BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w55 15/8 págs. 496-504
  • Comportamiento teocrático dentro del círculo de la familia

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • Comportamiento teocrático dentro del círculo de la familia
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1955
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • DEBERES EXIGENTES DEL ESPOSO
  • MODELOS DE SUJECIÓN PARA ESPOSAS
  • CONSEJO PRÁCTICO PARA ESPOSO Y ESPOSA
  • PADRES E HIJOS
  • El matrimonio copiado de modelos divinos
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1953
  • Efectuando lo que nos corresponde para promover una feliz vida de familia
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
  • El esposo que se gana profundo respeto
    Cómo lograr felicidad en su vida familiar
  • Éxito en la vida de familia... ¿cómo?
    Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1955
w55 15/8 págs. 496-504

Comportamiento teocrático dentro del círculo de la familia

“Esposas, estén sujetas a sus esposos, como es propio en el Señor. Esposos, continúen amando a sus esposas y no se enojen severamente con ellas. Hijos, sean obedientes a sus padres en todo, porque esto es grato en el Señor. Padres, no estén exasperando a sus hijos, para que no se descorazonen.”—Col. 3:18-21, NM.

1. ¿Cuál es el arreglo de Jehová para gobernar el círculo de la familia, y cómo dejó Adán de cumplir con esto?

JEHOVÁ Dios es el Originador del círculo de la familia. Él hizo la tierra, hizo al hombre para habitarla, vió que no era bueno que el hombre estuviera solo, creó a la mujer como su ayudante, los facultó para reproducir su clase y dió un mandato de procreación para que se multiplicaran y llenaran la tierra. Era la voluntad de Jehová que Adán fuera un hombre de familia, que tuviera una esposa e hijos y mantuviera intacto el círculo de la familia no dejando que lo desbarataran la contienda y oposición. Para conservar la unidad y armonía entre los miembros de la familia el hombre recibió la jefatura, pero como cabeza de familia Adán fué un fracaso completo. Eva pasó por alto la autoridad de él, y él no la sacó de ese engaño. Ella emprendió el camino al pecado y Adán la siguió. Aunque él culpó a su esposa por la transgresión de él, la carga de la culpa yacía pesadamente sobre sus propios hombros. Él no alcanzó el nivel fijado para la cabeza de la familia. Su esposa no fué sumisa. Su primer hijo se convirtió en asesino. Permitió que su círculo de familia fuera desintegrado por la rebelión, el pecado, las recriminaciones y la muerte.

2. ¿Cómo dejan de cumplir estos requisitos hoy las personas en este respecto?

2 Hasta este día los círculos de familia todavía están siendo destrozados, de las mismas maneras y por las mismas razones. Tanto hombres como mujeres se han desviado y alejado del comportamiento prescrito por Jehová para el gobierno de la familia, tanto a esposos como a esposas les ha faltado mucho para cumplir sus responsabilidades y obligaciones. Los esposos abusan de su jefatura, las esposas se rebelan contra ella, y los hijos la pasan por alto y se desmandan en delincuencia sin precedente. Aunque aumenta el número de consejeros sobre el matrimonio, las dificultades en la familia y las delincuencias y los divorcios aumentan mucho más rápidamente. Rechazando el consejo teocrático de Jehová, las familias siembran según la sabiduría humana y siegan de su insensatez. El mundo se cree sabio en su propia fatuidad, pero ¿no gritan sus frutos la insensatez de su sabiduría? El único remedio es introducir comportamiento teocrático en el círculo de la familia.

3. ¿Qué modelos excelsos hay para el matrimonio y la unidad?

