Fortalézcanse para actividad futura
“Teniendo este conocimiento de antemano, guárdense para que no vayan a ser llevados.”—2 Ped. 3:17.
1. ¿Qué puntos de vista diferentes hay en cuanto a reunirse para adoración?
CASI todas las personas que lean estas palabras viven en un país donde el reunirse para adorar es la cosa acepta. Tanto así, que a menudo se da por sentado y se trata a la ligera como responsabilidad cristiana. Casi todas las personas, sin embargo, convendrán en que cualquier espiritualidad que tengan se debe a su asociación con otros de su propia fe. Pero suponga que usted súbitamente quedara aislado de cualquier asociación de congregación. Suponga que estuviera prohibido por ley que más de dos o tres personas se reunieran sin un permiso especial de la policía y que todas las asambleas para adorar a Dios estuvieran proscritas. Suponga que a usted se le negara el derecho de hablar acerca de Dios o de expresar a alguna otra persona su fe en Dios y en sus promesas para la humanidad. Entonces, ¿qué haría usted?
2. ¿Qué condiciones pudieran hacer que uno se debilitara en fe, y qué preguntas deberíamos considerar seriamente?
2 Suponga, bajo tales condiciones, que fuera posible que los cristianos verdaderos solo se reunieran en secreto, en grupos de dos personas y de tres personas y que solo se conocieran unos a otros por número, para que si uno fuera arrestado por la policía secreta no pudiera ser entrampado ni atormentado de modo que traicionara a sus hermanos. Suponga que de vez en cuando algunos de los que se reunieran de esta manera fueran arrestados y echados en prisión o campos de concentración. Suponga, también, que comenzaran a circular rumores de que uno de esos hermanos que había sido prominente en la fe se había “vendido” a la policía secreta y estaba siendo usado como soplón. Suponga, entonces, que un día usted viera a este hermano andando por la calle en compañía de los de la policía secreta, no esposado sino con los de la policía tratándolo como a uno de ellos mismos. ¿Qué haría usted? ¿Continuaría usted adhiriéndose firmemente a su fe? ¿Cuánto tiempo continuaría usted hablando a otros acerca de su esperanza a medida que se presentaran oportunidades? ¿Cuánto tiempo se esforzaría usted por crear oportunidades para ensalzar el nombre de Dios y para ayudar a sus semejantes a sacudirse los grillos espirituales impuestos sobre ellos por un gobierno impío? ¿Qué haría usted en estas circunstancias diferentes?
3. ¿A qué han sido sometidos los testigos de Jehová en un esfuerzo por quebrantar su fe, y qué protección podemos recibir por medio de espíritu de Dios?
3 Las condiciones mencionadas aquí no son solo suposición o imaginación. Estas cosas les han sucedido y les están sucediendo a los testigos de Jehová en muchos países hoy en día. Muchos siervos fieles de Dios han sido sometidos a tormento nazi y fascista en un esfuerzo por quebrantar su integridad. Ahora, además, muchos de estos mismos cristianos están sufriendo un maligno ataque comunista sobre su mente y fe. Solo el espíritu del Diablo mismo podría incitar tales tácticas engañosas como las que se describen arriba, el circular rumores de que alguien bien conocido en la organización se ha retractado y se ha vuelto traidor y el obligar a ese individuo a andar por la calle con miembros de la policía secreta como si realmente estuviera cooperando con ellos, esforzándose así por hacer creer a algunos que los rumores eran verdaderos. Pero aun si eso no fuera un ardid de la policía secreta, aun si un ex hermano se hiciera un Judas, ¿por qué debería eso hacer flaquear la fe de usted? Si usted fuera separado de la congregación a causa de la persecución, ¿por qué debería usted sentirse completamente solo? El espíritu de Dios jamás lo abandonará a usted si le ha dado un lugar firme y permanente en su corazón. Tampoco lo dejará abandonado a usted Jehová, puesto que millares de ángeles están a disposición de él para cuidar de su pueblo y sostenerlo y protegerlo. Pero su relación con Dios tiene que estar firmemente establecida para que ésta continúe mientras usted esté separado de la congregación. Usted sabe que el espíritu de Dios está allí cuando usted asiste, y usted asiste con el fin de ser ayudado a mantener el espíritu de Dios. Usted quiere asegurarse de estar fortalecido apropiadamente aun cuando no esté en la reunión para cualquier cosa que encierre el futuro a modo de pruebas, o actividad de servicio.
