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  • ¿De dónde viene el dinero para la obra del Reino?

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  • ¿De dónde viene el dinero para la obra del Reino?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1960
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1960
w60 1/7 págs. 392-395

¿De dónde viene el dinero para la obra del Reino?

LA PRIMERA pregunta que surge en la mente de muchos extraños al caminar en Brooklyn, Nueva York, y pasar en frente del edificio de diez pisos de alto y una manzana de ancho en que se alojan las oficinas internacionales de los testigos de Jehová es: “¿Cómo consiguen fondos para todo esto?” Cuando se les dice que el edificio nuevo de doce pisos que se está construyendo al otro lado de la calle también pertenece a la Sociedad Watch Tower, así como también un grupo de edificios fabriles de diferentes números de pisos a menos de un kilómetro de allí, su pregunta se hace más insistente: “¿De dónde viene el dinero?”

Puesto que la Sociedad Watch Tower no se ocupa en empresas de negocio comercial, sino en una obra filantrópica de instrucción bíblica, se les hace difícil a tales personas entender cómo la Sociedad puede construir y mantener edificios tan grandes y atractivos. Pero estos edificios que se usan para imprimir Biblias y literatura bíblica y para alojar a los que trabajan en la fábrica de imprenta no representan el único gasto que la Sociedad hace. Mantiene ochenta y cinco sucursales en diferentes partes del mundo con un personal de 1,236 personas que las mantienen en funcionamiento. Además de esto, mantiene muchos hogares misionales. Se cuida de las cosas fundamentales que necesitan los misioneros y otros representantes especiales de la Sociedad para que ellos puedan dedicar toda su atención a la obra de instruir a las personas de buena voluntad en las muchas verdades de la Palabra de Dios. Todo esto cuesta dinero.

Se gastan grandes sumas de dinero en la producción de inmensas cantidades de Biblias y de literatura bíblica. En 1959, la Sociedad Watch Tower produjo más de 734 millones de piezas de impresos. Requiere mucho dinero el proveer los materiales y la maquinaria de precisión que hay que tener para realizar tan grande obra de impresión. Por eso la pregunta en cuanto a cómo se sufragan los gastos de una operación filantrópica tan tremenda es una que los extraños siempre hacen.

Algunas personas quizás crean que para esto se usa el dinero que se consigue de las Biblias y literatura bíblica que la Sociedad produce, pero tal no es el caso. La pequeña contribución que se recibe de las personas que toman la literatura no sufraga los gastos de operación para las actividades de la Sociedad. Otras personas quizás digan que el dinero viene de solicitudes, de programas para reunir fondos mediante juegos de bingo o de pedir diezmos. Pero ésta también es una conclusión errónea.

Desde el tiempo en que se fundó la Sociedad Watch Tower en 1884, ella nunca ha solicitado dinero. Nunca ha empleado la Sociedad Watch Tower rifas ni bingo ni otros programas para reunir fondos como los que usan tan comúnmente los grupos religiosos. Algo que probablemente le cause aun mayor sorpresa a la persona que no conozca bien a los testigos de Jehová es el hecho de que la Sociedad en ninguna ocasión durante sus setenta y seis años de existencia ha pasado un platillo de colectas. Nunca se ven platillos de colectas en ninguna reunión que ella patrocina.

Tampoco es el pago de diezmos la respuesta a la pregunta, porque los testigos de Jehová no consideran que el pago de diezmos es un requisito cristiano. El pagar diezmos fue hecho una parte de la ley mosaica y tenía como propósito el sustentar al sacerdocio levítico, pero los cristianos no están bajo esa ley. Cristo le puso fin. Además de eso, el sacerdocio levítico ya no existe. Por eso los testigos de Jehová no pagan diezmos.

OFRENDAS VOLUNTARIAS

Está escrito en Proverbios 3:9: “Honra a Jehová con tus cosas de valor.” Esto es lo que han estado haciendo las personas que se interesan en la obra de la Sociedad Watch Tower. De buena gana hacen ofrendas, o contribuciones, regulares y voluntarias a la Sociedad para que siga llevándose a cabo y extendiéndose la obra de proclamar el nombre y los propósitos de Jehová Dios. Reconocen que el hacerlo es obligación bíblica.

En el capítulo octavo de Lucas 8 hallamos un ejemplo de mujeres cristianas que daban ayuda material a Cristo y a sus apóstoles, para que el ministerio cristiano siguiera efectuándose de aldea en aldea y de ciudad en ciudad. En el versículo tercero Lu 8:3 dice que estas mujeres “estaban ministrando de sus bienes.” Aquí tenemos un ejemplo del dar voluntario que los testigos de Jehová siguen hoy día. Por las contribuciones voluntarias que hacen a la Sociedad Watch Tower están ministrando a miles de representantes especiales de la Sociedad que dedican todo su tiempo al ministerio.

Los corintios son otro ejemplo de personas que dieron voluntariamente. Al escribirles, el apóstol Pablo les dijo: “Por medio de la prueba que este ministerio da, ellos glorifican a Dios porque ustedes son sumisos a las buenas nuevas acerca del Cristo, como ustedes declaran públicamente que son, y porque ustedes son generosos en su contribución a ellos y a todos.”—2 Cor. 9:13.

Generosidad semejante a ésta expresada por los testigos de Jehová por todo el mundo es lo que hace posible el mantenimiento de las muchas sucursales, imprentas, hogares misionales y actividades ministeriales de la Sociedad. Ninguna parte del dinero que se contribuye así se usa para pagar a oficiales y representantes especiales para que trabajen por la Sociedad. Las personas que trabajan de tiempo cabal en las sucursales o como representantes especiales en el campo lo hacen voluntariamente, no por pago.