3 Para ver en la debida perspectiva los deberes y obligaciones que existen entre los miembros de la familia, considere algunos modelos excelsos. Primero, Jehová Dios usa el símbolo del matrimonio para mostrar la relación estrecha entre él mismo y su organización universal, hablando de sí mismo como el Esposo de su organización semejante a mujer. También se usa la representación del matrimonio para ilustrar el vínculo estrecho que hay entre Cristo y su iglesia, pues a él se le menciona como el Novio y a la iglesia como su novia, y al matrimonio como consumado en el cielo. (Isa. 54:5; 2 Cor. 11:2; Apo. 19:7) Usted recordará que en el Edén se mencionó que el hombre y la mujer eran “una misma carne,” y lo mismo se dice acerca de los cónyuges humanos hoy. Asimismo, existe una unidad entre Jehová y el principal entre la organización universal, Cristo Jesús. También se hace referencia a Cristo y su novia, la iglesia, como uno solo. Sin embargo, la Biblia claramente manifiesta que Jehová y Cristo no son uno en alguna misteriosa trinidad pagana. Tampoco son hechos literalmente uno Cristo y la clase de la iglesia; así como un hombre y su esposa, dos personas, no se convierten literalmente en una sola cosa. En ninguno de estos casos es una unidad orgánica literal, sino que en todos ellos es unidad de mira, propósito, objetivo, deseo y dirección de esfuerzo.—Mat. 19:4-6; Juan 14:10; 17:21-23.

4. ¿Por qué es necesaria una cabeza de familia, y quién lo es?

4 Donde dos o más están unidos en un esfuerzo común tiene que haber organización, alguna clase de jefatura para dar dirección inteligente a las energías de los que están unidos. En asuntos humanos dos cabezas pueden ser mejor que una cuando se trata de reunir ideas o considerar posibles maneras de proceder, pero cuando se trata de una decisión final una cabeza tiene que estar facultada para decidir por ambos individuos. Una unión sin cabeza carecería de la debida fuerza directiva, mientras que una unión extravagante, de dos cabezas, engendraría contienda y consiguiente desunión. Que todos nos enfrentemos a este hecho: todos tenemos una cabeza sobre nosotros salvo Jehová, quien es Cabeza sobre todos. Leemos en 1 Corintios 11:3 (NM): “Quiero que sepan que la cabeza de todo hombre es el Cristo; en cambio, la cabeza de la mujer es el hombre; en cambio, la cabeza del Cristo es Dios.” Este arreglo no fué hecho por alguna criatura, sino que es la ley del Creador del universo. El amoldarse a él es obediencia a Jehová; el rechazarlo es rebelión contra él. Las mujeres y los hijos teocráticos reconocerán al hombre como la cabeza del hogar.

DEBERES EXIGENTES DEL ESPOSO

5, 6. ¿Qué ejemplos muestran los deberes exigentes de los esposos?

5 En algunos países donde hay una fuerte tendencia por parte de muchas mujeres de compartir o arrogarse la jefatura de la familia, surgen recias objeciones en contra del requisito divino de jefatura del hombre y sujeción de la mujer. Se considera como parcial contra las mujeres, como opresivo y como una carga demasiado difícil para que ellas la aguanten. Sin embargo, la reflexión cuidadosa revelará que es el esposo quien tiene que llevar la carga más grande, la responsabilidad más pesada con la cual cumplir. Tiene que esforzarse por copiar el ejemplo intachable de Jehová Dios, la Cabeza y Esposo de la organización universal. Jehová no sólo creó todas las cosas sino que después estableció leyes y reglas de acción para guía de éstas y provee las cosas necesarias para su continuación. Aun en sus propios modos y acciones Jehová consistentemente sigue principios justos y conduce su jefatura con una exhibición sin paralelo de justicia, sabiduría, paciencia, misericordia, compasión y, sobre todo, amor. Alentadoramente para nosotros sobre la tierra, él “conoce nuestra hechura, tiene presente que somos polvo.”—Sal. 103:14.

6 No sólo en la jefatura sobresaliente de Jehová sobre su organización universal, sino también en el gobierno de Cristo sobre la clase de la iglesia tiene el esposo humano un ejemplo excelso a que aspirar. ¿No se consumió Jesús trabajando en los intereses de los miembros del cuerpo, enseñando y predicando, suministrando el sustento espiritual tanto más vital que el pan literal? ¿No fueron su paciencia y longanimidad ejemplares, sus tratos con sus discípulos terrestres misericordiosos, su indulgencia para sus debilidades carnales compasiva? ¿No aguantó persecución acompañada de tormento y dolor al mantener su integridad hacia Jehová, de tal modo llegando a ser un modelo digno de confianza para sus seguidores? Y finalmente, ¿no llegó al límite y entregó su vida a favor de su novia y esposa, la clase de la iglesia? Seguramente la jefatura de Cristo sobre su iglesia demuestra maravillosamente la provisión considerada, el interés benévolo, el entendimiento sabio, el perdón continuo, el cuidado protector y un amor que alcanzó su punto culminante en la entrega de su propia vida—¡y mayor amor que ése ningún hombre puede tener!—Juan 15:13.

