Ataque desde la región invisible
HACE algunos años se hizo un estudio de 25,000 personas en varios países para averiguar si, “mientras estaban despiertas y en buen estado de salud, hubo ocasión alguna en que oyeran una voz, vieran una forma, o sintieran algún toque en su persona los cuales no pudieran explicarse de ninguna manera material.” Los resultados de esta encuesta extensa fueron considerados como asombrosos, puesto que la proporción de personas mentalmente sanas quienes, tan solo en Inglaterra, habían recibido tales impresiones bien definidas fue de una de cada diez.1
¿Provenía de la región invisible este ataque? “Absurdo,” dicen muchos psicólogos de hoy en día, a quienes les gusta usar la palabra “alucinación.” Por otra parte, investigadores psíquicos, los parapsicólogos, no son tan escépticos; ellos han descubierto demasiadas cosas que la ciencia no puede explicar, como por ejemplo la percepción extrasensoria.
Además, se han dado muchos informes sobre ataques desde la región invisible. A menudo hay testigos dignos de confianza. Además, el psicólogo mundano que no pone fe alguna en la Palabra de Dios, la Santa Biblia, constituye una autoridad muy dudosa para los cristianos. Los que leen su Biblia saben que las Escrituras inspiradas cuentan de la existencia de criaturas espirituales inicuas y de “ayes para la tierra” en nuestro día. ¿Por qué? Porque “aquel que es llamado Diablo y Satanás . . . fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados junto con él.” De modo que el hombre tiene que arrostrar el hecho de que Satanás el Diablo y sus ángeles son fuerzas invisibles que están confinados a la vecindad de la Tierra y cuya existencia significa “ayes.” No son, entonces, ningún producto de la imaginación los “dardos encendidos del inicuo.”—Apo. 12:9, 12; Efe. 6:16.
Una de las muchas maneras en que las fuerzas invisibles de Satanás traen ayes al género humano es por medio de acosar a las personas mientras tratan de dormir. Individuos a veces informan acerca de manos invisibles que tiran de la ropa de cama, acosándolos también por medio de toques que los mantienen despiertos. La cama hasta quizás sea levantada, sacudida o movida en derredor. Un escéptico, un artista inglés, supo de una perturbación de esta clase y fue a vivir en una casa en Poling en Sussex. Ya no es escéptico. Él informó: “Yo no había estado dormido por mucho tiempo en la habitación cuando me desperté de un golpe, sintiendo que alguien había levantado mi cama debajo de mí. Pensé que pudiera ser alguien que se había escondido allí para asustarme. Busqué, pero no encontré nada. Más tarde mi cama fue sacudida violentamente y me dieron vueltas como si fuera un trompo. Cuando hube tenido tiempo para reponerme descubrí que estaba atravesado en la cama y la mayor parte de la ropa de cama estaba en el suelo.”2
Se dice que uno de los casos más impresionantes que llegó a la atención del parapsicólogo J. B. Rhine fue el de un muchacho de catorce años que a menudo era acometido en el dormitorio. Cuando el muchacho se fue al hogar de un ministro para dormir, la cama se sacudió tan violentamente que tuvo que levantarse y tratar de dormir en un sillón pesado. Mientras el clérigo estuvo de pie al lado, la silla pesada se inclinó hacia un lado y se volcó, arrojando al suelo al muchacho. El ministro, ensayando la misma postura en el sillón, ni siquiera pudo inclinarlo.3
En otro caso, en Runcorn, Cheshire, Inglaterra, el periódico contó de manos invisibles que “repetidamente arrojaban de la cama a un muchacho de noche.”4 A menudo, clérigos que han presenciado tales asaltos e informado acerca de ellos no han podido impedirlos, y hasta llegan a ser atacados ellos mismos. En realidad, el espíritu del caso de Runcorn, según la publicación espiritista The Psychic News, trató mal al clérigo metodista W. H. Stevens, lanzando una Biblia contra él.5
De manera que los asaltos son de una naturaleza tal que es absolutamente imposible atribuirlos a sueños o a la imaginación. Por ejemplo, un periódico de Londres cuenta acerca de un matrimonio de Epsom, mencionando que en este caso la esposa experimentó perturbaciones en el dormitorio. No fue la imaginación de la esposa, puesto que el marido declaró:
“Una noche Betty estaba sentada en cama cuando algo comenzó a tirar de sus hombros. La arrastraba hacia la ventana. Levantó su cuerpo de modo que solo sus piernas y muslos tocaban la cama. Ella clamó por socorro. Me así de sus piernas. Pero fuera lo que fuere aquello, tenía gran fuerza. Al principio yo no lo podía detener. Me sentía ir hacia la ventana también. Entonces de repente pareció perder su poder y Betty cayó.”6
Desde todas partes de la Tierra vienen informes de estos asaltos dañinos. El Herald de la ciudad de Panamá relató acerca de una señorita de dieciocho años de edad que fue acosada por espíritus. Mientras estaba en la presencia de oficiales municipales y de un doctor ella fue atacada. “La mano de Clarita fue mordida mientras yo la tenía en las mías,” dijo un oficial municipal. Explicó el doctor: “Yo siempre pensaba de este mundo como cosa visible, pero aquí había algo desconocido, una fuerza que no se veía pero no obstante se sentía.”7 Un grupo de casas de un kapong en Malaca en Jelutong, Penang, fue el escenario de ataques a niños. Dijo un periódico de Singapur: “Se dice que el espíritu atacaba a muchachas jóvenes y a niños, a veces desgarrando su ropa y dejándoles desnudos, y a menudo haciendo que gimieran en agonía.”8 Tales asaltos se parecen a los que fueron perpetrados en los exorcistas desventurados acerca de los cuales dice la Biblia que el hombre en quien estaba el espíritu inicuo “saltó sobre ellos, los dominó uno tras otro, y prevaleció contra ellos, de modo que huyeron desnudos y heridos de aquella casa.”—Hech. 19:16.
Un libro reciente, Evidence of Satan in the Modern World,9 cuenta acerca de muchos casos verdaderos, no solo de asaltos por demonios, sino también de conversaciones airadas entre los espíritus inicuos y personas que tratan de ser exorcistas.
En muchos casos los demonios acosan a la gente, por medio de hablarle; tales personas informan que oyen “voces.” Esto se llama “clariaudiencia” en círculos espiritistas, y los espiritistas han escrito varios libros al dictado de voces de demonios. Pero estas voces acosan a muchas personas, induciéndolas a violencia, asesinato y suicidio. Un hombre de Singapur oyó durante cuatro días la voz de un espíritu diciéndole que cometiera suicidio. Lo hizo. Su esposa dijo que su marido le había dicho acerca de los mandatos del espíritu, pero ella lo trató como una gran broma.10
Veintenas de ejemplos de ataques dañinos desde la región invisible se presentan en un folleto publicado por la Sociedad Watch Tower y ahora agotado, “Can the Living Talk with the Dead?” Este dijo:
“El News de Chicago hizo una investigación de los fenómenos espiritistas y llegó a las siguientes conclusiones: ‘En cuanto a las voces que tantas personas están tratando de captar, he sabido que es más probable que sugieran el mal que el bien. . . . Una vez establecida una comunicación se requiere un pensamiento positivo para alejar a esas “voces” o fuerzas del mal. . . . Siempre es peligroso el ceder su voluntad, su alma o individualidad, a la custodia de estos poderes extraterrestres. . . . Conocí a una señora a quien las “voces” la hicieron matar a su niñita por medio de ahogarla en una bañera. . . . Encontré a un hombre que dijo que las voces le dijeron que golpeara a un joven con el cual se encontró al salir éste de un restaurante. Él lo hizo. . . . Hay centenares de casos parecidos.’”
Antes del diluvio del día de Noé “la tierra llegó a estar llena de violencia” debido a la actividad de los demonios. (Gén. 6:1-11) Hoy día mucha violencia es fomentada por los demonios que inducen a hombres a atacar a otros hombres. Muchos “ayes,” entonces, son el resultado del ataque desde la región invisible. Es preciso que los cristianos estén preparados para guerra espiritual, dándose cuenta de que ellos son el blanco especial de los “dardos encendidos del inicuo.”
REFERENCIAS
1 Phantasms of the Living, E. Gurney.
2 Ghosts over England, R. Thurston Hopkins.
3 News de Filadelfia del 27 de agosto de 1949.
4 Daily Colonist de Victoria (Canadá) del 14 de mayo de 1953.
5 Journal American de Nueva York del 15 de octubre de 1953.
6 Daily Mail de Londres del 17 de julio de 1950.
7 Herald de la ciudad de Panamá del 19 de mayo de 1953.
8 Times del domingo del 30 de agosto de 1953.
9 Léon Christiani, Macmillan, 1962.
10 Times de los Estrechos del 15 de diciembre de 1953.