PELIGROS DE SEGUIR A HOMBRES
4. ¿Qué resulta de la adoración de criaturas?
4 Muchas veces el no recibir el espíritu de Dios lo ocasiona el confiar en hombres en vez de en Dios. Aun en los días de los apóstoles había algunos que se inclinaban a acudir más al individuo que a Dios o a Cristo. Esta es una forma de adoración de criaturas y está contra el principio declarado en 2 Corintios 5:7: “Porque andamos por fe, no por vista.” El mirar tan de cerca a un individuo oscurece la visión de los ojos de la fe y uno solo ve la sombra despedida por el hombre imperfecto. El modelo de Cristo se pierde a los ojos de la fe, y las obras de fe independientes de otros hombres se hacen imposibles. El adorador de criaturas no puede ejercer la mente de Cristo porque su mente no está libre y tiene que apoyarse enteramente en el objeto imperfecto de su adoración para todas las decisiones en cuanto a su proceder. No puede ‘cargar con su propia responsabilidad.’—Gál. 6:5.
5. ¿Cómo plantea una amenaza a la unidad de la organización el seguir a hombres, y qué indica esto de parte del discípulo?
5 Otro peligro al seguir a hombres es su amenaza a la unidad de la organización. Pablo reconoció este peligro en la falta de madurez de los de la congregación corintia y vio necesario escribirles: “Y así es que, hermanos, no pude hablarles a ustedes como a hombres espirituales, sino como a carnales, como a pequeñuelos en Cristo. Los alimenté con leche, no con algo de comer, porque todavía no estaban bastante fuertes. De hecho, tampoco están bastante fuertes ahora, porque ustedes todavía son carnales. Porque mientras haya entre ustedes celos y contiendas, ¿no son ustedes carnales, y no están andando como andan los hombres? Porque cuando uno dice: ‘Yo pertenezco a Pablo,’ pero otro dice: ‘Yo a Apolos,’ ¿no son ustedes simplemente hombres? ¿Qué, pues, es Apolos? Sí, ¿qué es Pablo? Ministros por medio de quienes ustedes llegaron a ser creyentes, así como el Señor se lo concedió a cada uno.”—1 Cor. 3:1-5.
6. ¿Cómo mostró Pablo que no tenía deseo alguno de formar su propio grupo de seguidores?
6 Pablo no tenía deseo alguno de formar su propio grupo de seguidores. Sabía que el hacerlo solo daría lugar a facciones en la organización y sería una causa segura de tropiezo. Él dijo que ni él ni Apolos eran a quienes debía seguirse. Ellos solo eran ministros de Aquél. El único deseo de Pablo era presentar la congregación cristiana “en matrimonio a un solo esposo . . . cual virgen casta al Cristo.” Como escribió en su segunda carta a los corintios: “Estoy celoso de ustedes con un celo piadoso, porque yo personalmente los prometí” en esta relación por medio de las buenas nuevas predicadas en Corinto. Por lo tanto Pablo no podía disuadirlos a ser seguidores de él, ni podía permitir que otra persona lo hiciera. “Mas,” escribió él, “tengo miedo de que de algún modo, así como la serpiente sedujo a Eva por su astucia, las mentes de ustedes sean corrompidas y alejadas de la sinceridad y castidad que se le deben al Cristo. Porque, como están las cosas, si alguien viene y predica a un Jesús que no sea el que nosotros predicamos, o si ustedes reciben un espíritu que no sea el que recibieron, o buenas nuevas que no sean las que aceptaron, con facilidad lo soportan.”—2 Cor. 11:2-4.
