Las aguas de vida logran entrar
Un testigo de Jehová que había padecido como objetante por conciencia en la Hungría comunista relató cómo literatura bíblica llegó a ministros cristianos aun en las prisiones militares. Dijo:
El orden era sumamente estricto en la prisión militar del distrito noveno de Budapest. Parecía que era absolutamente imposible hacer que entrara cosa alguna allí que fuera prohibida. No obstante, las aguas de vida lograban entrar y llegaban a los hermanos por corrientes subterráneas. Tres días después de recibir mi sentencia se me envió a la ciudad para hacer cierto trabajo. Desde mi lugar de trabajo pude comunicarme con los hermanos. Los prisioneros padecían de mucha hambre, tanto espiritual como física. Lo único que se nos daba de comer era repollo, zanahorias, judías y chícharos sin nada de grasa. En cuanto a alimento espiritual, casi no nos quedaba nada.
“Sin embargo, en cierta ocasión logré entrar con un artículo de La Atalaya. Cuando volví del trabajo llevaba conmigo un cubo sucio en que cargaba cemento. En la entrada me registraron cuidadosamente y luego me dijeron que pasara. A propósito no me fijé mucho en mi cubo. Inmediatamente el guarda me gritó: ‘¿Por qué deja ese cubo aquí?’ Lo recogí y me lo llevé. El artículo de La Atalaya estaba en él. Había puesto papel en el fondo, luego sobre el papel el artículo, entonces otro papel cubierto de cemento.
“Más tarde volví a trabajar afuera como componedor. Gracias a un soldado pude comunicarme otra vez con los hermanos libres. Me hice una caja de madera en que llevar las herramientas. La hice con fondo doble y puse los artículos de La Atalaya entre los fondos. Siempre echaba muchos pedazos de hierro cortantes en la caja, para que el guarda no registrara mucho. De este modo era muy fácil meter de contrabando los artículos de estudio. Como componedor podía entrar en todas las celdas, así que podía pasar el alimento espiritual de una persona a otra en la prisión. De esta manera, gracias a la bondad inmerecida de Jehová, los hermanos lograban conseguir alguna provisión espiritual.”