¿Por qué la crisis de toda la humanidad?
¿Qué significa verdaderamente la presente crisis? ¿Por qué es más severa que cualquiera que la haya antecedido, y qué puede usted hacer acerca de ella? Si usted realmente quiere saber cuál es la manera sabia de proceder hoy, entonces este artículo es para usted.
LOS líderes políticos tienen mucho que decir acerca de la crisis de hoy día. Asimismo los líderes religiosos, escritores de periódicos, científicos atómicos y otros. No obstante, este artículo no tiene que ver con la crisis del mundo. Más bien, tiene que ver con la crisis de usted, la crisis que usted como individuo arrostra hoy día.
Una crisis es un tiempo en que tiene que hacerse una decisión vital. Considere un ejemplo: Un piloto de aeroplano que vuela sobre un vasto océano en una noche tormentosa se da cuenta de que no tiene suficiente gasolina. Al acercarse a la costa él sabe que tiene que decidir inmediatamente si correrá el riesgo de echar su avión al mar, o si al disminuir la velocidad y volar cuidadosamente tendrá justamente la gasolina necesaria para llegar a la costa, pasar sobre la ciudad densamente poblada y aterrizar a salvo en el aeropuerto.
Esta es una crisis. Hay que hacer la decisión inmediatamente; no puede postergarse. Además, tiene que estar apoyada por buena información, basada en conocimiento acertado respecto a cuán lejos está el aeroplano del aeropuerto, la cantidad de gasolina que el avión tiene y la distancia que puede volar con esa gasolina. Es de la decisión del piloto que dependen su propia vida y la de muchos otros.
Fué una crisis de tipo diferente la que arrostró la congregación cristiana de Jerusalén en el año 66. Más de treinta años antes Jesús había dicho que cuando la ciudad estuviera rodeada por ejércitos los cristianos debieran huir a las montañas. Ahora la ciudad estaba rodeada. La crisis había llegado. ¿Harían caso a la amonestación? Sí, esos cristianos escogieron sabiamente, abandonando su ciudad natal y trasladándose a las montañas del otro lado del Jordán, tal como Jesús había mandado. Esta decisión correcta hizo posible que se escaparan vivos de la destrucción terrible que le vino a Jerusalén en 70 d. de J.C.
Ahora bien, usted no está piloteando un aeroplano, ni viviendo en Jerusalén en el año 66, pero usted sí arrostra hoy día una crisis de gravedad igual. Igual que la decisión del piloto, es asunto de vida o muerte que no puede postergarse. Tiene que hacerse inmediatamente, y tiene que estar apoyada por buena información, basada en entendimiento acertado respecto a dónde estamos en los propósitos de Dios y cuánto tiempo nos queda. Exactamente como sucedió en Jerusalén en 66 d. de J.C., Jehová ha mandado que sus siervos procedan de cierta manera específica, la señal que él indicó se ha hecho evidente, y la única pregunta que queda es: ¿Hará usted lo que él manda?
LA RESPONSABILIDAD PARTICULAR DE USTED
¿Por qué le concierne a usted como individuo esta crisis? Porque el mundo ya ha pasado su tiempo de crisis. Ha hecho su decisión, ¡y decidió mal! Es debido a que el mundo ha procedido de una manera errónea que los cristianos, aun allá en el día de Jesús, estaban separados de él. Jesús dijo a sus seguidores: “Si ustedes fueran parte del mundo, el mundo le tendría cariño a lo que es suyo. Ahora bien, porque ustedes no son parte del mundo, sino que yo los he escogido del mundo, por esta causa el mundo los odia.” (Juan 15:19, NM) La crisis de este viejo mundo ha pasado. Hace mucho que se declaró en la Biblia y se predijo en las profecías divinas que tendrá un fin desastroso. Pero el fin del mundo no significará el fin de la tierra y de todo el género humano. Significará sólo el fin de este inicuo sistema mundano. De modo que es posible la supervivencia: “Buscad a Jehová, todos los mansos de la tierra, los que habéis obrado lo que es justo; buscad la justicia, buscad la mansedumbre; puede ser que os pongáis a cubierto en el día de la ira de Jehová.” (Sof. 2:3) Así que aunque el destino del mundo es fijo, usted como individuo puede proceder de la manera correcta y ser protegido por Dios.
El que usted sobreviva o no depende de su actitud y de la manera que usted proceda. ¿Está usted satisfecho o descontento con este mundo corrupto? ¿Es usted parte de él, o se ha mantenido libre de su corrupción? ¿Está usted dispuesto a salir del sistema de Satanás y ser marcado como una persona que ama la justicia y odia las abominaciones del mundo? Entonces preste atención a la amonestación respecto al inicuo sistema que Dios destruirá: “Salgan de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas.” (Apo. 18:4, NM) Proceda de la manera correcta y reciba la protección de Jehová a través del tiempo de angustia venidero.
