Siempre han entendido mal a los cristianos
Las quejas que se levantan contra los testigos cristianos de Jehová en cuanto a no participar en movimientos populares y bien intencionados les suenan familiares a los que conocen la historia del cristianismo primitivo. Así sucede que el escritor anticristiano Celso, del segundo siglo, “les rogó que ayudaran al emperador [Marco Aurelio] en su tarea difícil de salvar al mundo. Que salgan de su aislamiento egoísta, que ayuden a sus consejos y hasta ingresen en sus ejércitos como oficiales.” Sí, tal como sucede con los cristianos dedicados hoy día, los cristianos allá en el segundo siglo no disfrutaban de popularidad porque “rehusaban integrarse en un arreglo que se consideraba vital a los intereses de la civilización.”—Eusebius of Caesarea, Foakes-Jackson.