Manteniendo la integridad
“Quién subirá al monte de Jehová? ¿y quién podrá estar en su lugar santo?”—Sal. 24:3.
1, 2. (a) ¿Por qué ha tolerado por largo tiempo Jehová a los malhechores? (b) ¿Cómo está unida la vindicación de Jehová con el que sus testigos mantengan integridad hoy día?
JEHOVÁ pudo haber destruído a sus enemigos, incluyendo a toda la raza humana, mucho antes de ahora por su falta de integridad y por su oposición a él. Las páginas de la historia hablan de innumerables hechos sangrientos, y sólo se señala a unas pocas personas sobresalientes como personas de quienes el mundo no era digno. Sólo por medio de la gran misericordia y paciencia de Jehová se le ha permitido vivir a la raza humana. Este período de tolerancia a los malhechores ha provisto suficiente tiempo para probar la integridad humana y para recoger a la manada pequeña compuesta de aquellos que no son del mundo así como a los miles de la grande muchedumbre de “otras ovejas.” El propósito de Jehová es dar un testimonio poderoso a su nombre antes del fin del mundo, y esto fué prefigurado en sus tratos con Faraón del antiguo Egipto. Ese gobernante representó a Satanás el Diablo, el peor enemigo del hombre, el dios de este mundo o sistema de cosas. Por boca de Moisés, Jehová le informó: “Para ahora podría haber sacado la mano para herirte a ti y a tu pueblo con pestilencia y para que tú fueras borrado de la tierra. Pero, en realidad, por esta causa te he mantenido en existencia, a fin de mostrarte mi poder y para que mi nombre sea declarado en toda la tierra.”—Éxo. 9:15, 16, NM.
2 Dios estaba actuando enteramente conforme a su derecho al escoger demorar la ejecución de sus enemigos hasta su propio tiempo debido. ¿Quién puede criticarlo por esto? “Si, ahora, Dios, aunque teniendo la voluntad de demostrar su ira y dar a conocer su poder, toleró con mucha y gran paciencia vasos de ira hechos dignos de destrucción, a fin de dar a conocer las riquezas de su gloria sobre vasos de misericordia, los cuales él preparó de antemano para gloria, a saber, nosotros, a quienes llamó no sólo de entre los judíos sino también de entre las naciones, ¿qué hay de ello?” (Rom. 9:22-24, NM) Estamos gozosos por la bondad inmerecida que se nos ha extendido y nos sentimos felices al informar a otros durante este tiempo limitado en el cual ésta todavía está disponible. (2 Ped. 3:15) Pues Jehová destruirá a todas las naciones mundanas en su guerra inminente en el Armagedón y así, por fin, después de esperar 6,000 años, vindicará su santo nombre. Gozosamente entramos con él en el cumplimiento de su propósito, proclamando su nombre y hechos poderosos por toda la tierra; y así podemos mantener nuestra integridad.—Rom. 10:13, NM.
3. ¿Qué tres cualidades durables y cariñosas ejercerán para con Dios y todas sus criaturas obedientes los que de continuo retienen su integridad?
3 Habiendo aguantado Jehová voluntariamente el vituperio con buenos fines, nos sienta bien el aguantar, retener la integridad, por la misma razón. El permanecer fieles a nuestro Dios es sólo un requisito razonable. ¿A quién más podríamos ser fieles? ¿Quién más es digno o lo merece? No hay otros como Jehová, otros que tengan sus cualidades y propósito amoroso, otros que hayan hecho tanto por nosotros. ¿Tenemos las cualidades que se necesitan para ser fieles, para retener la integridad? En lo pasado prometimos retener integridad, y lo prometimos por razones buenas y suficientes. Hoy esas razones son igualmente buenas. El retener integridad hoy es tan posible como en cualquier otro tiempo. Si hubiere alguna duda en su mente, usted puede reflexionar sobre lo pasado, ¿De dónde vino usted? ¿Por qué emprendió usted este camino en primer lugar? (Heb. 2:1; 10:32) Jehová no lo dejó chasqueado a usted en ninguna ocasión en que usted lo invocó con sinceridad. Continúe invocándolo en oración; pruébele su sinceridad, y él lo librará. Este es nuestro período de prueba. Este es el tiempo en que se están formando destinos. Los que le rinden servicio al viejo mundo, al final serán chasqueados con su destrucción; pero los que muestran amor, confianza y esperanza en el nuevo mundo que Jehová crea participarán con exultación de sus gozos y bendiciones por mantener la integridad.