7. ¿Cuáles son las numerosas obligaciones que acompañan a la jefatura adecuada?

7 Contemplen los esposos humanos estos modelos divinos y ejemplos celestiales de jefatura, y fijen la vista en ellos y aspiren a dicho comportamiento teocrático perfecto para con sus propios círculos de familia. El esposo tiene que suministrar alimento, ropa y abrigo para su esposa. Pero sus obligaciones van mucho más allá de cumplir con estas necesidades físicas básicas. El hombre hace eso por su ganado. Él tiene que hacer provisión para la felicidad mental de ella y tiene que considerar su bienestar espiritual, mostrando un amor a ella tan grande como el que se muestra a sí mismo. Los esposos no deben olvidarse de la estructura emocional y las vicisitudes de sus esposas, sino que deben continuar “habitando de igual modo con ellas de acuerdo con el conocimiento, dándoles honra como a un vaso más débil, el femenino.” (1 Ped. 3:7, NM) El esposo tiene que dar dirección adecuada a sus esfuerzos unidos haciendo decisiones sabias, asumir las responsabilidades que estas decisiones conllevan y hacer frente a cualesquier consecuencias que puedan venir con ellas. Los esposos tienen que esforzarse por seguir consistentemente principios rectos, ejercer paciencia y longanimidad, practicar misericordia y perdón, mostrar consideración y entendimiento, y, sobre todo, mantener vivo y activo un amor modelado según el amor mostrado por Jehová hacia su organización universal y el amor mostrado por Cristo hacia su organización de la iglesia cristiana. El alcanzar el nivel de dichos requisitos elevados seguramente es más difícil que estar sumisa bajo dicha jefatura recta, ¿no es verdad? ¿Qué mujer razonable podría oponerse a someterse a dicha jefatura?

MODELOS DE SUJECIÓN PARA ESPOSAS

8. ¿Qué deben recordar los cónyuges?

8 ¿Oímos a algunas de nuestras lectoras replicar que gozosamente se someterían a dicha jefatura, pero que cuál es el hombre que la administra? Muy cierto, ningún hombre alcanza perfectamente este nivel excelso. Pero antes de que las esposas usen esto como base para rehusar el ser sumisas, reflexionen para determinar si ellas desempeñan intachablemente el papel que Jehová les asigna. Así como Jehová recuerda, así los cónyuges deben recordar que las personas humanas son hechas del polvo y las debilidades tienen que tomarse en cuenta misericordiosamente. Antes de amontonar culpa amarga sobre el otro, cada cónyuge debe considerar las palabras de Jesús: “Dejen de juzgar, para que ustedes no sean juzgados; porque con el juicio que ustedes están juzgando serán juzgados, y con la medida que ustedes están midiendo al dar se medirá para dar a ustedes. ¿Por qué, entonces, miras la paja en el ojo de tu hermano, pero no das consideración a la viga en tu propio ojo? O, ¿cómo puedes decir a tu hermano: ‘Permíteme extraer la paja de tu ojo’; cuando ¡mira! hay una viga en tu propio ojo? ¡Hipócrita! primero extrae la viga de tu propio ojo, y entonces verás claramente cómo extraer la paja del ojo de tu hermano.”—Mat. 7:1-5, NM.

9, 10. ¿Qué ejemplo tocante a sujeción tienen las esposas, y a quiénes no copiarán?