7. (a) ¿Qué peligro predijo Jesús tocante a esto, y cómo pudieran inclinarse fácilmente algunos a caer en él? (b) ¿Por qué llamó inmaturos a tales individuos Pablo, y qué consejo dio Juan como protección?
7 Esta posibilidad de apostatar que Pablo reconoció es un tercer peligro de seguir a hombres más bien que a Cristo. Porque si usted sigue a un hombre, ¿cómo puede ser discípulo de Cristo? Jesús mismo predijo este peligro cuando advirtió a sus discípulos: “Es inevitable que vengan causas de tropiezo.” Pero agregó: “Sin embargo, ¡ay de aquel por medio de quien vienen!” (Luc. 17:1) Quizás usted se incline a acudir a un hombre para su guía espiritual, quizás al que lo ayudó a usted a llegar a un conocimiento de los propósitos de Dios. Pero, ¿reconoce usted el peligro de lo que pudiera resultar si usted continuara confiando en esa persona para toda su fuerza espiritual, si continuara dependiendo de ella para hacer todas sus decisiones en cuanto a su relación con Dios? Quizás usted crea que este individuo ciertamente es en el que se puede confiar cuando le preocupan asuntos importantes. Quizás lo sea. Pero, ¿ha considerado usted los resultados desastrosos para usted si no lo fuera? Es verdad que la responsabilidad de él quizás sea mayor, pero Jesús dijo que un caudillo ciego y sus seguidores van a dar en el mismo hoyo. (Mat. 15:14) Por eso Pablo dijo que los corintios eran inmaturos. No podían distinguir lo correcto de lo incorrecto porque acudían a los hombres más bien que a comparar las palabras del hombre con la Palabra verdadera de Dios. Como lo expresó el apóstol Juan muchos años después: “Amados, no crean toda expresión inspirada, sino prueben las expresiones inspiradas para ver si se originan de Dios, porque muchos falsos profetas han salido al mundo.”—1 Juan 4:1.
PROTECCIÓN CONTRA PERVERSOS
8. ¿Es incorrecto el buscar consejo de alguien que lleva la delantera en asuntos espirituales, y cómo podemos saber cuándo no es seguro éste?
8 Esto no significa que no se pueda confiar o no se busque la ayuda de nadie que tome la delantera en asuntos espirituales. Al contrario. (1 Tim. 5:17; 1 Ped. 5:2-4) Pero se predijo que algunos no mantendrían su propio discernimiento espiritual y, al desviarse, llevarían a otros consigo. Pedro advirtió a la congregación primitiva, y a nosotros también: “Llegaron a haber también falsos profetas entre el pueblo, como también habrá falsos maestros entre ustedes. Estos mismísimos introducirán silenciosamente sectas destructivas y repudiarán aun al dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada. Además, muchos seguirán sus actos de conducta relajada.” (2 Ped. 2:1, 2) ¿Cuál es la protección de usted entonces? Si usted ha tenido buena causa para confiar en la instrucción de la Palabra de Dios que usted ha recibido por medio de algún individuo, ¿cómo puede usted saber cuándo ya no es seguro prestar atención al consejo de ese individuo? Si usted ha estudiado apropiadamente, con una finalidad correcta en mira, usted estará equipado, en cierto modo por lo menos, para ‘probar las expresiones inspiradas para ver si se originan de Dios.’ Así usted será fortalecido para su actividad futura.
9. (a) ¿Qué protección contra los perversos ha dado Dios por medio de su organización? (b) ¿Quiénes resaltan como ejemplos en la congregación cristiana primitiva, y de qué fue culpable cada uno?
9 Pero Jehová Dios le ha dado a usted una protección adicional con la organización que ha edificado para su nombre. Por medio de esta organización de siervos fieles él se ha propuesto mantener una norma para todos los que lo representan. Cualquiera que no mantenga esta norma o que comience a disuadir discípulos para sí tiene que ser puesto de manifiesto para provecho de todos los que se inclinen a seguirlo. Este precedente se estableció en la congregación de Dios, Israel, bajo su propia dirección. (Deu. 17:7) Entre individuos como ésos en la congregación cristiana cuyos nombres se registran específicamente en el Registro Permanente están Himeneo, Alejandro, Hermógenes, Demas y Diótrefes. (1 Tim. 1:20; 2 Tim. 1:15; 2:17, 18; 4:10; 3 Juan 9, 10) Estos, como los culpables de conducta inmoral, fueron expulsados de la congregación, Pablo hasta habiendo amonestado a la congregación a que “cesen de mezclarse en la compañía” de tales individuos, “ni siquiera comiendo con tal hombre.”—1 Cor. 5:5, 11, 13.
