Canonicidad
● Escribiendo en A Protestant Manifesto, Winfred E. Garrison dijo: “Lo enredado que puede hacerse este complejo de poder y piedad bien se ilustra por la carrera del mismo Pío V cuyo esfuerzo por destronar a la reina Isabel figuró como elemento importante en el movimiento revolucionario que resultó en el ‘martirio’ de algunos de sus agentes clandestinos. Él había servido como oficial de la inquisición por quince años y fué tan celoso que vino a ser inquisidor general antes que se le hiciera papa. En el puesto supremo siguió su guerra contra la disensión y desviación con toda arma posible. Fortaleció la maquinaria e hizo más rigurosas las reglas de la inquisición, estableció la Congregación del Índice para censura sistemática, acosó a centenares de impresores hasta que huyeron de Italia, animó a Felipe II a exterminar el protestantismo de los Países Bajos y aplaudió las tácticas sangrientas del duque de Alva, ordenó el exterminio de los hugonotes (pero falleció tres meses antes de la matanza del Día de S. Bartolomé), censuró la avenencia del emperador con los luteranos, trató de organizar una coalición de los estados católicos alemanes para una guerra de religión contra los protestantes, y participó en el complot para echar a Isabel del trono de Inglaterra. Ahora es un ‘santo’, canonizado en 1712.”