9 El miembro principal de la organización universal de Jehová no halla irritante el estar en sujeción al gran Esposo y Cabeza de esa organización. Cristo Jesús se deleita en hacer la voluntad de Jehová, y en una ocasión declaró que el hacer la obra de Dios le era como alimento vital para su sustento. (Sal. 40:8; Heb. 10:7; Juan 4:34) A causa de su apego y devoción a Jehová aguantó la persecución y la muerte, demostrando su integridad a Dios y contribuyendo en gran manera a la vindicación de Su Palabra y nombre. Fué una exhibición maravillosa de la sujeción completa de Jesús a la jefatura de Jehová, y a través de todo ello Jesús encontró gran gozo en esta sumisión. En ningún tiempo fué un trabajo penoso para él. Y jamás trató de apoderarse de la jefatura de Jehová ni trató de compartirla como un igual de Jehová: “Retengan en sí mismos esta actitud mental que también estaba en Cristo Jesús, quien, aunque estaba existiendo en forma de Dios, no dió consideración a un arrebatamiento, a saber, que debía ser igual a Dios. No, sino que se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y vino a estar en la semejanza de los hombres. Más que eso, cuando se halló en forma de hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento.”—Fili. 2:5-8, NM.

10 Las esposas cristianas deben mantener esta actitud mental de Cristo, y no la actitud de muchas esposas mundanas que claman por igualdad con y a menudo por autoridad sobre sus esposos. Las esposas que verdaderamente son cristianas ni siquiera considerarán antiteocráticamente apoderarse de una parte o de toda la jefatura de la familia que se asigna divinamente a sus esposos. Se someterán al arreglo del matrimonio, comprendiendo que ha sido ordenado así, no por algún hombre, sino por Jehová mismo. El rebelarse contra el arreglo es rebelarse, no contra algún hombre, sino contra Jehová mismo. Recuerde que fué el querubín cubriente en el Edén quien fué terco y se sintió contraído y oprimido por la jefatura de Jehová y por consiguiente se rebeló y se hizo infame como Satanás el Diablo. Las esposas que no son sumisas a sus esposos están copiando a Satanás, no a Cristo.

11. ¿Qué ejemplo adicional hay para las esposas, y qué proceder evitarán?

11 De nuevo, las esposas pueden hallar un ejemplo en la sumisión de la clase de la iglesia a su Cabeza, Cristo Jesús. Los miembros de la novia de Cristo ponen a un lado su propia voluntad para seguir en las pisadas de Jesús, para cooperar con él en la obra que él está haciendo. Asumen la obligación de predicar en armonía con la voluntad de él, y esto hace que les sobrevenga cierta cantidad de persecución y tribulación en la carne. Pero los gozos de servir bajo la jefatura amorosa de Cristo exceden por mucho las tribulaciones carnales. La sumisión a dicha jefatura recta no es difícil o degradante, aunque a través de los siglos ha habido individuos temerarios y arrogantes que han creído que sí, y en estos últimos días personas han constituído así una clase de “esclavo malo” por su salida precipitada de debajo de la jefatura de Cristo. Es la clase del “esclavo fiel y discreto” la que halla gozo verdadero al someterse a Cristo. Y cuando ese “esclavo malo” se aparta de la jefatura de Cristo, ¿consigue una libertad que le resulte en gran felicidad? No, porque va a dar fuera del arreglo de Jehová para asociarse con los hipócritas, y “allí es donde será su lloro y el crujir de sus dientes.” (Mat. 24:45-51, NM) Las esposas cristianas que no son sumisas a sus esposos están copiando al “esclavo malo,” no al “esclavo fiel y discreto,” y su salida precipitada del arreglo de Jehová para apoderarse de una libertad falsa les traerá, no felicidad y contentamiento verdaderos, sino frustraciones emocionales y culpabilidad espiritual.

CONSEJO PRÁCTICO PARA ESPOSO Y ESPOSA

12. ¿Qué demuestra que es falsa la aseveración moderna de que el consejo de la Biblia es impráctico?

12 Jesús dijo: “Todo árbol bueno produce buen fruto, pero todo árbol podrido produce mal fruto; un árbol bueno no puede dar mal fruto, ni puede un árbol podrido producir buen fruto.” Lo mismo aplica al consejo. El seguir el buen consejo produce resultados buenos, mientras que el consejo podrido conduce a un fin malo. El impulso actual de muchos es descartar el consejo de la Biblia como impráctico y dirigirse a las autoridades modernas para consejo en cuanto al matrimonio, pero el diluvio de divorcios y delincuencia es el resultado impráctico que demuestra que el consejo moderno es sumamente impráctico. En contraste, cuando se tenía a la Biblia en alta estima y se seguía su consejo había menos divorcios y la delincuencia era poca. Por eso los que arrojan la acusación de que el consejo de la Biblia es impráctico ¡hallan que los hechos les devuelven la acusación en sus propias caras!—Mat. 7:17, 18, NM.