10. (a) ¿Por qué tienen los maestros una responsabilidad mayor? (b) ¿Por qué y cómo deberían ser entrenados a depender de sí mismos los que aprenden? (c) ¿Qué dijo Pedro que es nuestra ventaja al ser prevenidos?
10 Si esta amonestación es de valor para los alumnos, ¿cuánto más vital es para los que quisieran ser maestros? (Sant. 3:1) ¿Está usted ocupado en la obra de enseñar la Palabra de Dios a otros? Entonces usted no solo tiene un privilegio gozoso sino una responsabilidad seria. Recuerde constantemente que usted trata con la vida de personas. Lo que ellas aprendan puede determinar entre la vida y la muerte. Si llegan a ser “ovejas” de Dios se hallarán en el camino que conduce a la vida eterna. ¿Las está usted dirigiendo en este camino? Lo estará haciendo si las amonesta contra el apoyarse en hombres. Consciente e incansablemente trabaje para impedir que ellas lo sigan a usted. Paciente y bondadosamente enséñeles, al hacer sus decisiones, a confiar más y más en ellas mismas a causa de su estudio de la Palabra de Dios. Esto puede hacerlo por medio de entrenarlas a pensar en los textos que se leen. El que ellas apliquen un texto al párrafo de la publicación que usted esté estudiando con ellas bien puede ser un primer paso hacia el que ellas apliquen estos textos a los problemas que encuentran en su vida. Esto debería ser parte de la lección que aprenden, porque la Palabra de Dios no se nos dio simplemente para familiarizarnos con el propósito de Dios ni para darnos un conocimiento de lo que Dios requiere. La Biblia debería llegar a ser la fuerza impulsadora en nuestra vida a medida que espíritu de Dios entre en nuestro corazón y mente y nos dirija a un uso sabio de la Palabra de Dios. Usted, como maestro de la Biblia, puede ser instrumento del espíritu de Dios, cultivando en el alumno el deseo de conocer y ser impulsado por espíritu de Dios, dirigido conforme al ejemplo de Cristo y no de los hombres. De esta manera las personas a quienes usted enseñe sabrán lo que se requiere y se espera en elevados principios morales y serán incitadas a seguir a Cristo. Serán fortalecidas para cualquier actividad que esté en su futuro a la cual el espíritu de Dios las conducirá. Estando prevenidas, pueden ser armadas de antemano como Pedro indicó: “Ustedes, por lo tanto, amados, teniendo este conocimiento de antemano, guárdense para que no vayan a ser llevados con ellos por el error de gente desafiadora de ley y caigan de su propia constancia. No, sino sigan creciendo en la bondad inmerecida y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.”—2 Ped. 3:17, 18.
IMITADORES DE PABLO
11. ¿Qué quiso decir Pablo cuando escribió a los filipenses: “Háganse imitadores de mí,” y qué otros escritos suyos aclaran este punto?