4-6. (a) ¿Cómo se muestra el mantener integridad en el primer mandamiento de Jehová y en su aplicación? (b) ¿En su segundo mandamiento? (c) ¿En su tercer mandamiento?
4 La ley de Dios establece una regla de acción o principio recto, y su Palabra da ilustraciones de cómo aplicarla correctamente. Por ejemplo, el primer mandamiento de su ley básica dada al antiguo Israel es: “Yo soy Jehová tu Dios, que te he sacado de la tierra de Egipto, de la casa de esclavos. Nunca debes tener otros dioses algunos contra mi rostro.” (Éxo. 20:2, 3, NM) Su aplicación se ilustra en el sermón de Jesús: “Nadie puede ser esclavo de dos señores; porque u odiará al uno y amará al otro, o se adherirá al uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden ser esclavos de Dios y de las Riquezas.” (Mat. 6:24, NM) Otra aplicación se encuentra en las declaraciones: “Fueron comprados con un precio; dejen de hacerse esclavos de los hombres.” (1 Cor. 7:23, NM) “Hijitos, guárdense de los ídolos.”—1 Juan 5:21, NM.
5 El segundo mandamiento prohibe el hacer una imagen esculpida; prohibe que la persona se incline ante ella o sea inducida a servirla, porque Jehová es un Dios que exige devoción exclusiva. Jesús aplicó este mandamiento al rehusar inclinarse ante Satanás o hacerle un acto de adoración a él. (Mat. 4:8-10) Los apóstoles de Jesús, Pedro y Juan, lo aplicaron al rehusar someterse al Sinedrio, el cual les prohibió hablar acerca de Jesús. Ellos contestaron: “Si es justo a la vista de Dios escucharles a ustedes más bien que a Dios, hagan ustedes su decisión. Pero en cuanto a nosotros, no podemos dejar de hablar acerca de las cosas que hemos visto y oído.” (Hech. 4:19, 20, NM) Ellos mantuvieron integridad.
6 El tercer mandamiento declara: “No debes tomar el nombre de Jehová tu Dios de manera indigna, porque Jehová no dejará impune al que tome su nombre de manera indigna.” (Éxo. 20:7, NM) Jesús lo aplicó al manifestar que no debemos implicar el nombre de Jehová en nuestras promesas y juramentos y luego no decir o hacer la verdad y así jurar falsamente o perjurar. Los profetas soñadores de Israel hicieron eso, profetizando cosas falsas en el nombre de Jehová. De modo que Jehová destruyó a esos falsos profetas que deshonraban a Dios. (Jer. 23:16-32) El Registro sagrado de Dios muestra otros ejemplos semejantes, para guiar acertadamente a sus siervos.—Sal. 119:105.
EJEMPLOS DE INTEGRIDAD
7. ¿Qué tres ejemplos antiguos de retener integridad son igualados notablemente hoy en día?
7 Entre muchos ejemplos de integridad, aquí podemos recordar provechosamente tres que son bien conocidos: (1) El mantener José integridad al rehusar cometer adulterio con la esposa de Potifar. (Gén. 39:7-12) (2) El rehusar los tres hebreos inclinarse ante la imagen de oro de Nabucodonosor en la llanura de Dura, a pesar de la amenaza de muerte en un horno encendido. (Dan. 3:4-6, 16-18) (3) El rehusar Daniel renunciar a su privilegio de orar a Jehová, aun frente a la amenaza de ser arrojado a un foso de leones de acuerdo con la ley medopersa. (Dan. 6:7-10) Estos casos prueban que los que retienen la integridad siempre respetan y obedecen la palabra de Jehová. Hoy los testigos de Jehová hacen lo mismo, como los relatos históricos y registros de tribunales lo confirman abundantemente.
8. ¿De qué maneras prácticas pueden los que retienen la integridad hoy día ensanchar constantemente la fe, la esperanza y el amor?