13. ¿Cuál debe ser la relación entre esposo y esposa?

13 La Biblia manifiesta la relación que debe existir entre esposo y esposa: “Estén sujetas las esposas a sus esposos como al Señor. Esposos, continúen amando a sus esposas, así como el Cristo también amó a la congregación y se entregó por causa de ella. De este modo los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos. El que ama a su esposa se ama a sí mismo, porque nadie jamás ha odiado a su propia carne, sino que la alimenta y la cuida, como el Cristo también hace con la congregación, porque nosotros somos miembros de su cuerpo. ‘Por esta razón el hombre dejará a su padre y madre y se unirá a su esposa, y los dos serán una carne.’ No obstante, también, que cada uno de ustedes ame individualmente a su esposa así como se ama a sí mismo; por otra parte, la esposa debe tenerle profundo respeto a su esposo.”—Efe. 5:22, 25, 28-31, 33, NM.

14. ¿Qué tiene que hacer el esposo para merecer el respeto profundo de su esposa?

14 Un esposo tiene que elevarse a la altura de verdadera cabeza si quiere tener el respeto profundo de su esposa. El insistir en sus prerrogativas como cabeza mientras no se eleva a la altura requerida lo hará parecerse a un tonto ostentoso. El ejercer la jefatura entraña mucho más que simplemente tomar la delantera y decir la última palabra; requiere conocimiento sano y entendimiento bueno, y un dominio propio que sea calmado, paciente y razonable cuando se enfrenta a situaciones difíciles. Le es difícil a una esposa cristiana respetar a un esposo que es descuidado o negligente en sus responsabilidades de familia o privilegios ministeriales, que come hasta el punto de la glotonería o que bebe bebidas alcohólicas en demasía, que es irreflexivo o soez u obsceno en su habla, o que le muestra poca consideración o atención a ella mientras que es demasiado sociable con otras mujeres. Si el esposo es superficial apenas puede esperar que el respeto que le tenga su esposa sea profundo. Puede que ella se someta a causa de razones morales, físicas, económicas o teocráticas, pero le será mucho más fácil a ella y mucho más satisfaciente al esposo si ella lo hace a causa del amor y profundo respeto que ella le tiene a él debido al proceder meritorio de éste.

15. ¿Qué resulta cuando la esposa rehusa ser sumisa?

15 Por otra parte, a un hombre le es sumamente difícil verdaderamente amar y apreciar y proteger a una mujer que no es sumisa, porque por su independencia ella proclama que no lo necesita a él. Ella le roba, le quita el puesto que legítimamente es de él. ¿Cómo puede él amar a dicha mujer como a su propia carne, cuando ella no está unida a él sino está dividida contra él, compitiendo con él en vez de estar cooperando con él? ¿Por qué debería él esforzarse por hacer provisión generosa para una competidora despreciativa? Puede que él pierda todo aliciente e iniciativa y deje que ella haga lo que quiera para evitar riñas, pero al conseguir ella la casa perderá el amor de él. Y ambos perderían la aprobación de Jehová, la mujer por usurpar el puesto del hombre y el hombre por dejar que ella lo usurpe. Si un esposo permite que su esposa se arrogue la autoridad ella le perderá el profundo respeto que le debe y él perderá su dignidad, y esta pérdida hará que su amor a ella ceda su lugar al resentimiento. Después que toda la charla moderna acerca de la igualdad se acaba, sigue todavía en pie el hecho de que sólo en los hogares donde el esposo es una cabeza adecuada existen el contentamiento y el gozo profundo. Si la mujer gobierna la casa la arruina, tanto a la vista del hombre como a la vista de Dios.

16. En vez de simplemente ser una cocinera y una señora encargada de la limpieza doméstica, ¿qué deberes tiene la esposa que hacen variado y gozoso su papel?

