Nubes de langostas
Escribiendo en Travels in Arabia Deserta, Carlos M. Doughty describe una invasión de la langosta insectil: “Las nubes de la segunda cría de las langostas. . .torciéndose y titilando como motas en un rayo de sol, volaron sobre nosotros por unos días, con espesor de lluvia, desde cerca del suelo hasta gran altura en la atmósfera. Descienden como pájaros, bajando sus largas patas hacia tierra; éstas invadieron las casetas, y de la misma hambre ciega hasta mordieron nuestras espinillas, mientras estábamos sentados bebiendo café. Van ligeras volando al capricho del viento, como en los Salmos: ‘Soy lanzado arriba y abajo como la langosta.’ . . . Los niños traen langostas que han recogido, espetadas en una ramita, y los nómadas las tuestan sobre las brasas; entonces, arrancándoles las extremidades quemadas, les separan las cabezas del cuerpo, y el cuerpo insectil que queda es buena carne; pero no de estos enjambres tardíos, nacidos en tiempo de las yerbas resecas.”