No hay nada imposible acerca de que Dios elimine las condiciones inicuas que ahora sufre la tierra. Él lo ha hecho antes. Durante el diluvio del día de Noé la inundación total global se acumuló por cuarenta días y no se hundió en cuencas sino hasta que hubo pasado un año entero. ¡Verdaderamente una catástrofe peor que la que pudieran causar innumerables bombas de hidrógeno, ésta fué una destrucción que borró tanto a la población como a la civilización que entonces existía! La destrucción les sobrevino a los que rehusaron cambiar la actitud errónea que tenían hacia Dios o que no prestaron ninguna atención a la amonestación que Dios había dado. Noé, predicador de justicia, fielmente había proclamado la amonestación, pero la gente no escuchó. La gente no creía que Dios fuera a destruir el sistema de ella. Y Jesús dijo respecto a nuestro día: “Además, así como aconteció en los días de Noé, así será también en los días del Hijo del hombre: comían, bebían, los hombres se casaban, las mujeres se daban en matrimonio, hasta el día que Noé entró al arca, y el diluvio llegó y los destruyó a todos.” (Luc. 17:26, 27, NM) Sin embargo, ocho almas humanas que servían a Jehová fueron salvadas. De manera que Dios puede destruir a un mundo condenado y lo hará, aunque individuos que procedan de la manera correcta pueden sobrevivir.
¿CUÁL ES LA CAUSA DE LA PRESENTE CRISIS?
Para poder comprender la presente crisis, usted tiene que entender a qué se debe. Y al entender eso usted podrá hacer la decisión correcta. La razón por la cual la crisis más grande ha venido ahora es que ahora es el tiempo en que se ha de resolver el más grande de todos los puntos en disputa. Este es el punto en disputa que Satanás hizo surgir por medio de su rebelión hace casi 6,000 años. Hoy día muchas personas se mofan de la idea de que Satanás siquiera exista, cuanto más de que su rebelión haya causado las dificultades de la tierra.
Pero la mofa de ellas resulta ridícula debido a las declaraciones claras que hace la Biblia sobre el asunto. La Biblia muestra que aquel que se hizo el Diablo originalmente era una criatura espiritual ensalzada, pero que hace casi 6,000 años desafió la soberanía del gran Creador, Jehová. Él hizo la acusación de que bajo tensión ningún hombre retendría su integridad hacia su Creador. Más tarde, respecto al fiel hombre Job él dijo: ‘Extiende tu mano y toca todo cuanto tiene; y verás como reniega de ti en tu misma presencia.’—Job 1:11.
Sí, Satanás cree que él puede desviar de Dios a todos los hombres. Una gran porción de la tierra lo ha seguido—tanta, de hecho, que 1 Juan 5:19 (NM) dice: “El mundo entero está yaciendo en el poder del inicuo.”
El fin desastroso de Satanás, y el de su organización inicua, está sellado. Pero, eso no es cierto de usted como individuo. Usted puede decidir si hará lo que Satanás dijo que usted haría, rehusar retener su integridad hacia Jehová Dios, o si hará frente a su crisis con éxito, como muchos hombres fieles lo han hecho a través de los siglos, probando falso el desafío de Satanás y mostrando que aun bajo oposición usted servirá a Jehová.—Apo. 20:1-3.
¿POR QUÉ TAN VITAL AHORA?
La razón por la cual la decisión de usted es tan vital ahora, sin embargo, es porque ha llegado el tiempo para la solución final de este punto en disputa. De hecho, los primeros pasos para resolverlo ya se han dado. Tal como predijo Apocalipsis 12:7-12 (NM), Satanás ha sido arrojado a la tierra, y existen “ayes para la tierra y para el mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran ira, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.” ¡Es durante el transcurso de la vida de nuestra presente generación que todo esto ha ocurrido! Es desde el año 1914 que dificultades extrañas e inexplicadas, tales como las que Jesús describió en Mateo 24, le han sobrevenido a la tierra como resultado directo de la ira de Satanás.
De modo que, el tiempo de Satanás es corto. Se ha acercado la destrucción de su entero sistema inicuo en el Armagedón. ¡El cumplimiento de la profecía bíblica lo muestra, la cuenta del tiempo lo muestra, y los verdaderos cristianos no tienen duda alguna acerca de ello! Los hechos concernientes a esto se están predicando mundialmente a todas las naciones, de manera que nadie pueda decir que no lo oyó. ¿Investigará usted este mensaje? ¿Será usted más sabio que los que vivieron en el día de Noé y que hicieron la decisión errónea en su tiempo de crisis, y que los que vivieron en el día de Jesús, quienes no prestaron atención a la advertencia que él dio? ¿Verá usted por qué tantas personas inteligentemente han hecho la decisión sabia hoy en día, habiendo puesto a un lado las costumbres corruptas del viejo mundo de Satanás, y se están apegando firmemente a los caminos justos del nuevo mundo de Jehová?