16 ¿Significa esto que ella no tiene nada que decir tocante a asuntos de familia? No, porque eso no es lo que declara la Biblia. La mujer ha de ‘manejar la casa.’ Mientras ella lo haga adecuadamente el esposo debe estar satisfecho con permitirle que use su propia iniciativa en este respecto. Muchas esposas manejan gran parte de las finanzas para la familia, presupuestando los fondos, gastando sabiamente para el bien de todos y ahorrando para las necesidades futuras. En el manejo de una casa está incluído el decorar el hogar, hacer compras para hermosearlo y equiparlo para funcionamiento eficaz. La casa incluye a los miembros de la familia, y la esposa eficaz ejerce una gran fuerza de bien sobre todos los miembros, teniendo cuidado de que estén bien alimentados y adecuadamente vestidos, así como teniendo una casa limpia y agradable en que vivir. Ella es mucho más que una cocinera o una señora encargada de la limpieza doméstica, porque en su posición administrativa tiene que ser una buena mujer de negocios que cuide los intereses de su esposo e hijos. Finalmente, ella tiene influencia de mucho alcance en el desarrollo de los hijos, estando con ellos tanto más tiempo durante los años tempranos, formativos. Ella puede ayudarlos a que vayan por la dirección correcta, enseñándoles buenos hábitos y principios y, ante todo, las verdades de Jehová. El modelar a una vida joven, el darle un buen comienzo, es una de las responsabilidades más pesadas y uno de los gozos más grandes. Así como le es difícil a un esposo alcanzar el nivel y cumplir los requisitos de la jefatura, igualmente no le es fácil a una esposa hacer frente al desafío de administrar la casa. Cuando cumple bien con su cometido ella es una alabanza para su familia en la comunidad, y el hombre que la tiene es bendecido por Jehová.—1 Tim. 5:14, NM; Pro. 18:22; 19:14; 31:10-31.

17. ¿Cuándo tiene que hacer las decisiones el hombre, y cómo debe reaccionar la mujer?

17 Tanto el esposo como la esposa tienen su esfera de deberes y responsabilidades, y cada uno debe dejar que el otro asuma la carga que se le ha asignado. Esto no significa que uno no puede considerar los proyectos del otro, porque el bienestar de la familia depende de los deberes de ambos, el esposo y la esposa. Debe haber cooperación y unión de esfuerzo, una armonía como la que hay en un equipo, un compartimiento de las cargas. Ambos deben estar dispuestos a contemporizar, a ceder a veces. Sin embargo, cuando no es posible llegar a un acuerdo sobre un asunto de familia y hay que hacer una decisión definida y decidirse sobre un proceder, el hombre tiene que hacerlo. Esto es justo. Él es el que tiene que asumir la responsabilidad por lo que resulte, sea bueno o malo. Si la decisión es errónea él es el que tendrá que habérselas con las consecuencias, resarciendo la pérdida financiera o lo que esté implicado. Cuando el esposo hace una decisión en que la esposa no está de acuerdo, ella no debe poner mal gesto o abrigar rencor y detenerse, esperando que haya un fracaso para poder decir en son de mofa: “¡Te lo dije!” No, sino que ella debe ser teocrática, lo cual significa que ella cooperaría para hacer que el proyecto tuviera buen éxito para el bien de la familia.

PADRES E HIJOS

18. ¿Qué consejo gobierna la relación entre los padres y los hijos?

18 Jehová no pasa por alto a los hijos en el círculo de la familia. Ellos vienen a estar bajo dirección paternal, empero no debe abusarse de ellos o irritarlos. La Palabra de Dios da este mandamiento de dos partes: “Hijos, sean obedientes a sus padres en unión con el Señor, porque esto es justo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’; que es el primer mandamiento con promesa: ‘Para que te vaya bien y permanezcas por largo tiempo sobre la tierra.’ Y ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos, sino sigan criándolos en la disciplina y consejo autoritativo de Jehová.” Hijos de padres dedicados, si quieren vivir largo tiempo sobre la tierra, para siempre en el nuevo mundo, ustedes tienen que prestar atención a la “disciplina y consejo autoritativo de Jehová” que sus padres les ofrecen. Padres, den esta disciplina y consejo de manera firme y amorosa, no de manera que irrite o exaspere.—Efe. 6:1-4, NM.

19. ¿Cómo considerarán los jóvenes a los adultos, y los adultos a sus hijos?