8 Para impedir que nosotros perdamos la integridad el Creador amorosamente ha suministrado abundantes salvaguardias e instrucción adecuada. Una de tales ayudas es el estudio de la Palabra de Dios, la Biblia, solos y con la congregación. ¡Qué almacén de riquezas espirituales contiene la Palabra de Dios! En ninguna situación que podamos arrostrar, en ninguna dificultad o problema, es inadecuado su consejo. Para continuar andando en su luz que brilla progresivamente tenemos que estudiar la Biblia valiéndonos de las ayudas para su estudio que se nos han provisto teocráticamente. Esta revista y publicaciones relacionadas son provisión de Jehová en su mesa, y seríamos desagradecidos si fuéramos a descuidar o despreciar tal provisión. (Luc. 12:33-37; Mat. 24:45-47) Fortalece nuestra fe el usar esa provisión; aumenta nuestra esperanza y promueve el crecimiento del amor. Jamás piense usted que obtiene demasiado alimento espiritual durante una semana. Los hermanos de las oficinas centrales de Brooklyn de la Sociedad Watch Tówer normalmente participan en reuniones y escuchan la Palabra de Dios durante más de diez horas cada semana. Además estudian privadamente. ¿Oye usted la Palabra de Dios por cinco horas o menos, con muy poco estudio privado? El alimentarnos apropiadamente con alimento espiritual nos da fuerzas. Isaías dijo: “Los que esperan a Jehová adquirirán nuevas fuerzas; se remontarán con alas, como águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no desfallecerán.”—Isa. 40:31.
9. Para mantener integridad, ¿cómo podemos aplicar el consejo sano que Pablo dió a Timoteo?
9 ¿Qué consejo dió el anciano Pablo al joven Timoteo, que había de continuar pastoreando el rebaño de Jehová? Le dijo que continuara aplicándose a la lectura pública, a la exhortación, a la enseñanza; que reflexionara acerca de estas cosas, que se absorbiera en ellas, para que su progreso fuera manifiesto a todos. (1 Tim. 4:13-15, NM) Si hacemos eso tampoco nosotros seremos inactivos ni improductivos en el conocimiento acertado de Jesucristo ni en buenas obras. (2 Ped. 1:8, NM) Pedro y Juan pudieron dar un testimonio singular ante el Tribunal Supremo judío porque habían estado con Jesús y aprendieron de él. (Hech. 4:13, 14) Esteban, un hombre lleno de fe y espíritu santo, por su conocimiento confundió a los enemigos de las buenas nuevas, y ellos no pudieron mantenerse firmes contra la sabiduría y el espíritu con que él habló. (Hech. 6:5, 10, NM) Nuestros estudios bíblicos son edificantes porque los participantes han estudiado. Un discurso público acerca del reino de Jehová es animador, provechoso e instructivo porque cada orador asignado ha dedicado mucho pensamiento y tiempo a su preparación por medio de estudio. Los hermanos vienen a la reunión a dar, no sólo a recibir. A veces una anfitriona emplea mucho tiempo en preparar alimento material, pero no se requiere una comida de proporciones enormes, ni ninguna práctica de diversiones de las que son comunes en el viejo mundo. La hermana de Marta, María, al optar por adquirir conocimiento espiritual, fué elogiada por Jesús por haber escogido la mejor parte.—Luc. 10:38-42.
10, 11. (a) ¿Por qué y cómo son las asambleas más grandes de los testigos de Jehová ayudas esenciales para mantener la integridad? (b) ¿Por qué es la oración correcta a Jehová otra ayuda esencial?
10 Para impedir la pérdida de la integridad las asambleas cristianas son otra ayuda. Jehová ordenó a los varones de Israel de la antigüedad que aparecieran ante él tres veces al año en el lugar que él escogiera, además de su reunión semanal. Muy frecuentemente la entera familia venía para adorar. ¿Cuál era el propósito de esas asambleas? Deuteronomio 31:12 (NM) explica: “Convoca al pueblo, a los hombres y a las mujeres y a los pequeñitos y a tu residente temporario que está dentro de tus puertas, para que escuchen y para que aprendan, ya que tienen que temer a Jehová el Dios de ustedes y cuidar de llevar a cabo todas las palabras de esta ley.” Todas las asambleas, ya sean locales, nacionales o internacionales, son para los testigos de Jehová—hombres, mujeres, niños y toda persona recién interesada de buena voluntad. En estas ocasiones nos reunimos para escuchar, para aprender, para temer y obedecer todas las palabras de Jehová. Pablo aconsejó: “Considerémonos unos a otros para incitar al amor y a las obras rectas, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos, y tanto más al ver que el día se acerca.”—Heb. 10:24, 25, NM.