LA PEQUEÑA OFRENDA DE LA VIUDA

En una ocasión Jesucristo miraba a la gente hacer contribuciones para la manutención del templo de Jerusalén. Lo impresionó la devoción que demostró una viuda que hizo una contribución aunque tenía escasas posesiones materiales. Lo que ella echó en el tesoro sagrado del templo fue dos pequeñas monedas de muy poco valor. Comparada con lo que otros habían contribuído y con los gastos que se exigían para la manutención del templo su contribución era infinitesimal. Sin embargo, Jesús no la consideró sin valor porque era pequeña. Al contrario él dijo: “En verdad les digo que esta pobre viuda echó más que todos los que echaron dinero en los cofres de la tesorería; porque todos ellos echaron de lo que les sobra, pero ella, de su pobreza, echo todo lo que tenía, su completa subsistencia.”—Mar. 12:43, 44.

La generosidad de la viuda fue grande. Reveló el amor que le tenía a Dios. Lo mismo puede decirse de aquellos entre los testigos de Jehová que son pobres pero que con regularidad hacen contribuciones a la organización teocrática a pesar de sus limitados ingresos. Aunque sus ofrendas voluntarias no sean más que unas cuantas monedas de poco valor, la Sociedad Watch Tower aprecia sus ofrendas. La generosidad de estas personas humildes muestra su devoción a Jehová y su aprecio a la obra que la Sociedad está haciendo.

Si alguna persona asumiera la actitud de que los que debieran llevar esta carga monetaria por la predicación de las buenas nuevas del reino de Dios son los Testigos que ganan buenos sueldos, no estaría mostrando la actitud loable de la viuda. No estaría mostrando el aprecio que ella mostró por la obra de Dios. Tal vez alguien no pueda contribuir más que una moneda de poco valor, no obstante su contribución es importante. Por más pequeña que sea, ayuda a la obra del Reino. También permite al dador sentir la satisfacción que viene de expresar, de manera material, el amor que le tiene al servicio de Dios.

Es el privilegio de los testigos de Jehová y personas interesadas sustentar monetariamente las actividades teocráticas en su propio país. Hasta cierto grado, pueden hacerlo localmente por medio de ayudar con los gastos del lugar de reunión de su congregación, o sea, el Salón del Reino. Cada Salón del Reino tiene una caja para contribuciones en la que pueden hacerse contribuciones voluntarias sin que otra persona sepa cuánto se contribuye. Nunca se le dirige una súplica por dinero a los de la congregación, tampoco se les envían sobres perfumados a propósito para sus contribuciones y nunca se les pide que hagan votos. De la misma manera que hacían voluntariamente sus contribuciones la viuda y otros de Jerusalén, así los miembros de cada congregación de los testigos de Jehová voluntariamente echan en la caja para contribuciones en el Salón del Reino lo que les parece que pueden dar.

Las ofrendas voluntarias que se hacen directamente a la sucursal de la Sociedad sostienen las actividades teocráticas por toda parte de ese país o de los países bajo su jurisdicción. Estas donaciones ayudan a sufragar los gastos de operación de la sucursal y de los hogares misionales, ayudan a los ministros especiales en el campo, hacen posible la celebración de asambleas, pagan los gastos de causas jurídicas en defensa de la obra y otros gastos. Los Testigos de cada país con gusto llevan esta carga monetaria además de la manutención de sus Salones del Reino locales. No quieren que sus hermanos espirituales de otros países tengan que llevar la carga por ellos.

Cada Testigo desea compartir parte de los gastos de la obra del Reino, a pesar de lo pequeño que tenga que ser su ofrenda. Aprecia la exhortación que dio el apóstol Pablo: “Que cada uno haga exactamente como lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana o bajo compulsión, porque Dios ama al dador alegre.”—2 Cor. 9:7.

Para que la Sociedad pueda hacer los planes para sus gastos para el año, le es preciso saber aproximadamente cuánto piensan contribuir los testigos de Jehová y personas interesadas. Lo que ellos prometen no es un voto, sino sólo una idea o cálculo de lo que esperan donar durante el año. Llámelo sus perspectivas de contribución. Es una promesa voluntaria tal como la que hacían los corintios: “Pensé que era necesario animar a los hermanos a ir a ustedes con anticipación y preparar con anticipación su don generoso previamente prometido.”—2 Cor. 9:5.

Si usted piensa hacer una o más contribuciones a la Sociedad Watch Tower durante los próximos doce meses, envíe una tarjeta o carta a la sucursal en su país declarando en ella lo que espera contribuir a esa oficina para ayuda de la obra de predicar el reino de Dios. Márquela “Perspectivas de contribución.” En la segunda página de este número de La Atalaya usted hallará una lista parcial de las sucursales en países de habla hispana y la de los Estados Unidos de la América del Norte. La lista completa de sucursales se halla al fin de casi todo libro y folleto de la Sociedad. En los Estados Unidos deben dirigirse a: Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania, Treasurer’s Office, 124 Columbia Heights, Brooklyn 1, N.Y. Su pronta atención a esto ayudará a la Sociedad a planear sus actividades.

La manera en que la Sociedad Watch Tower consigue el dinero para su equipo y obra no es un misterio. Sin tener que recurrir a los proyectos que las iglesias de la cristiandad emplean para reunir dinero, le es posible llevar a cabo una amplia obra filantrópica de instrucción bíblica porque los testigos de Jehová y personas interesadas voluntariamente hacen contribuciones de sus cosas de valor.—1 Cró. 29:17.

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