No se han olvidado los filipinos
Por tres siglos la gente de las Islas Filipinas padeció casi de continuo bajo el régimen de iglesia y estado de una España católica. En 1898 los Estados Unidos la libraron de esto y el 4 de julio de 1946 se le concedió plena libertad. Con el fin de que nunca olvidaran los filipinos la lucha que tuvieron contra la corrupción e intolerancia del régimen de iglesia y estado la legislatura aprobó una ley (Núm. 1425) el 23 de mayo y el presidente, Ramón Magsaysay, la firmó el 16 de junio de 1956, haciendo obligatoria en todo colegio y universidad la lectura de dos de las novelas escritas por Rizal, el amador de la libertad filipino. El tenor de protesta de estos libros se puede observar en sus títulos: “Noli me tangere” y “El filibusterismo.” Aunque la Jerarquía católica en las Filipinas se opuso vigorosamente a la aprobación de esta ley, pretendiendo que los libros eran heréticos e impíos, no se atrevió a pretender que no se apegaban a los hechos. Los que abogaron por la hechura de la ley sostenían que el estudiar estos libros inculcaría en el lector amor a la libertad y amor al país. Obsérvase de paso que el autor original de la ley es católico, como también lo son el ochenta por ciento de todos los filipinos.