11 Jehová también ha provisto el privilegio de la oración para ayudarnos a retener la integridad. Todo siervo fiel de Dios ha orado y no cesa de orar. La victoria sobre nuestro adversario el Diablo sería imposible sin orar. Pero para ser oída, la oración tiene que ser ofrecida con sinceridad a Jehová en el nombre de Jesús. La oración debe ser para que el nombre de Jehová sea santificado, para que su reino venga, y para que su voluntad se cumpla en la tierra como en el cielo. Esas primeras cosas por las que se debe orar fueron colocadas en esa prominencia por Jesús. (Mat. 6:9-13, NM) ¿A qué gobernante terrestre podría usted hallar acceso inmediato tocante a asuntos que a él pudieran parecerle insignificantes? A ninguno. “Los ojos de Jehová están sobre los justos, y sus oídos atentos a su clamor.” (Sal. 34:15) Por lo tanto acerquémonos a Dios con alabanza y acción de gracias, abriendo nuestro corazón ante él a favor de otros—incluyendo primero a Él mismo y a su Rey entronizado y a Su pueblo dedicado, así como a favor de nosotros individualmente. Santiago escribió: “La súplica de un hombre justo cuando se hace con sinceridad tiene mucha fuerza.” (Sant. 5:16, NM, margen) Podemos pedir el espíritu de Jehová, sabiduría y entendimiento, perdón y liberación y las cosas materiales necesarias. Pablo escribió: “No estén ansiosos por cosa alguna, sino que en todas las cosas por medio de oración y súplica junto con acción de gracias den a conocer sus peticiones a Dios.” (Fili. 4:6, NM) “Vale más pobre que camina en su integridad que el hombre de tortuosos caminos y que es rico.”—Pro. 19:1, BC, margen.
12. ¿Qué papel desempeña el espíritu de amor de Jehová en que mantengamos integridad?
12 Para mantenernos dignos de ser aprobados por él Dios también nos dió su espíritu. No es “un espíritu de cobardía, sino de poder y de amor y de mente sana.” (2 Tim. 1:7, NM) No existe ese estado de mente sana en este viejo sistema de cosas. Este está enteramente desviado y carece de amor e integridad según mide esas cualidades ahora el Juez de toda la tierra. (Isa. 28:16, 17) En el viejo mundo a menudo lo que cuenta es a quién conoce usted y no qué es usted; y frecuentemente la ética comercial o profesional reemplaza a la honradez sencilla. Sin embargo, por medio de su Palabra Jehová se ha revelado como la personificación del amor verdadero; nos ha mostrado cómo el amor, no el egoísmo, es el principio imperante en su organización. Por lo tanto, si tenemos el amor de Dios amaremos a nuestros hermanos; porque ¿cómo podemos amar a Dios a quien no hemos visto si no amamos a nuestros hermanos a quienes vemos? El amor nos une a Dios y su organización con un afecto inquebrantable, haciéndonos servir a otros porque nos interesamos en su bienestar eterno. Acerca de eso Juan escribió: “Porque esto es lo que el amor de Dios quiere decir, que observemos sus mandamientos; y sin embargo sus mandamientos no son gravosos.” (1 Juan 5:3, NM) Naturalmente que no; son para nuestro bien y el observarlos nos trae muchas bendiciones ahora y vida eterna al fin. “Es así que el amor ha sido perfeccionado con nosotros, para que tengamos libertad de palabra en el día de juicio, . . . No hay temor en el amor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor, porque el temor ejerce una restricción. Verdaderamente, el que está bajo temor no ha sido hecho perfecto en el amor.” (1 Juan 4:17, 18, NM) El más de medio millón de publicadores del Reino que ahora está activo regularmente en anunciar el reino de Jehová muestra que tiene el espíritu de amor de Dios, habiendo hasta ahora conquistado el temor al hombre y al Diablo y deleitándose en retener integridad.
13-15. (a) Para ‘cumplir cabalmente con nuestro ministerio dado por Dios,’ ¿qué prácticas no esenciales podemos disminuir con reflexión? (b) Con el mismo fin, ¿qué prácticas correctas podemos aumentar e intensificar?