19 Hace años los jóvenes le tenían respeto a las personas de edad, pero en estos últimos días de tiempos críticos y delincuencia difusa los jóvenes en general parecen haber reemplazado el respeto con desdén, despreciando a las personas mayores como vejestorios que se rezagan en el tiempo. Pero los jóvenes teocráticos recordarán que hay una sabiduría y una madurez de juicio que sólo vienen con la edad, con años de estudio y experiencia. Ellos no serán como los delincuentes del día de Eliseo que se mofaron y escarnecieron a ese profeta de Dios como un viejo “calvo” y que la pasaron mal como consecuencia. En vez de eso, ellos recuerdan: “Con los ancianos está la sabiduría, y en la larga edad, el entendimiento.” (Job 12:12; 2 Rey. 2:23, 24) Por otra parte, los padres no considerarán a sus hijos como una carga, como algo de que ser relevados en toda oportunidad. Ellos no pensarán que los niños deben verse y jamás oírse. Estos necesitan que se les permita desarrollarse como conversadores, que se les instruya para que hablen las alabanzas de Jehová Dios. Jehová tiene un lugar para ellos en su servicio, ha hecho arreglos para que su organización los reconozca en los asuntos de congregación tales como la escuela del ministerio, y ha mandado a los padres que estén constantemente alerta para enseñarles la verdad bíblica. Los padres velarán por sus propios hijos en la casa, en las reuniones y en el servicio del Reino, aunque otros pueden ayudar a veces. Los adultos tratarán con los jovencitos del mismo modo comprensivo con que Jehová trata con sus hijos terrestres, y los jóvenes deben mostrar la misma obediencia respetuosa a los adultos dedicados que los hombres aprobados tributan al Padre celestial.

20. ¿Qué consejo general se ofrece?

20 Los miembros de la familia siempre deben mostrar respeto unos a otros, no humillando a otros sino concediéndoles una medida de dignidad. Cuando sea necesario corregir, hágalo usted de la manera que usted apreciaría que le corrigieran. ¿Quisiera usted ser reprendido bruscamente en público, ante sus amigos? No lo haga a su cónyuge. ¿Le gustaría ser fastidiado por cada transgresión trivial? No irrite así a sus hijos. Como padres, cuando ustedes corrigen a sus hijos ¿siempre se corroboran uno al otro, o dan corrección contradictoria? Tenga en cuenta las disposiciones individuales, los genios variables, los estados mentales inquietos. Cuando parece que está amenazando una tormenta emocional, recuerde la paciencia y el dominio propio. El tiempo para parar las riñas es antes de que comiencen. Es más fácil. En vez de conocer cuándo pararlas, sepa lo suficiente para no comenzarlas. El esposo debe ser lo bastante hombre para pasar por alto irritaciones menores, y la esposa jamás debe permitir que las quejas alcancen el grado deplorable de hacerla una regañona. Una esposa que regaña de continuo sirve más de estorbo que de ayuda, y la Biblia asemeja su corriente de palabras de enojo a la lluvia que gotea: “Las contiendas de la mujer son como una gotera incesante.” “Una gotera incesante en un día lluvioso y una mujer rencillosa son cosas parecidas: quien a ella refrenare, refrena al viento, y su mano derecha aprieta el resbaloso aceite.” Sea razonable, lógico, consistente, fácil de aplacar, listo para perdonar y dispuesto a elogiar cuando las cosas se hacen bien.—Pro. 19:13; 27:15, 16.

21, 22. ¿Qué guías son mejores que las reglas, y cuál en particular?

21 En resumidas cuentas, muestre amor y misericordia, no se dé demasiada importancia a sí mismo, tenga un sentido de humor, y usted no sólo puede impedir que brisas se hagan huracanes sino que puede reducir los huracanes a brisas. Podrían darse muchas reglas, pero el dar suficientes reglas para abarcar todos los casos querría decir compilar un voluminoso talmud. Ese no es nuestro propósito. No es necesario. Fracasaría. En vez de necesitar reglas a seguir semejantes a las del talmud, necesitamos inculcar principios que nos guíen. En el asunto de la unidad de familia, principalmente hay que inculcar un principio, el de amor: Amar a otros como usted mismo se ama; ser tan benigno y considerado con otros como lo es usted consigo mismo; pasar por alto las debilidades de ellos con tanta prontitud como usted pasa por alto las suyas. Nuestras muchas faltas y pecados hacen la vida difícil para otros, así como las faltas y pecados de ellos la hacen difícil para nosotros, pero la Biblia dice: “El amor cubre una multitud de pecados.” El amor no lleva cuenta de los daños, de los pecados y faltas, sino que los cubre, aunque sean numerosos. ¿Tiene usted amor a otros de modo que les cubra los pecados, así como se tiene amor a sí mismo y esconde los suyos? ¿Predomina dicho amor en su familia?—1 Ped. 4:8, NM.