11 Quizás usted se pregunte, en vista de esto, por qué Pablo dijo a los cristianos en Filipos: “Unidamente háganse imitadores de mí, hermanos.” (Fili. 3:17) Ciertamente el apóstol no estaba invitando a los cristianos a ser seguidores de él. Esto ya lo hemos visto. De hecho, en todas sus catorce cartas usted no lee nada de algunos “discípulos” de Pablo. En su carta a los corintios no dejó duda alguna sobre este punto cuando escribió: “¿Existe dividido el Cristo? Pablo no fue fijado en el madero por ustedes, ¿verdad? ¿O fueron ustedes bautizados en el nombre de Pablo?” (1 Cor. 1:13) ¿Cómo, entonces, podemos llegar a ser “imitadores” de Pablo? Y, ¿qué hemos de “imitar”? Ciertamente no al hombre. Dios desea que todo cristiano ‘sea imitador no de lo que es malo, sino de lo que es bueno.’ (3 Juan 11) Pablo mismo dijo a los efesios: “Por lo tanto, háganse imitadores de Dios, como hijos amados.” (Efe. 5:1) Además, él exhortó a los cristianos judíos: “Corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros, mirando atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús.” (Heb. 12:1, 2) En esta misma carta él se explayó sobre este punto cuando dijo: “Sean imitadores de los que por medio de fe y paciencia heredan las promesas.” “Acuérdense de los que llevan la delantera entre ustedes, los cuales les han hablado la palabra de Dios, y al contemplar detenidamente en lo que resulta la conducta de ellos, imiten su fe.” (Heb. 6:12; 13:7) ¿Imitar qué? Su fe, su paciencia, su conducta, mientras estén en conformidad con los principios de la Palabra de Dios y con el ejemplo perfecto que Jesús puso. (Sal. 119:105) Eso es lo que Pablo nos invita a hacer. Pero si un cristiano pierde su fe, no aguanta y se porta mal, ¿qué queda acerca de él para imitar? Nada.
12. ¿Por qué es insensatez el seguir a una persona expulsada en un derrotero de rebelión?
12 Este es el derrotero fiel que adoptan los cristianos en la organización de Dios. No pueden aceptar, por simular no notarla, la perversidad, y no lo harán; de otra manera, llegarían a ser parte de ella. (1 Cor. 5:6, 7) Entonces, si alguien a quien usted ha acudido en tiempos pasados pierde su fe y es expulsado, ¿por qué seguirlo en un derrotero de rebelión? Quizás usted crea que la acción adoptada es injusta, demasiado severa. Pero, ¿es eso causa para abandonar la congregación de Dios? Aun si usted cree que esta acción particular está equivocada, ¿qué hay de todo el bien que usted ha aceptado de parte de miembros de la congregación? ¿Dejaría usted todo el bien hecho a usted por lo que usted crea que es un poco malo? ¿Qué espera usted encontrar al regresar al viejo sistema de cosas? ¿Hay algo allí que Dios conservará vivo? Ciertamente no imitaremos a los que se desvían a la destrucción.
FORTALECIENDO A SUS HIJOS
13. ¿Cómo pueden observar los padres el grado de fe de sus hijos, y cómo pueden ponerles un ejemplo correcto?
13 Ustedes, que son padres, ¿están fortaleciendo a sus hijos para su actividad futura? ¿Cuánta fe tienen ellos? ¿Sabe usted? ¿Cómo consideran verdaderamente el estudio de la Palabra de Dios? ¿Están ansiosos, tomando la delantera, instándolo a usted a compartir con ellos estas cosas buenas que usted sabe? O, ¿tienen que ser instados constantemente para ir con usted cuando se asocia con otros en el Salón del Reino? Cuando sus hijos asisten a las reuniones, ¿realmente escuchan? ¿Pueden contarle a usted después una cosa por lo menos que hayan aprendido en cada reunión? ¿Los ha estimulado usted seriamente a prestar atención y a usar el conocimiento obtenido por observación cuidadosa? ¿Les pone usted un ejemplo activo por sus expresiones en las reuniones, un ejemplo que pueden ver y oír como una obra de fe, e imitar? ¿Imitan sus hijos la fe de usted? ¿O imitan a sus compañeros de juego? ¿Repiten las cosas que usted les dice de la Palabra de Dios o siempre están charlando acerca de otras actividades, de la última película o programa de televisión que han visto o de la más reciente canción de mayor éxito o el baile de moda? ¿A quiénes siguen verdaderamente sus hijos? ¿Son imitadores de Cristo, como usted lo es, o siguen a alguien que no se halla en el camino que conduce a la vida?