13 Este no es el tiempo para que persona alguna se deje agobiar con los cuidados de esta vida, para que deje que la hundan los pesos y cargas innecesarios. No es el tiempo para dar una vuelta incidental por sendas que alejan del fiel desempeño del deber. No descuide el servicio de Jehová por estar preocupado con cosas materiales, tales como trabajo seglar, vida de familia, o placer personal. Dios se enojará si usted pide ser eximido del servicio porque usted avalúa las cosas terrestres más que las celestiales. Los lujos del tiempo presente, tales como el automóvil de último modelo, no son cosas que usted necesite para cuidar fielmente de los intereses del nuevo mundo. Muchas de las llamadas cosas buenas de este viejo mundo pueden convertirse en lazos para nosotros mientras desempeñamos nuestra actividad del nuevo mundo. En cambio, por medio de tomar a pecho nuestra comisión dada por Dios y por medio de acumular tesoro celestial por medio de ayudar a otros a ingresar en la sociedad del nuevo mundo, practicamos el consejo bíblico que se da a los ministros de Dios: “Sin embargo mantén tu equilibrio en todas las cosas, sufre el mal, haz obra misionera, efectúa tu ministerio cabalmente.”—2 Tim. 4:5, NM.
SU IMPORTANCIA EN TODAS NUESTRAS RELACIONES
14 La integridad entra en cada rasgo de la vida del cristiano. Se requiere de nosotros en todo lealtad y obediencia. La obediencia a menudo ha sido una lección difícil de aprender para los que antes eran hijos de la desobediencia. ¡Cuán importante es, entonces, tener una buena conciencia y seguir la guía del espíritu de Dios y no la inclinación de la carne! Pedro amonestó: “Retengan una buena conciencia, para que en aquello en que se hable contra ustedes se avergüencen los que están hablando con desprecio de su buena conducta en conexión con Cristo. Porque es mejor sufrir porque ustedes están haciendo lo bueno, si la voluntad de Dios lo desea, que porque estén haciendo lo malo.” (1 Ped. 3:16, 17, NM) Recuérdese que el retener integridad nunca fué fácil; y el Diablo y sus hordas lo harán aún más difícil porque él sólo tiene corto tiempo. “No te dejes vencer por el mal, sino que sigue venciendo el mal con el bien.”—Rom. 12:21, NM.
15 “Pónganse la armadura completa que proviene de Dios para que puedan mantenerse firmes contra las maquinaciones del Diablo; porque tenemos un pleito, no contra sangre y carne, sino contra los gobiernos, contra las autoridades, contra los gobernantes mundiales de esta oscuridad, contra las inicuas fuerzas espirituales en los lugares celestiales.” (Efe. 6:11, 12, NM) Nuestra lucha no es contra criaturas humanas o gobiernos humanos. Para este tiempo los gobernantes de todo país deben saber que los testigos de Jehová no están interesados en apoderarse del poder político que otros humanos tienen, o en reemplazarlo por otro. El Cristo de Jehová ya es el Rey de su Nuevo Mundo, y al debido tiempo los gobernantes políticos de toda esta tierra también llegarán a darse muy clara cuenta de ello. (Apo. 11:15-18, NM) Nuestro trabajo es anunciar el reino de Jehová bajo Cristo y librar a la gente de buena voluntad del lazo de Satanás y sus espíritus inicuos, así como nosotros mismos hemos sido hechos libres por la verdad de Jehová. (Salmo 117; Juan 8:31, 32, NM) Sólo de esta manera pueden las personas temerosas de Dios, así como nosotros también, retener la integridad.
16, 17. (a) ¿Cómo son vencidos continuamente ahora los enemigos invisibles pero muy poderosos del pueblo de Jehová? (b) Dentro de la sociedad del nuevo mundo de Jehová, ¿cómo nos interesa el mantener la integridad?
16 Habiendo convenido, desde el tiempo de nuestra dedicación en adelante, seguir al Cordero, el Rey entronizado de Jehová del nuevo mundo, podemos, bajo su dirección, vencer al mundo y al inicuo. Por medio de fidelidad, por medio de retener integridad, colocamos en manos de Jehová la respuesta al maligno desafío de Satanás—la respuesta que Satanás no puede refutar, la respuesta que prueba que él es un acusador falso. “Con este propósito el Hijo de Dios fué hecho manifiesto, a saber, para quebrantar las obras del Diablo.” “Y ellos lo vencieron [a Satanás, el falso acusador de los hermanos de Cristo] debido a la sangre del Cordero y debido a la palabra de su testificación, y no amaron sus almas aun a pesar del peligro de muerte.” “Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.”—1 Juan 3:8; Apo. 12:11; 1 Juan 5:4, NM.
