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  • Ayudas para impedir la pérdida de la integridad

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  • Ayudas para impedir la pérdida de la integridad
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1955
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1955
w55 1/9 págs. 537-541

Ayudas para impedir la pérdida de la integridad

1. ¿Cuán importante es la Palabra de Dios como una ayuda para evitar la pérdida de integridad?

¿A QUÉ se debieron estos fracasos irremediables? Bueno, en el caso de Saúl es bastante evidente que él dejó de adherirse estrictamente a las instrucciones de Dios para los reyes, como se registran en Deuteronomio 17:18, 19 (NM): “Cuando él se siente en el trono de su reino debe escribir en un libro para sí mismo una copia de esta ley de la que está al cuidado de los sacerdotes, los levitas. Y debe continuar ella con él y él debe leer en ella todos los días de su vida.” Eso nos hace ver claramente la importancia de considerar piadosamente una porción de la Palabra divina de verdad cada día, aun si sólo es el texto diario y los párrafos explicativos en La Atalaya. Eso nos protegerá para que no perdamos nuestro aprecio y nuestro temor a Jehová. Nos mantendrá humildes, siempre advertidos de nuestras propias limitaciones y nuestra dependencia completa en nuestro Padre celestial para todo.

2. ¿Qué efecto provechoso debe tener sobre nosotros la humildad verdadera?

2 La humildad también nos disuadirá de tratar de andar solos, pensando insensatamente que Jehová nos ha revelado personalmente el camino de favor y bienaventuranza. El don de conocimiento respecto a sus propósitos grandiosos nos ha llegado por medio de la organización del “esclavo” a quien él se complace en honrar tan maravillosamente (Mat. 24:45-47); y podemos continuar regocijándonos con la luz de verdad que constantemente va aclarándose sólo mientras humildemente nos ponemos de lleno de parte del pueblo que lleva su nombre, diligentemente reuniéndonos con él y derivando de su compañerismo el valor y la intrepidez en la predicación que han hecho notables a los testigos de Jehová a través de este viejo mundo.

3. ¿Qué papel desempeña la oración en nuestro mantenimiento de integridad?

3 La oración, también, es otra provisión bondadosa de nuestro Dios, mediante la cual podemos ser ayudados a continuar andando en “la integridad de [nuestro] corazón.” Sólo los humildes oran sinceramente. Otros hallan perjudicial al orgullo el confesar así su propia impotencia y su necesidad de un fuerte protector. Aquellos que son de corazón recto orarán para que el espíritu de Dios llene su vida y mantenga su corazón sano y sin que lo alteren las influencias desmandadas que continuamente los acosan, y oran para que venga su bendición sobre su entera organización de siervos. Podemos orar por estas cosas buenas, sin dudar jamás por un momento que habrá respuesta a nuestra oración, porque estas cosas están de acuerdo con la voluntad de Dios. El continuar fervorosamente en la oración, es decir, mantener la actitud mental del que ora respetuosamente, nos ayudará a proteger bien nuestro corazón.—Fili. 4:6, 7; Col. 4:2-4.

4. ¿De qué manera nos ayudará el amor a permanecer firmes a favor de la justicia?

4 Si le tenemos amor genuino a Dios y a nuestro prójimo, entonces jamás caeremos en el error de Urías y jamás huiremos ante los ataques furiosos del enemigo. Más bien, el amor a Dios echará fuera el temor a hombres pusilánimes y demonios condenados. El amor a nuestros semejantes nos mantendrá firmes en el puesto del deber, dando amonestación del peligro y las instrucciones para escape de la destrucción. Por eso cultive el amor. Sea amoroso, considerado, compasivo y misericordioso en todos sus tratos. (1 Ped. 3:8, 9, NM) Su relación con su hermano tiene que estar ajustada de tal manera que sea verdaderamente provechosa para él. “Estén en sujeción los unos a los otros” es la manera en que Pablo lo expresó en Efesios 5:21, NM.

5. ¿Qué aplicación tienen a nosotros hoy las palabras de Pablo en 2 Timoteo 4:5?

5 Señalados con especialidad, se pudiera decir, de las multitudes de la población de la tierra, nosotros hemos sido hechos los recipientes de información especial anticipada sobre los propósitos de Dios, el fin de este viejo sistema de cosas y la entrada de uno nuevo. ¿Cómo consideramos el ministerio que de tal modo ha sido extendido a nosotros? ¿Como algo en que ocuparnos sólo cuando tenemos unos cuantos minutos que podemos apartar de otros asuntos de esta vida, sus diversiones, sus ambiciones, sus carreras? ¡No eso, si queremos evitar la pérdida de la integridad! La exhortación de Pablo a Timoteo aplica tan aptamente a nosotros hoy día: “Mantén tu equilibrio en todas las cosas, sufre el mal, haz obra misionera, efectúa tu ministerio cabalmente.” (2 Tim. 4:5, NM) Eso claramente significa que hoy tenemos que aceptar nuestra comisión de ser predicadores del Reino con toda seriedad. ¿La aceptamos así?

