clero” se quiere decir el grupo selecto de hombres que son ordenados por la religión organizada para predicar su mensaje y que generalmente usa vestidura distintiva y asume títulos impresionantes. De manera que los legos son la gente común, a distinción del clero. Bajo este sistema los legos se sientan en los bancos de la iglesia y pagan al clero para que les predique. Bajo este sistema los legos acumulan “maestros para sí mismos para regalarse los oídos.” (2 Tim. 4:3, NM) ¿Es bíblica esta división? La Catholic Encyclopedia, bajo el encabezamiento “clérigo,” afirma: “Cristo no encomendó la predicación del Evangelio . . . a los fieles en general, sino a ciertas personas cuidadosamente definidas, como los apóstoles.” En vista de esto de ninguna manera fué extraño que, cuando se hizo una solicitud para “emancipación de los legos” en el Congreso mundial del apostolado de los legos, el papa rechazara la idea, diciendo: “La expresión ‘emancipación de los legos’ difícilmente nos agrada; tiene un sonido algo desagradable.”—El Times de Nueva York del 15 de octubre de 1951.
Dos hechos llegan a ser claros: Primero, el clero sostiene que la división de clero y legos es de origen divino. Segundo, cualquier otro arreglo, expresándolo suavemente, sería “desagradable” para el clero. Ahora ‘asegurémonos, de todas las cosas’ dirigiéndonos a las Escrituras. Si resulta que la división de clero y legos es antibíblica, entonces ha sido un factor grande en la creación del cristianismo falso.
NINGUNA DISTINCIÓN DE CLASES
Todos los cristianos primitivos eran hermanos. Ninguna distinción de clases pudo existir legítimamente. (Sant. 2:1-9) Los cristianos no debían inclinarse venerablemente ante otros, como Pedro le dijo a Cornelio. (Hech. 10:25, 26) Ningún cristiano besó la mano o un dedo del pie de Cristo; en vez de eso, ¡él les lavó los pies! “Si yo, aunque Señor y Maestro, les lavé los pies a ustedes, ustedes también deben lavarse los pies los unos a los otros.” (Juan 13:14, NM) Si el inclinarse y besar los dedos de los pies y manos fuera conforme a la Biblia, entonces, según el ejemplo de Jesús, los cristianos tendrían que hacer esto, no a unos cuantos selectos, sino a todos sus hermanos. Claramente, no es bíblico.
Todos los cristianos primitivos eran legos. No tenían clero pagado. En realidad, el Fundador del cristianismo no fué clérigo sino lego. Cuando Cristo enseñó en las sinagogas, la gente estuvo tan asombrada que preguntó: “¿Dónde obtuvo este hombre estas cosas?” Y luego cuando su asombro ascendió, preguntó: “ ‘Este es el carpintero, el hijo de María . . . ¿no es verdad? . . .’ De manera que empezaron a tropezar en él.” (Mar. 6:2, 3, NM) Fué debido al mismo hecho de que Cristo no era uno del clero que la gente tropezó en él, ¡perdiendo la oportunidad para conseguir la vida! Que los apóstoles no eran teólogos profesionales, Lucas nos lo dice: “Bien, cuando observaron la franqueza de Pedro y Juan, y comprendieron que eran hombres iletrados y del vulgo, se maravillaron.” (Hech. 4:13, NM) Los apóstoles sólo fueron gente del vulgo. Por ejemplo, Pedro, Andrés, Santiago y Juan eran pescadores; Mateo era recaudador de impuestos. (Mar. 1:16, 19; Mat. 9:9) Aunque el apóstol Pablo había recibido instrucción religiosa conforme a la manera de adorar de los fariseos, no obstante ¡él tuvo que abandonar tal instrucción religiosa a fin de que pudiera practicar la adoración genuina de Dios! ¡Jesús denunció la adoración de los fariseos como una falsificación! (Hech. 22:1-21; Mateo, capítulo 23) Pablo el cristiano no fué clérigo pagado. Hacía tiendas de campaña y enseñaba las buenas nuevas.—Hech. 18:3; 1 Cor. 9:16.
TODOS AUTORIZADOS PARA PREDICAR
Todos los cristianos primitivos eran ministros. Un historiador declara: “En la iglesia apostólica la predicación y la enseñanza no se limitaron a una clase en particular, sino que todo converso podía proclamar el evangelio a los incrédulos, y todo cristiano que tenía el don podía orar y enseñar y exhortar en la congregación.” Además, la comisión para predicar viene del Todopoderoso Dios, y, dado que Dios no es parcial, todos están autorizados para predicar. (Hech. 10:34, 35, NM) Cristo Jesús reconoció esto: “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos.” (Luc. 4:18, NM) La verdad libraría a los legos del clero. Todos los cristianos primitivos predicaron esta verdad: “Así como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo.” Los cristianos habían de hablar, no estar sentados.—Juan 17:18; Hech. 1:8, NM.