Jehová ha hecho una provisión amorosa que hace posible que usted haga esto. Él proveyó a su propio Hijo como rescate para devolver lo que Adán, por su desobediencia, perdió para la raza humana. Pablo explicó: “Porque el salario que paga el pecado es muerte, pero el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor.” (Rom. 6:23, NM) Sí, Jesús proveyó la vida perfecta como la que Adán perdió cuando se rebeló contra Dios. Por tanto, “así como por la desobediencia de un hombre [Adán] muchos fueron constituídos pecadores, asimismo por la obediencia de la una persona [Cristo] muchos serán constituídos justos.”—Rom. 5:19, NM.
Pero acuérdese que este rescate no se le impone a la fuerza. Hace posible que usted reciba la protección de Dios en la batalla del Armagedón, pero tal como Adán había de mostrar obediencia para recibir la bendición de Dios, asimismo usted tiene que ser obediente a aquel que hace posible el rescate, Jehová Dios, y al rescatador, Cristo Jesús.
EL PROCEDER DE USTED DETERMINA SU SITUACIÓN FINAL
Usted tiene que decidir si aprovechará el rescate que se ha provisto o si lo pasará por alto. Jesús asemejó a ovejas a los que lo aprovecharían, y a cabras los que no lo aprovecharían. Usted puede ser como cabra, porfiado, y rehusar ser guiado por el gran Pastor, haciendo su propia voluntad y no la de Dios. O cual oveja usted puede ser manso y enseñable, y recibir el beneficio del rescate y vida eterna.—Mat. 25:31-34, NM.
¿Cómo puede usted llenar los requisitos de uno que es como oveja? Primero, tiene que adquirir conocimiento de Jehová y de Cristo Jesús, familiarizándose con la Palabra de Dios, aprendiendo lo que él le promete a sus siervos y lo que él espera de parte de ellos. Es fácil ver por qué es tan vital este conocimiento. ¿Cómo podría usted tener confianza en las promesas de Dios sin saber siquiera cuáles son? ¿Cómo podría usted proceder de la manera que él manda si usted no sabe cuál es? Y ¿cómo podría usted conocerlo a Él si ni siquiera sabe lo que él ha dicho? Por eso, en oración a su Padre, Jesús dijo: “Esto significa vida eterna, el que ellos adquieran conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú has enviado, Jesucristo.”—Juan 17:3, NM.
Después de conseguir ese conocimiento, usted tiene que ponerlo por práctica tanto por medio de la conducta correcta como por medio de decírselo a otros, lo cual es de igual importancia para manifestar el aprecio que le tiene a este mensaje vital. Pablo le dijo a Timoteo que el esclavo del Señor tiene que estar “capacitado para enseñar.” El esclavo de Dios tiene que amar a Dios lo suficiente para obedecer las instrucciones de decir a otros las cosas buenas que él ha aprendido, y tiene que amar a su prójimo lo suficiente para informarle acerca de lo que Dios ha dicho respecto a la crisis que los hombres arrostran ahora. Actividad realmente celosa en este servicio es el proceder de más de medio millón de predicadores del evangelio que con éxito han hecho frente a su crisis hoy en día. ¿Procederá usted de esa manera?—2 Tim. 2:24, NM.
Para ayudarlo a decidir, resumamos lo que se ha considerado aquí. Primero, hemos visto que cada individuo hoy arrostra una crisis, crisis que implica factores vitales de salud, libertad y vida. Cuando este tiempo de crisis llegue a su fin el presente sistema de cosas será destruído, pero algunos hombres sobrevivirán. La crisis se debe a la rebelión original de Satanás, que ocurrió hace mucho tiempo, y la severidad especial de la crisis ahora se debe al hecho de que se ha acercado el tiempo para la solución final del punto en disputa que fué levantado por esa rebelión. La manera correcta de proceder es aceptar el rescate que Cristo ha dado, adquirir conocimiento de Jehová Dios y de Cristo Jesús, practicar la conducta correcta y participar en la predicación.
¿Por qué debería usted proceder de esta manera? Porque ahora es el tiempo cuando toda la humanidad tiene que ir o por un camino o por el otro. Y por medio de hacer la decisión correcta usted puede tener los privilegios indecibles de participar en la vindicación del nombre de Jehová, de ayudar a otros a conseguir la vida y de alcanzar la verdadera felicidad ahora y para siempre en el nuevo mundo de Jehová. ¡Pero la decisión tiene que hacerse ahora!
Cuando se haya hecho firmemente, la crisis suya habrá pasado, usted habrá escogido proceder de la debida manera. Entonces empezará a comprender el significado cabal del Salmo 145:16 que dice en alabanza a Dios: “Abres tu mano, y satisfaces el deseo de todo ser viviente.” Por medio de examinar la Palabra de Dios, confiar en sus promesas y obedecer sus instrucciones usted entonces podrá asirse firmemente de esa decisión sabia y bendita. ¿Lo hará usted, con la ayuda de Él?