17 Pero ¿cómo influye la integridad en nuestra relación con nuestros hermanos? Jehová ahora da privilegios y responsabilidades especiales a los siervos de una congregación que voluntariamente toman la delantera en el trabajo y en el cuidado de las ovejas de Jehová. (Hech. 20:28, NM) Los publicadores maduros pueden ayudar a otros en el ministerio de casa en casa, llevándolos con ellos, mostrándoles cómo predicar y entrenándolos para que lleguen a ser cotestigos. Los esposos también deben permanecer fieles a sus esposas, y las esposas a sus esposos. (Efe. 5:33, NM) También, los padres que retienen su integridad enseñarán y entrenarán a sus hijos. “Hijos, sean obedientes a sus padres en unión con el Señor, porque esto es justo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’; que es el primer mandamiento con promesa.”—Efe. 6:1, 2, NM.
18, 19. Como personas que retenemos nuestra integridad, ¿cuáles son nuestras responsabilidades y privilegios diarios para con los así llamados extraños, ya sean hostiles o amigables?
18 ¿Y cómo afectará la integridad a nuestra relación con los mundanos? Nuestra comisión es hacer el bien a todos, el no hacerle daño a nadie. (1 Tes. 5:15, NM) Hasta donde sea posible debe intensificarse nuestro trabajo de predicación y enseñanza a medida que el fin del mundo va acercándose. Esto significa leer de la Biblia a la gente en sus hogares, a sus puertas, en todo lugar que sea posible—afuera y tras los muros de una prisión. La integridad que se ha mantenido en campos de trabajo forzado prueba que ahora también Jehová protege a su pueblo en el foso de los leones. Los testigos están felices allí porque se les persigue por causa de la justicia. No se quejan, porque el espíritu de gloria, aun el espíritu de Dios, descansa sobre ellos. (1 Ped. 4:13-17, NM) Ni la repetición de mentiras ni ninguna inundación propagandista de falsedades puede borrar la palabra de Dios de su mente y corazón. Ningún lavamiento de cerebros puede apagar su fe ardiente, porque estarán listos para castigar toda desobediencia cuando su propia obediencia sea cumplida. (2 Cor. 10:3-6, NM) No somos irresolutos. Con firmeza y discreción resistimos los métodos que Satanás emplea para intimidarnos. (1 Ped. 5:6-11, NM) Por más extraño que parezca, nosotros que tenemos nuestra libertad física nos hallamos en mayor peligro que los miles de nuestros hermanos aprisionados. (Heb. 13:3, NM) ¿Nos conviene dejar que cosas insignificantes nos sirvan de estorbo? ¿Aflojamos la mano? ¿Nos excusamos? ¡Hay un trabajo de recogimiento que ha de hacerse, una batalla que ha de ganarse! (Ecl. 11:4) Por eso diariamente dé alabanza a Jehová. Compremos diariamente el tiempo oportuno que nos queda, porque los días son malos.—Efe. 5:16, NM.
19 El que retiene la integridad tiene manos limpias y un corazón puro porque como fiel atalaya continúa dando la advertencia. (Eze. 3:17-19) Puede decir en compañía del fiel David de la antigüedad: “No me he sentado con hombres de falsedad, ni andaré con los disimulados. Tengo aborrecida la reunión de los malhechores, y con los inicuos no me sentaré. Lavaré en inocencia mis manos, y así rodearé tu altar, oh Jehová; para hacer resonancia con voz de alabanza, y para contar todas tus maravillas. Jehová, he amado la Casa donde tú habitas, y el lugar de la morada de tu gloria.” (Sal. 26:4-8) Los rectos encuentran que el camino de Jehová es una fortaleza para ellos. Él es un escudo para los que andan en integridad. Los guía y los preserva para que tengan vida eterna. (Pro. 10:29; 2:7; 11:3; Sal. 25:21) Satanás y su organización que se está desmoronando solos tratarán de impedir que continuemos hacia la madurez y avancemos hacia la victoria. Los profetas de Jehová de la antigüedad aguantaron y fueron fieles. A ellos Cristo Jesús, sus apóstoles y otros fieles cristianos de la antigüedad se unieron alegremente, diciendo: ‘¡Retengan la integridad!’ ¡Y ahora nuestros hermanos del día presente, aguantando grande persecución, constantemente añaden su voz a la de aquéllos y nos instan a retener la integridad! La poderosa organización invisible y visible de Jehová está lista para ayudarnos a mantener la integridad.
Por lo cual, amados hermanos míos, estad firmes, inmóviles, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestra obra no es en vano en el Señor.—1 Cor. 15:58.