LA INTEGRIDAD DEMOSTRADA

6. ¿Qué relación especial con Dios mantendrán los que retienen su integridad?

6 Considere ahora algunas de las evidencias y los frutos de la integridad en estos días finales del viejo mundo. Los fieles adoradores de Jehová no están satisfechos con dejar que sus conciencias sean adormecidas con un sentido falso de seguridad y paz por todos los planes sedantes de los hombres. En vez de eso, han ‘pedido a Dios una buena conciencia’ y él les ha concedido su petición por medio de conocimiento y fe en su propio Hijo, Cristo Jesús. Y una vez habiendo conseguido, por medio del mérito del sacrificio de Cristo, ese estado consciente de que se les han perdonado sus faltas contra Dios, se ejercitan para retener firmemente esa buena conciencia, es decir, continuar en paz con el Soberano Supremo del universo. Ellos saben que esto sólo puede hacerse por medio de retener la integridad. La sinceridad en la adoración pura de Jehová es su sostén.—1 Ped. 3:21, NM.

7. ¿Cómo ilustra el modo de vida del soldado el debido proceder que hemos de seguir nosotros?

7 Otra fuerte evidencia de integridad hoy se ve en las cualidades firmes, valerosas, aguantadoras y soldadescas de los siervos de Jehová que siempre recuerdan que están ocupados en una guerra, no con enemigos de carne y sangre, sino con enemigos invisibles, sobrehumanos y ladinos que siempre están esperando el momento desprevenido. ¡Cuán maravillosamente bien les queda a los que tienen una comprensión plena de la urgencia, peligro y desafío de estos tiempos la armadura que Dios provee! Los buenos soldados permanecen alerta, no se arriesgan insensatamente, piensan de continuo en la lucha y ponen en ella todo lo que tienen para que puedan participar de los frutos de la victoria. Los soldados de Jehová de ninguna manera se quedan a la zaga.

8. ¿Qué otro método debemos seguir al esforzarnos por permanecer incontaminados por el mundo de Satanás?

8 La integridad también puede echarse de ver en la bien clara separación entre el cristiano y este viejo mundo, separación que es característica de todos los que han venido a ser miembros de la sociedad del Nuevo Mundo. Verdaderamente el apóstol Pablo, cuando escribió a Timoteo (2 Tim. 2:20, 21, NM), le recordó que nosotros podemos continuar como ‘vasos limpios para uso honroso por Jehová en su grande y feliz organización de familia’ si nos mantenemos separados de los vasos sucios que sólo sirven para ser usados por este mundo corrompido y para ser destruídos con él. Note cuán claramente da la amonestación: “En una casa grande hay vasos . . . algunos para un propósito honroso pero otros para un propósito falto de honra. Si, pues, alguien se mantiene separado de éstos, será vaso para propósito honroso, santificado, útil a su dueño, preparado para toda buena obra.”

9. ¿Cómo podemos permanecer en el estado feliz de rendir el servicio que se nos ha confiado en el interés del Nuevo Mundo?

9 Para permanecer en este estado feliz tenemos que continuar amando lo que es bueno y odiando lo que es malo. De ninguna manera podemos aprobar, excusar o escudar lo que está en contra de la voluntad y modo de actuar de Dios. El apóstol dice que debemos ‘¡apartarnos!’ de aquellos que insisten en hábitos, costumbres y prácticas mundanas. Felices somos en verdad si nunca andamos por el consejo de los impíos, si jamás tomamos el camino de los pecadores, si jamás nos unimos a la compañía de los mofadores, sino, por lo contrario, hallamos gozo en la ley de Jehová, escudriñándola en toda oportunidad, como recomienda el salmista. El escoger como compañeros nuestros a otras personas dedicadas a la adoración pura de Dios y a personas de buena voluntad que se deleitan en oír y hablar acerca de los propósitos de Dios hará mucho para afianzar nuestra integridad. “No sean engañados. Las malas asociaciones corrompen las costumbres provechosas.” (1 Cor. 15:33, NM) Persista en los buenos hábitos de estudiar, orar, predicar.