Contrario a la Catholic Encyclopedia, los “fieles en general” sí habían de predicar. Los setenta enviados por Jesús no fueron clérigos. En su presencia Jesús declaró: “Te alabo públicamente, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios e intelectuales y las has revelado a los niños. Sí, oh Padre, porque el hacerlo así vino a ser la manera aprobada por ti.” (Luc. 10:21, NM) Dios no podría aprobar un sistema de clero y legos.
Con el derramamiento del espíritu santo, el cristianismo prosperó. Creció de 3,000 a 5,000 ministros. (Hech. 2:41; 4:4) ¡Sin duda estos “fieles en general” no eran meros asistentes a un servicio religioso, sino que todos eran ministros! “Todos [los 5,000] salvo los apóstoles fueron esparcidos [por una persecución] por las regiones de Judea y Samaria. Sin embargo, los que habían sido esparcidos fueron por toda la tierra declarando las buenas nuevas de la palabra.” (Hech. 8:1, 4, NM) Además, ¿cuál fué el propósito de que Cristo diera “dádivas en hombres”? ¿No fué para que se entrenara a otros para que llegaran a ser predicadores? “Él dió algunos como apóstoles, algunos como pastores y maestros, teniendo como mira el entrenamiento de los santos para la obra ministerial.”—Efe. 4:8, 11, 12, NM.
Cuando Pablo escribió: “Predica la palabra, hazlo urgentemente en tiempo favorable, en tiempo dificultoso,” ¿se limitó esta exhortación a Timoteo? ¡No! El apóstol explicó: “Las cosas que oíste de mí con el apoyo de muchos testigos, estas cosas encomiéndalas a hombres fieles quienes a su vez estarán adecuadamente capacitados para enseñar a otros.” (2 Tim. 4:2; 2:2, NM) En verdad ¡los fieles en general” debían ‘predicar la palabra’!
TÍTULOS LISONJEROS ANTIBÍBLICOS
Si no hay clero entre los cristianos verdaderos, ¿por qué leemos acerca de diáconos y obispos en la Biblia? La respuesta: Este sencillamente es un caso de traducción errónea. La palabra griega epískopos, traducida “obispo,” (1 Tim. 3:1) tiene el significado verdadero de “superintendente.” El título “diácono” (1 Tim. 3:12) es el resultado de otra palabra griega traducida erróneamente, diákonos, el significado básico de la cual sólo es “siervo ministerial.” El llamar a uno “siervo ministerial” no es darle título lisonjero, lo cual se condena por Dios. (Job 32:22) La palabra “reverendo” en la Biblia en ninguna parte de ella se aplica al hombre; sólo a Jehová. (Sal. 111:9) Y Jesús condenó los títulos “Rabbí” y “Padre.” (Mat. 23:7, 9) Así que dar el dar títulos lisonjeros, dividiendo más al clero de los legos, es antibíblico y ha fomentado el cristianismo falso.
Los cristianos de falsificación son espectadores. Los cristianos genuinos son un “espectáculo teatral para el mundo” porque predican, no observan. Pablo invitó a todos a imitarle como tal. (1 Cor. 4:9, 16, NM) En la adoración genuina de Jehová los adoradores no pueden estar de observadores mientras otro hace el trabajo, sino que todo cristiano genuino tiene que desempeñar su parte osadamente como predicador de las buenas nuevas mientras la escena de este viejo mundo todavía permanece, “porque la escena de este mundo está cambiando” y desaparecerá en Armagedón.—1 Cor. 7:31; 1 Juan 2:17, NM.
Este “cambio de escenas” significa que el nuevo mundo está cerca. (2 Ped. 3:13) ¿Quiénes vivirán para verlo? Sólo los cristianos verdaderos. Los cristianos de imitación pueden florecer, sí, pero sólo hasta el Armagedón. Del trigo (los cristianos verdaderos) y la hierba (las imitaciones) Jesús dijo: “Dejen que ambos crezcan juntos hasta la siega.” “La siega es la consumación de un sistema de cosas, y los segadores son ángeles.” (Mat. 13:30, 39, NM) La siembra de “hierba” que la cristiandad ha cultivado bajo sus sistema antibíblico de clero y legos será arrojado al horno ardiente de la destrucción en el Armagedón. Y será tirado al abismo de la muerte ese falsificador principal, Satanás el Diablo. (Apo. 20:1-3) Una nueva escena viene ante nuestros ojos: el nuevo mundo donde la muerte, el dolor y la tristeza habrán desaparecido. (Apo. 21:1-5) ¡Sólo los cristianos genuinos vivirán para disfrutar de este completo “cambio de escenas”!