14. ¿Cómo pueden contrarrestar los padres las influencias a las que sus hijos se exponen necesariamente durante las horas que están en compañía de asociados mundanos, y por qué es esto tan vital?
14 La vida de sus hijos está en sus manos. Usted está con ellos constantemente, ¿o no está con ellos? Es verdad, sus hijos tienen que desarrollar su propio modelo de vida, tienen que ir a la escuela y por las circunstancias asociarse con otros de su propia edad que tienen una fuerte influencia en ellos. Pero estas horas que se requiere de ellos que pasen separados de usted son menos que el número de horas que ellos tienen disponible para pasar con usted. Use esas otras horas sabiamente. Recuerde la exhortación de Dios a su pueblo Israel: “Y estas palabras que te estoy mandando hoy deben resultar estar en tu corazón; y debes inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.” (Deu. 6:6, 7) No basta, entonces, con exigir que sus hijos se queden en casa con usted todo el tiempo. Si usted no llena ese tiempo con actividad recompensadora ellos no reaccionarán. Quizás hasta empiecen a ofenderse por lo que usted exige de ellos. Pero si empiezan a recibir el gozo y las bendiciones que provienen del servicio fiel a Dios, el espíritu de Dios llenará su mente y corazón pequeños y la fe de usted llegará a ser de ellos por su propio derecho. Si usted quiere que sus hijos verdaderamente estén fortalecidos para que “no vayan a ser llevados . . . por el error de gente desafiadora de ley y caigan” de la constancia que usted ha inculcado en ellos, entonces a ellos también se les debe enseñar seriamente “este conocimiento de antemano” para que se guarden.—2 Ped. 3:17, 18.
15. ¿Qué ventaja hay en que un niño sepa que será diferente como cristiano, y qué exhortación de Pablo a los romanos debería tenerse presente?
15 Los cristianos son diferentes. Si su hijo es cristiano y ha de mantener su posición, él tiene que saber que será diferente de los otros con quienes tiene que asociarse. Pero tiene que saber por qué es diferente y se le debe dar un entendimiento completo de los beneficios que tiene por ser diferente. Tiene que saber que si es como el mundo será tratado como el mundo. (Gén. 34:1, 2) Sufrirá sus males, sus congojas, sus desilusiones, su pérdida de vida eterna. Por otra parte, como cristiano puede tener una mente libre de incertidumbre en cuanto a su futuro, su vocación, su venidero éxito en la vida. Ya será un éxito y un ejemplo para sus asociados. Los hijos pueden tener una influencia fuerte para el bien o para el mal unos sobre otros. Si su hijo está estudiando con usted ahora, haga que lea este texto: “No te dejes vencer por el mal, sino sigue venciendo el mal con el bien.” (Rom. 12:21) ¿Saben ustedes, hijos, lo que eso significa? Ustedes pueden ‘luchar tenazmente por la fe,’ no como “la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma.” Y no solo su alma, sino la vida, también, de los que sigan el ejemplo de ustedes e imiten su fe.—Jud. 3; Heb. 10:39; 1 Tim. 4:16.
16. ¿Qué responsabilidad doble tienen todos los cristianos verdaderos?
16 Niños y adultos por igual, como cristianos tenemos una responsabilidad doble. Para estar fortalecidos para cualesquier pruebas o privilegios de servicio que yazgan en el futuro no solo tenemos que robustecer nuestra propia fe sino que también tenemos que poder edificar una fe fuerte en otros. No tenemos que seguir a hombres ni tratar de que hombres nos sigan a nosotros. Nuestras obras tienen que ser obras de fe, dignas de imitación y no una causa de tropiezo. Tenemos que llegar a ser buenos ejemplos “en el hablar, en conducta, en amor, en fe, en castidad.” (1 Tim. 4:12) Con Jesucristo como nuestro guía y modelo podemos reaccionar de todo corazón al consejo que Pablo dio a los colosenses: “Cualquier cosa que estén haciendo, trabajen en ello de toda alma como para Jehová, y no para los hombres . . . Sirvan como esclavos al Amo, Cristo.”—Col. 3:23, 24.