10. Nombre algunas de las relaciones cotidianas que requieren el ejercicio de integridad.

10 Los frutos de la integridad se observan en nuestras relaciones con la entera familia de la fe. Si somos siervos, se nos halla perseverando en la obra de cuidar, fortalecer y entrenar a la multitud de personas de actitud de oveja sobre quienes el Buen Pastor nos ha concedido tener superintendencia. Contratiempos, reveses, obstáculos aparentemente insuperables nunca nos harán flaquear de modo que dejemos de continuar pacientemente en las buenas obras. ‘¡Presten atención al rebaño!’ y, ‘¡Pastoreen la congregación de Dios!’ son los mandatos que nos deleitaremos en obedecer. (Hech. 20:28; 1 Ped. 5:2) Si somos publicadores en la congregación, nuestra integridad se despliega en la buena disposición con que trabajamos para ayudar a los más débiles, y generalmente en adoptar el proceder que promueve la unidad, paz y prosperidad de la congregación.—1 Tes. 5:14, 15.

11. ¿En qué diversos puestos de la vida puede manifestarse la integridad?

11 Y luego la integridad se manifiesta en tantísimas otras relaciones de la vida. Se ve en la sabiduría del esposo piadoso que por obrar de acuerdo con los verdaderos principios cristianos se capta el respeto y cariño de su esposa y familia; en la esposa que se esfuerza por probar plenamente su puesto como ayudante de su esposo, defiriendo con prontitud ante el puesto de él como cabeza de la familia; en el padre o la madre que se abstiene de irritar a los hijos, y en cambio se esfuerza por entrenarlos con bondad y firmeza sobre la base del consejo autoritativo de Jehová; en el hijo o hija que, a pesar de su perplejidad por lo que los padres requieren, humildemente recuerda la experiencia más larga y el juicio más maduro de ellos y obedece su gobierno. Pero ocupemos o no el puesto de esposo o esposa o hijo o amo o siervo, todos disfrutamos del estado común de predicador. En ese puesto, siguiendo nuestra decisión bien pensada de dedicar nuestra vida al servicio de Jehová, se nos ha concedido un alto honor. ¡Aquí es donde más se destaca nuestra integridad! Es en este servicio que se exige de nosotros que aguantemos fielmente el odio, la violencia, el ridículo y los argumentos impíos de un mundo entero que está en contra de nuestro Dios. Pero igual que nuestro Caudillo y Comandante, Cristo Jesús, jamás podemos perder de vista el gozo que se ha puesto ante nosotros, la recompensa de la integridad probada e inmovible.—Heb. 12:2, 3; Isa. 55:4.

LA RECOMPENSA POR RETENERLA

12, 13. ¿Cómo se representa en las Escrituras la recompensa por retener la integridad, y qué significa esto?

12 Y ¿qué es esa recompensa? Es aquello que se representa por ascender al monte de Jehová y estar allí en su templo sagrado. Hoy, como el apóstol declaró, “ustedes no se han acercado a [monte Sinaí] lo que puede palparse y que ha sido puesto en llamas con fuego” y al cual ninguna criatura viva podría acercarse a salvo sin la aprobación y favor de Jehová. Más bien “ustedes se han acercado a un monte de Sión y a una ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, y a decenas de millares de ángeles, en asamblea general.” (Heb. 12:18, 22, 23, NM) Aquí se identifica a la gloriosa organización universal de Jehová; y, prominentemente puesto de manifiesto en ella y ocupando el principal punto dominante, puede verse el “templo santo para Jehová . . . lugar donde habite Dios por el espíritu.” Verdaderamente un santuario sagrado y eterno.—Efe. 2:21, 22, NM.

13 Por eso, el ascender al monte de Jehová y estar allí en su templo sagrado es algo estrechamente análogo al probar que somos dignos de entrar y vivir eternamente en el Nuevo Mundo. Un mundo que presenciará la realización de ese antiguo propósito del gran Dios de integridad, el Integrante universal, como se expresa en Efesios 1:8-10 (NM): “Está de acuerdo con su buen placer que él propuso en sí mismo para una administración al límite cumplido de los tiempos señalados, a saber, juntar todas las cosas de nuevo en el Cristo, las cosas en los cielos y las cosas sobre la tierra.” Esa integración final contendrá sólo criaturas puras, limpias e incorruptibles que estén enteramente dedicadas a la justicia y a Jehová, la fuente de toda cosa buena y pura.

14. ¿Qué feliz porción es nuestra si nos adherimos tenazmente a nuestra integridad?

14 Verdaderamente feliz es nuestra porción si podemos orar sinceramente del corazón como oró David: “Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado: también he confiado en Jehová sin vacilar. Examíname, oh Jehová, y pruébame; ensaya mi corazón y mi mente. Pero en lo que concierne a mí, andaré en mi integridad: redímeme, y ten misericordia de mí.” (Sal. 26:1, 2, 11, AN) Entonces verdaderamente podemos esperar en Jehová y abrigar una expectativa segura de morar eternamente en su nuevo mundo con una hueste de hombres de integridad de mente semejante. “¡Retenga su integridad!” es el consejo para todos nosotros este día; y, reteniéndola, moraremos feliz y eternamente en la familia universal del puro y santo Dios, Jehová.

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