22 Vea usted si su amor es igual a esta descripción: “El amor es sufrido y servicial. El amor no es celoso, no se jacta, no se hincha, no se porta indecentemente, no busca sus propios intereses, no se irrita. No lleva cuenta del daño. No se regocija por la injusticia, sino que se regocija con la verdad. Soporta todas las cosas, cree todas las cosas, tiene esperanza en todas las cosas, aguanta todas las cosas. El amor nunca se acaba.” ¡Tampoco acabará en fracaso el matrimonio fundado sobre esa clase de amor! Por supuesto, los dos cónyuges, siendo imperfectos, cometerán errores de muchas maneras, pero ¡no hay brecha que esta clase de amor no pueda salvar!—1 Cor. 13:4-8, NM.

23. ¿Qué manifiesta la fuerza que tiene el amor para unir?

23 Ante todo, un amor común a Jehová une a las familias. Ahora está uniendo a cientos de miles de personas de muchas naciones, razas, colores, idiomas, diferencias sociales y antecedentes culturales. Su fuerza asombrosa para hacer esto deja pasmado a este viejo mundo, cuya historia de intrigas políticas y guerras sangrientas grita su fracaso miserable. ¿No es mucho más fácil unir a una familia, con tan pocos miembros y tan pocas diferencias menores? Sí, y por eso si el amor a Jehová une a miles y miles de personas procedentes de muchas naciones y razas no sería difícil que este amor común al Creador conservara intacto el círculo de la familia. Está haciendo esto para decenas de miles de familias en muchas tierras, unificando al grupo de familia a medida que todos consideran la Palabra de Dios, la estudian juntos, asisten a reuniones de congregación como un grupo y adoran juntos en el servicio en el campo. La devoción a Jehová los integra en una unidad y armonía firmes. El comportamiento teocrático dentro del círculo de la familia mantiene intacto a ese círculo, el cual comportamiento se delinea para todos, como sigue:

24, 25. ¿Qué nos aconseja Colosenses 3:13-21, 23, 24?

24 “Continúen tolerándose y perdonándose mutuamente sin reserva si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová sin reserva los perdonó, así háganlo también ustedes. Pero, además de todas estas cosas, vístanse de amor, porque es un vínculo perfecto de unidad. También que la paz del Cristo gobierne en sus corazones, porque, de hecho, ustedes fueron llamados a ella en un solo cuerpo. Y muéstrense agradecidos. Que la palabra del Cristo resida en ustedes ricamente con toda sabiduría. Sigan enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, alabanzas a Dios, canciones espirituales con gracia, cantando en sus corazones a Jehová. Y cuanto hagan en palabra o en obra, háganlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él. Esposas, estén sujetas a sus esposos, como es propio en el Señor. Esposos, continúen amando a sus esposas y no se enojen severamente con ellas. Hijos, sean obedientes a sus padres en todo, porque esto es grato en el Señor. Padres, no estén exasperando a sus hijos, para que no se descorazonen. Cualquier cosa que estén haciendo, trabajen en ello de toda alma como para Jehová, y no para los hombres, porque ustedes saben que es de Jehová que recibirán la debida recompensa de la herencia. Ustedes son esclavos del Señor Cristo.”—Col. 3:13-21, 23, 24, NM.

25 Así que, apliquen este consejo práctico en cuanto a perdón, paz, amor, espiritualidad, sujeción, obediencia y paciencia en el círculo de la familia. Y si se hace difícil a veces—y se hará—trabajen en ello de toda alma como algo hecho para Jehová. Si se hace como para él recibirán una recompensa de parte de él, si no la reciben de miembros apreciativos de la familia.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir