Guerra desde el cielo trae paz a la tierra
“¡Venid, ved las obras de Jehová, que ha hecho desolaciones en la tierra! que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra; que quiebra el arco, y corta la lanza, y quema los carros en el fuego. ¡Callad, y sabed que yo soy Dios! ¡Seré ensalzado entre las naciones; seré ensalzado en la tierra! Jehová de los Ejércitos es con nosotros.”—Sal. 46:8-11.
1. ¿Con qué dificultades se tropieza el que trata de escalar el monte más alto de la tierra?
EN LOS montes Himalaya hay un pico que se eleva veintinueve mil pies hacia el cielo. Sus faldas están forradas de nieve y hielo. Las temperaturas bajan hasta muy bajo cero. Vientos glaciales se abren paso chillando a través de los riscos y desfiladeros circunstantes. El aire que hay sobre este pico, que es el más elevado de la tierra, es tan ralo que si se colocara un hombre súbitamente en sus alturas pronto quedaría inconsciente a causa de la escasez de oxígeno. En altitudes tan elevadas como ésta los músculos, nervios y la mente misma comienzan a deteriorarse agudamente y le sobreviene a la persona una languidez que es peligrosa. No obstante, durante muchos años los hombres han tratado de escalar el pináculo del monte Everest. Es sólo después de años de entrenamiento y experiencia que los montañeses atacan sus faldas desafiadoras y arrostran sus muchos peligros. Hendeduras bostezantes de profundidades que causan vértigos se abren a los pies de los alpinistas, y avalanchas de nieve y hielo se arrojan con violencia y tronando desde las alturas. A pesar de estar los alpinistas bien arropados con la ropa más caliente, los vientos furiosos pronto les roban su calor y energía, y siempre está presente la amenaza de sufrir congelación. Agobiados por fardos que llevan sobre la espalda junto con tanques de oxígeno para respirar, caminan paso a paso abriéndose camino con hachas para el hielo y se mueven con dificultad hacia arriba con un cansancio indescriptible sobre lugares traicioneros donde un resbalón los enviaría verticalmente miles de pies hacia abajo a su muerte. Muchas personas han tratado de conquistar sus alturas, muchas han muerto en el intento. El 29 de mayo de 1953 dos hombres triunfaron y estuvieron de pie en su cima barrida por los vientos. Para lograrlo tuvieron el apoyo de una fuerza expedicionaria de más de cuatrocientos cincuenta hombres. ¡Cuatrocientos cincuenta hombres para conseguir que dos llegaran a la cúspide!
2. ¿Qué prueba que las montañas a las que hemos de huir no son literales?
2 ¿Cree usted que usted podría lograr eso también? Cristo Jesús nos advirtió que huyéramos a las montañas. Estas montañas simbolizan un lugar de refugio que está asociado con el monte de Dios: “Y acontecerá que en los postreros días, el monte de la Casa de Jehová será establecido como cabeza de los demás montes, y será ensalzado sobre los collados; y, como ríos, fluirán a él todas las naciones. Pues caminarán muchos pueblos, diciendo: ¡Venid, y subamos al monte de Jehová, a la Casa del Dios de Jacob! y él nos enseñará en cuanto a sus caminos, y nosotros andaremos en sus senderos.” (Isa. 2:2, 3) Observe que este monte de Jehová está encima de todos los otros montes, encima de todos los collados. Si es literal, ¡significa que es más alto que el Everest! Si usted no puede escalar el Everest, ¿cómo podría usted esperar escalar este monte que es todavía más alto? Sin embargo la Biblia manifiesta que hombres y mujeres y niños de todas las naciones, una grande muchedumbre de ellos, están escalando con buen éxito el monte de Jehová. Obviamente, el monte a que ascendemos no es literal, sino algo simbolizado por montes.
3. ¿De qué son símbolos los montes, y qué cosa es el monte al que huimos?
3 Los montes se usan como símbolos de gobiernos o potencias gobernantes del mundo que se remontan sobre los mares de la humanidad que los sostienen. Cuando Babilonia era un imperio mundial que asolaba a muchas naciones Jehová se refirió a ella como a un monte: “He aquí yo contra ti, oh monte destruidor, dice Jehová, que destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano sobre ti, y te haré rodar de las peñas, y te tornaré monte quemado.” En Apocalipsis se hace referencia a las siete potencias mundiales como siete reyes y se les representa por las siete cabezas de la bestia descrita allí, y acerca de estas cabezas o potencias mundiales se declara: “Las siete cabezas significan siete montes.” Aun el reino de Cristo y su dominio se mencionan como una montaña. En el libro de Daniel se dice que el reino de Cristo “desmenuzará y acabará con todos aquellos reinos, en tanto que él mismo permanecerá para todos los siglos.” Esto se pinta por una piedra que golpea y derriba a una imagen que representa a Satanás y sus demonios y los reinos de este viejo mundo, y se declara: “La piedra que hirió la imagen vino a ser una gran montaña, que llenó toda la tierra.” El monte simbólico, el monte al que debemos venir, es el arreglo del Reino bajo Cristo con el nuevo sistema de cosas que ahora está siendo establecido sobre la tierra. Procedentes de este nuevo gobierno regio la ley y palabra de Jehová salen, y a él personas de todas las naciones están viniendo ahora para enterarse de los caminos de Jehová y andar en sus senderos.—Jer. 51:25, Val; Apo. 17:9, NM; Dan. 2:44, 35.
4. ¿Por qué sería inútil huir a un monte literal?
4 El ascender a un monte literal más alto que todos los demás no sólo sería imposible para la mayoría de nosotros sino que también sería ineficaz en cuanto a proporcionarnos seguridad contra la ira de Jehová: “Aun cuando cavaren en Sheol, de allí mi mano los sacará; y aun cuando subieren al cielo, de allí los haré descender. Y si se escondieren en la cima del Carmelo, yo los buscaré, y de allí los quitaré; y si quisieren esconderse en el fondo del mar, de allí mismo mandaré la culebra, la cual los morderá.” (Amós 9:2, 3, margen) Pero la huída al nuevo sistema de cosas de Jehová ya se ha hecho posible para personas de todas las naciones, y puesto que es Jehová quien lo ha hecho será un lugar de seguridad, al que no tocará su ira. Y así como la profecía de Isaías al describir el monte de Jehová dice que estaba encima de todos los demás montes, así este santo lugar de adoración bajo Cristo es superior a todos los gobiernos terrestres de este viejo mundo y está por encima de ellos.
LA GUERRA DEL ARMAGEDÓN
5, 6. ¿Qué piensan los hombres del mundo acerca del Armagedón?
5 ¿Por qué aconsejó Jesús el “huir a las montañas”? Para escaparse de la “grande tribulación como no ha acontecido desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a acontecer.” Esa tribulación es una guerra, una guerra desde el cielo, y el campo donde se libra “en hebreo se llama Armagedón.” (Mat. 24:16, 21, NM; Apo. 16:16) ¿Es la guerra en el Armagedón una guerra hecha por los hombres? Los hombres libran guerras modernas en los cielos, y desde los cielos inmediatos sus fortalezas volantes dejan llover sobre la tierra una abundancia de bombas—y lo que era una ciudad se convierte en basura, lo que era casas se convierte en cenizas, lo que era gente se convierte en carne destrozada y esparcida. A medida que la guerra moderna se ha hecho más y más horrible los hombres se han inclinado más y más a referirse a sus guerras o guerras en perspectiva como el Armagedón. Especialmente es cierto esto desde la explosión de la bomba de hidrógeno.
6 Al pedir que se llegara a una decisión definitiva con Rusia sobre la regulación de las armas atómicas el Daily Mirror de Nueva York dijo editorialmente: “¿O esperaremos y dejaremos que el mundo sea llevado por la corriente al Armagedón?” Un diario de Los Ángeles hizo notar concerniente a la próxima guerra: “Será la más titánica de la historia. Será el Armagedón.” La revista Tempo se refirió a un “Armagedón nuclear” cercano. Dirigiéndose a una sesión de ambas cámaras del congreso de los EE.UU., el general MacArthur repitió una advertencia que previamente había dado: “Las alianzas militares, los equilibrios de poder, las sociedades de naciones, cada cosa a su vez fracasó, dejando como única senda la vía del crisol de la guerra. La destructividad absoluta de la guerra ahora hace imposible esta alternativa. Hemos tenido nuestra última oportunidad. Si no inventamos algún sistema más grande y equitativo, nuestro Armagedón estará a nuestra puerta.” El senador Flanders declaró: “En verdad el mundo parece estar movilizándose para la gran guerra del Armagedón.” Finalmente, tras las pruebas de la bomba de hidrógeno en el Pacífico un escritor del cuerpo de redactores del World-Telegram and Sun de Nueva York dijo: “Francamente, los caudillos norteamericanos, del mundo libre y soviéticos están aterrorizados. Las pasadas ocho o diez semanas han hecho que todos se den cuenta de que se encuentran frente a frente con el Armagedón. . . . Hoy día el temor es un manto que pende sobre ambas capitales, Wáshington y Moscú.”
7. ¿Qué es el Armagedón, y quiénes lo pelean?
7 Realmente, el que los hombres llamen a una de sus guerras el Armagedón es robo. Roba a una palabra su significado verdadero. Deja desprevenidos a los hombres tocante a lo que verdaderamente es el Armagedón. No es una guerra hecha por hombres, y el imaginársela como el posible holocausto atómico de la III Guerra Mundial es cegarse al verdadero significado del Armagedón. Se trata de un vocablo bíblico, y en la Biblia se define específicamente como “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.” (Apo. 16:14, NM) Es la guerra de Jehová que se pelea por fuerzas celestiales bajo Cristo y ella desarraigará toda la iniquidad de la tierra y plantará en su lugar la paz permanente: “Y vi el cielo abierto, y, ¡miren! un caballo blanco. Y uno que va montado en él se llama Fiel y Verdadero, y juzga y lleva a cabo guerra en justicia. También los ejércitos que estaban en el cielo le seguían en caballos blancos, y estaban vestidos de lino fino, blanco y limpio. Y de su boca sale una espada larga y filosa, para que hiera con ella a las naciones, y él las pastoreará con una vara de hierro. Él pisa, también, el lagar del vino de la cólera de la ira de Dios el Todopoderoso. Y prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás, y le ató por mil años.”—Apo. 19:11, 14, 15; 20:2, NM.
8, 9. ¿Cómo describen el Armagedón Sofonías, Isaías y Jeremías?
8 La furia de Jehová desciende sobre los hombres y naciones y sus ejércitos porque han pecado contra él, y ningún soborno puede impedir el Armagedón: “¡Cercano está el día grande de Jehová! cercano está, y se apresura mucho el estruendo del día de Jehová: ¡el más valiente clamará allí con amargos lamentos! Día de ira es aquel día; día de apretura y de angustia, día de devastación y desolación, día de tinieblas y de espesa obscuridad, día de nubes y de densas tinieblas; día de trompeta y de grito de guerra contra las ciudades fortificadas y las elevadas torres. Y traeré apretura sobre los hombres, tal que andarán como ciegos; por cuanto han pecado contra Jehová: y será derramada su sangre como polvo, y sus carnes como estiércol: no podrá librarlos su plata ni su oro, en el día de la ira de Jehová; sino que en el ardor de sus celos será devorada toda la tierra; porque él hará destrucción completa, y eso muy en breve, de todos los moradores de la tierra. Por tanto esperadme a mí, dice Jehová, hasta el día que me levante a la presa: porque es mi propósito reunir las naciones y juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi indignación, es decir, todo el ardor de mi ira; pues con el ardor de mis celos será devorada toda la tierra.” “Porque Jehová tiene indignación contra todas las naciones, e ira ardiente contra toda la hueste de ellas; las ha destinado a destrucción, las ha entregado a matanza.”—Sof. 1:14-18; 3:8; Isa. 34:2.
9 El poder de Jehová desatado en el Armagedón sacudirá a toda la tierra, la extensa matanza que dejará tras él será espantosa: “He aquí que Jehová vaciará la tierra, y la dejará desierta, y cual vaso, la volverá boca abajo, y dispersará sus habitantes. La tierra también es profanada bajo sus habitantes; porque traspasaron la ley, cambiaron el estatuto, y quebrantaron el pacto eterno. Por tanto la maldición ha devorado la tierra y los que habitan en ella son culpables: por tanto son abrasados los habitantes de la tierra, y pocos hombres son dejados en ella. ¡Completamente quebrantada está la tierra! ¡completamente despedazada está la tierra! ¡completamente sacudida está la tierra! tambalea la tierra como un borracho; se columpia de acá para allá como hamaca, y pesa sobre ella su transgresión; y caerá, y no volverá a levantarse.” “Y los muertos por Jehová en aquel día estarán tendidos de cabo a cabo de la tierra: no serán llorados, ni recogidos, ni enterrados, sino que serán como estiércol sobre la haz del campo.”—Isa. 24:1, 5, 6, 19, 20; Jer. 25:33.
10. ¿Cómo se distingue la destrucción del Armagedón de las guerras de los hombres, y sin embargo cómo pervierten las cosas los hombres?
10 Cuando los hombres mundanos tienen noticia de esta matanza que vendrá de la mano de Jehová se ponen a clamar y protestan que es perverso que Dios haga eso. Les parece que está bien el que ellos extraigan los metales de la tierra y los forjen en tanques y armas de fuego, barcos y aviones, cohetes y bombas, y lancen estos instrumentos de destrucción contra otros hombres, bañando el planeta con la sangre tanto de los inocentes como de los culpables, de los buenos y los malos sin distinción. Ellos no son dueños de la tierra, ni de las personas que están sobre ella, ni aun de ellos mismos; sin embargo se sienten justificados al contaminar la tierra y matar a la gente. Pero Jehová, a quien le pertenecen la tierra y cuanto contiene, el Dueño de toda cosa que vive, de toda cosa que respira, sobre, encima o debajo de la superficie de ella, no debe quitar la vida, dicen ellos. Las guerras de ellos arrastran a multitudes al sepulcro, sin distinción en cuanto a su culpabilidad o inocencia. La guerra de Jehová será selectiva, matando sólo a los inicuos, pero a ninguno de los amadores de la justicia que le buscan. No obstante ellos dicen que sus guerras brutales y desenfrenadas son buenas, pero que la guerra justa de Jehová es mala. El pervertir las cosas así los hace merecedores de ayes: “¡Ay de los que llaman a lo malo bueno, y a lo bueno malo; que ponen tinieblas por luz, y luz por tinieblas; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isa. 5:20) Los hombres pueden rociar un campo con productos químicos que matan la cizaña pero no hacen daño a las cosechas; ¡lástima que no puedan rociar a las ciudades con bombas que desmenucen a los malos pero dejen intactos a los inocentes!
11. ¿Cómo está en armonía el Armagedón con los atributos de Jehová?
11 La guerra del Armagedón es justa y está en armonía con los atributos de Jehová de justicia, poder, sabiduría y amor. Es justa porque es selectiva en su destrucción. Mata a los que merecen morir. No mata a los de buena voluntad que se esfuerzan por servir a Jehová. Esta guerra despliega el poder de Jehová, y será ejercida al grado necesario para lograr la destrucción determinada. Es enteramente adecuada. No existe otro poder lo suficientemente grande para contrarrestarla. El Armagedón es una evidencia de la sabiduría de Jehová, porque sólo si se arrasa de la tierra a los alborotadores y perturbadores de la paz puede establecerse la paz permanente. Y muestra amor a los que quieren servir a Dios y Cristo y vivir pacíficamente con su prójimo. ¿Cómo pueden ellos disfrutar de paz cuando los hombres y naciones inicuos continuamente fomentan y libran guerras?
PREPARÁNDOSE PARA EL ARMAGEDÓN
12. ¿Cuáles dos clases son amonestadas, y cómo responden?
12 También es debido a su amor que Jehová hace que se dé una amonestación acerca de la proximidad del Armagedón. Proporciona a los que quieren vivir tiempo para hacer la paz con él, y concede a los que quieren pelear contra él tiempo para prepararse. Aconseja a los que quieren paz: “Buscad a Jehová, todos los mansos de la tierra, los que habéis obrado lo que es justo; buscad la justicia, buscad la mansedumbre; puede ser que os pongáis a cubierto en el día de la ira de Jehová.” Invita a los que vehementemente desean pelear: “¡Declarad guerra; animad a los valientes! ¡acérquense y suban todos los hombres de guerra! ¡Forjad vuestras rejas de arado en espadas, y vuestras hoces en lanzas! diga aun el débil: ¡Yo soy valiente!” (Sof. 2:3; Joel 3:9, 10) Las naciones responden a la invitación de prepararse para la guerra en vez de al consejo de buscar la mansedumbre. En 1952, en el Congreso Eucarístico celebrado en España, el cardenal Spellman dijo: “La seguridad y la estabilidad no se hallan en ninguna parte sobre el horizonte. Vemos inmensos ejércitos juntándose en masa. Vemos los hornos y las fraguas del mundo convirtiendo las rejas de arado en armas de fuego y espadas. En los laboratorios vemos a los científicos inventando máquinas de guerra aniquiladoras. La propaganda está atizando odios insanos para enardecer los corazones y dirigir la mente del hombre con un frenesí de matar y destruir. Quizás vemos al mundo apresurándose al Armagedón al cual ninguna nación puede esperar sobrevivir.”—El Times de Nueva York del 29 de mayo de 1952.
13. ¿Cómo son apropiadas las palabras de Jehová: “Diga aun el débil: ¡Yo soy valiente!”?
13 Observe las palabras de Jehová: “Diga aun el débil: ¡Yo soy valiente [o fuerte, Val]!” Los hombres débiles de la tierra están aterrados y amedrentados por su propio poder. Tiemblan por el tremendo poder de sus bombas A y sus bombas H, y la bomba de cobalto que ahora es posible hacer demasiado mortífera aun para ser probada. Los hombres viven con temor y pavor de desatar su propia fuerza militar en guerra atómica. Y no obstante, después que se dieron a conocer los datos sobre las pruebas de la bomba de hidrógeno, un despacho de la Prensa Unida del 7 de abril de 1954 declaró: “Algunos científicos dicen que aunque la bomba de hidrógeno es poderosa la naturaleza todavía es la campeona. Un experto de la oficina meteorológica dice que los terremotos y los huracanes tienen más poder que la más poderosa bomba H que se pudiera idear. Él dice que un terremoto moderado es más poderoso que un millón de bombas atómicas. Dice que las bombas H no tienen poder para producir terremotos o erupciones volcánicas. Otro científico de la oficina meteorológica dice que duda que la bomba H pueda principiar o parar huracanes. Dice que una bomba H equivalente a la explosión de veinte millones de toneladas de TNT sólo despide suficiente energía para mantener en acción un huracán durante veinticinco segundos, y los huracanes duran por días o semanas.” El Scientific American de junio de 1954 calculó: “Un huracán maduro gasta energía cinética a razón de quinientos billones de caballos de fuerza, el equivalente de varios miles de bombas atómicas por segundo.” Jehová es el Creador de los elementos, puede regularlos, y puede usarlos para cumplir su palabra relativa al Armagedón: “Fuego y granizo, nieve y vapor; viento tempestuoso que cumple su palabra.” A pesar de todas sus bombas, ¡cuán débiles son estos hombres que se creen tan fuertes!—Sal. 148:8.
14. ¿Cómo contestará Jehová cuando los hombres mundanos clamen a él por ayuda en el Armagedón?
14 No obstante, por su propio libre albedrío los hombres y naciones de este viejo mundo optan por confiar en su propia fuerza, confiar en el poder militar, buscar seguridad detrás de los crecientes almacenamientos de armas atómicas. Los hombres modernos, aun los que dan alabanza de dientes afuera a Dios y a su Palabra, echan a un lado la Biblia como impráctica y ponen su confianza en el dinero y en los armamentos. En realidad, hacen de dichas cosas materialistas sus dioses, acudiendo a ellas para obtener seguridad y protección. Habiéndole vuelto la espalda a Jehová y escogido en vez de él a los dioses materialistas que sus ojos sin fe pueden ver, clamarán en vano al Todopoderoso cuando Su guerra arda contra ellos: “En cuanto a ustedes, ustedes me abandonaron y se pusieron a servir a otros dioses. Por eso es que no volveré a salvarlos. Vayan y clamen por ayuda a los dioses que ustedes han escogido. Que ellos sean quienes los salven en el tiempo de su angustia.” Otra vez Jehová dice acerca de tales egoístas: “Me han vuelto las espaldas y no la cara: mas en el tiempo de su calamidad, dirán: ¡Levántate y sálvanos! ¿Pero en dónde están tus dioses que has hecho para ti? ¡levántense ellos, si te pueden salvar en el tiempo de tu calamidad!” En vez de confiar en los dioses que los hombres han hecho, debemos confiar en el Dios que hizo a los hombres.—Jue. 10:13, 14, NM; Jer. 2:27, 28.
15. ¿Qué es mejor que “morir con las botas puestas”?
15 Los hombres tienen un dicho acerca de “morir con las botas puestas.” En el Armagedón Jehová Dios les concederá su deseo y los dejará “morir con las botas puestas.” Él les permitirá fortalecerse y llegar a la fuerza máxima y caer peleando. Que los hombres mundanos mueran con sus botas militares puestas si ése es su deseo. Pero nosotros que servimos a Jehová no queremos estar en su pellejo usando los mismos zapatos. Hay otros zapatos que deseamos llevar puestos, y ése es el calzado que se menciona en Efesios 6:14, 15 (NM): “Teniendo . . . los pies calzados con el equipo de las buenas nuevas de paz.” Nuestra preparación para el Armagedón es ponernos ahora este calzado teocrático aprendiendo acerca de las buenas nuevas del reino establecido de Cristo y saliendo a predicarlas de puerta en puerta, en las casas, en las calles, en las asambleas públicas—en todo lugar y cualquier lugar en que se presente la oportunidad apropiada. De esta manera buscamos la mansedumbre y la justicia, obedecemos los mandamientos de Jehová, y nos ponemos en la debida posición para recibir su favor y protección en el Armagedón. Y no sólo nosotros mismos, sino también muchos otros. Por eso ¡muera este viejo mundo con sus botas militares puestas si así lo desea, pero vivamos nosotros con nuestras botas teocráticas puestas, predicando las buenas nuevas de paz y cantando las alabanzas de Jehová Dios!
16. ¿Tiene que prepararse Jehová para el Armagedón, y por qué contesta usted así?
16 ¿Y qué hay acerca de Jehová Dios? ¿Se prepara él para el Armagedón? Bueno, ¿se prepararía usted para matar una mosca? ¿se prepararía usted para aplastar un insecto? ¿Haría usted gimnasia cada mañana durante semanas para ponerse en condiciones de finiquitar una mosca? ¿Se entrenaría usted con palanquetas de gimnasio durante meses para endurecer sus músculos y cobrar suficiente fuerza para pisar un insecto? ¿Sería eso necesario? ¿No podría usted habérselas con la mosca o el insecto sin entrenamiento especial? ¿No sería inútil y una pérdida de tiempo tal preparación, en lo que toca a tratar con un insecto? Por la misma razón es completamente innecesario que Jehová se prepare para el Armagedón. Los hombres son como langostas a su vista. Él creó el universo, y en la inmensidad de éste la tierra sólo es una motita, y los hombres deben parecer microscópicos en la vista universal. Jehová no tiene por qué entrenar especialmente a ángeles en las artes del combate u ocuparse en una carrera de armamentos con las endebles naciones de la tierra. Él puede pelear y ganar el Armagedón en cualquier momento.—Isa. 40:15, 22.
17. A pesar de la amonestación, ¿por qué es que el Armagedón les sobreviene a los hombres como ladrón?
17 Su única obra preparatoria para el Armagedón es hacer que se dé una amonestación para provecho de los hombres. Los que son de buena voluntad hacia Dios pueden huir a las montañas, el nuevo sistema de cosas bajo Cristo, y los que prefieren a este viejo sistema decadente bajo Satanás pueden prepararse para una guerra en la que ellos perderán. El Armagedón no viene como un ataque traicionero, no obstante viene sobre los hombres mundanos como un ladrón en la noche: “El día de Jehová viene exactamente como ladrón en la noche.” (1 Tes. 5:2, NM) ¿Cómo puede ser eso? Se está dando amonestación. Se está predicando por toda la tierra por palabra oral y por la distribución de ella en cientos de millones de libros y folletos y revistas publicados en más de cien idiomas. ¿Por qué debería una guerra tan extensamente publicada sobrevenir a este mundo como ladrón? Porque los hombres de este mundo tienen ojos que no ven, oídos que no oyen, mentes que no disciernen. (Mat. 13:14, 15) Tienen los ojos cerrados, los oídos tapados, la mente cerrada, pero siempre tienen la boca abierta, abierta para mofarse y ridiculizar el mensaje amonestador que ahora Jehová está haciendo que sus testigos declaren. Esta en sí misma es una evidencia predicha de que estamos en los últimos días de este viejo mundo: “En los últimos días vendrán burladores con sus burlas, procediendo de acuerdo con sus propios deseos y diciendo: ‘¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día que nuestros antepasados se durmieron en la muerte, todas las cosas continúan igual como ha sido desde el principio de la creación.’” Luego se sigue diciendo que los hechos escapan a su atención “de acuerdo con su deseo.” Ellos sólo tienen ojos para sus propios proyectos, oídos para sus propios planes, mentes para sus propias teorías. De acuerdo con su propio deseo permanecen ciegos, sordos y faltos de discernimiento en lo que concierne a la predicación de las buenas nuevas y la amonestación acerca del Armagedón.—2 Ped. 3:3-5, NM.
18. ¿Quiénes no están en tinieblas, y qué contemplan después del Armagedón?
18 Pero a los fieles que por medio de la luz profética de la Palabra de Jehová ven los sucesos que están desplegándose en esta generación se dirigen estas palabras: “Pero ustedes, hermanos, ustedes no están en tinieblas, de modo que ese día los alcance como alcanzaría a ladrones, porque todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día.” A tales personas espiritualmente despiertas Jesús dijo: “Sin embargo, felices son sus ojos porque ven, y sus oídos porque oyen.” (1 Tes. 5:4, 5; Mat. 13:16, NM) Mediante el ver, oír y discernir ahora los propósitos de Jehová concernientes al Armagedón y mediante el prestar atención a su amonestación y huir a las montañas en obediencia a su mandato, esas personas sobrevivirán a la guerra que viene desde el cielo para disfrutar de la paz que ella trae a la tierra. Ellas retendrán estos sentidos y facultades perceptivas a través del cataclismo destructor del Armagedón para usarlos en respuesta a la invitación que se da a los sobrevivientes: “¡Venid, ved las obras de Jehová, que ha hecho desolaciones en la tierra! que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra; que quiebra el arco, y corta la lanza, y quema los carros en el fuego. ¡Callad, y sabed que yo soy Dios! ¡Seré ensalzado entre las naciones; seré ensalzado en la tierra! Jehová de los Ejércitos es con nosotros.”—Sal. 46:8-11.