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  • Las obligaciones adicionales del superintendente

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  • Las obligaciones adicionales del superintendente
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1966
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1966
w66 1/8 págs. 463-469

Las obligaciones adicionales del superintendente

“Pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia, . . . con verdaderas ganas; . . . haciéndose ejemplos del rebaño.”—1 Ped. 5:2, 3.

1. (a) ¿Para qué obligaciones adicionales ha hecho provisión Dios? (b) ¿Qué hace que algunos cristianos se esfuercen por estas obligaciones adicionales?

EN EL artículo previo se estableció que hay obligaciones que tienen todos los cristianos. Todos estamos obligados a Dios en virtud de estar endeudados con Dios, en virtud de nuestro voto de dedicación y en virtud de los mandamientos o leyes de Dios en el sistema de cosas cristiano. Además de las obligaciones principales que tenemos todos los cristianos, Dios ha hecho provisión para que todos los cristianos nos esforcemos por asumir obligaciones adicionales como superintendentes de congregación, de circuito o de distrito, como ministros precursores de tiempo cabal, como misioneros o como miembros de una de las casas Betel de la Sociedad Watch Tower. ¿Qué es lo que hace que algunos se esfuercen por obligaciones adicionales? Es un deseo de hacer más. “Si algún hombre está haciendo esfuerzos por obtener un puesto de superintendente, está deseoso de una obra excelente.” (1 Tim. 3:1) Este deseo es voluntario pero proviene de un sentido de obligación para con Dios. La profundidad del amor y devoción de uno, el grado de aprecio y agradecimiento a Dios, según el conocimiento pleno que uno tiene de estar endeudado con Dios, todo lo impulsa a uno a ver a qué grado está obligado a utilizar su tiempo y habilidades al grado más grande posible en el servicio de Jehová.—Col. 1:9-11.

2, 3. (a) ¿Qué textos indican que el cristiano debe querer aumentar su servicio? (b) ¿Cómo mostró Jesús que otros deben asumir las obligaciones de pastorear?

2 Nuestra dedicación nos obliga a buscar la clase correcta de trabajo. La bondad inmerecida de Dios obliga al cristiano maduro a asumir más obras buenas. “Por esta bondad inmerecida, en verdad, ustedes han sido salvados mediante fe; . . . es don de Dios. . . . Porque somos producto de la obra de él y fuimos creados en unión con Cristo Jesús para obras buenas, las cuales Dios preparó anticipadamente para que anduviésemos en ellas.” (Efe. 2:8-10; Col. 1:28, 29) Y “sean hechos poderosos” y sean “llenos de toda la plenitud que Dios da” entraña el crecer a mayor capacidad y el asumir mayor responsabilidad. (Efe. 3:16, 19) Así como los “dones en la forma de hombres” habrían de ayudar a la congregación a llegar a ser un “varón hecho,” alcanzando la medida de crecimiento que pertenece a la plenitud del Cristo, así tales dones deben ayudar al cristiano individual a aumentar su capacidad para el servicio y para asumir más obligaciones individualmente.—Efe. 4:8, 11-13.

3 Cristo es el ejemplo; fue un buen pastor y nunca eludió obligaciones adicionales. Entrenó a sus apóstoles a asumir las obligaciones como pastores y mostró lo que se requería. “El que quiera llegar a ser grande entre ustedes tiene que ser ministro de ustedes.” (Mat. 20:25, 26) Les mandó que fueran pastores: “Pastorea mis ovejitas.” (Juan 21:15-17) No solo los apóstoles sino otros tendrían que asumir las obligaciones de pastores si habían de hacer discípulos de gente de todas las naciones. (Mat. 28:19, 20; Hech. 14:21-23; 20:18, 28) Por lo tanto, el cristiano que tiene las habilidades y las cualidades está obligado a esforzarse por privilegios adicionales de servicio, y su amor a Dios debe impulsarlo a asumir de buena gana estas obligaciones.—1 Ped. 5:2.

4. (a) ¿Qué cualidades debe tener uno para llegar a ser superintendente? (b) ¿Cuáles son algunas obligaciones del superintendente según las Escrituras?

4 ¿Qué se requiere de un superintendente? ¿Qué obligaciones asume? ¿Cómo se hace disponible para esta clase de trabajo? Uno debe tener las cualidades espirituales necesarias así como ciertas habilidades naturales. Uno debe haber tenido algo de experiencia en el servicio a Jehová y la oportunidad de ver cómo Jehová trata con los que aplican su Palabra, y debe haber desarrollado cierta confianza en Jehová. Y uno tiene que estar anuente. Los superintendentes tienen la obligación de ‘pastorear el rebaño de Dios . . . haciéndose ejemplos del rebaño.’ (1 Ped. 5:2, 3) Cada uno tiene que prestar atención a su enseñanza. (1 Tim. 4:6, 11-16; Tito 1:9) Tiene que ser predicador de la Palabra. (2 Tim. 4:2) Y tiene que entrenar a otros para que sean predicadores. (2 Tim. 2:2) Como pastor tiene que poder alimentar espiritualmente y conducir y dirigir. Además de iniciar obras correctas tiene la obligación de inspeccionar y corregir las cosas. Como pastor tiene que proteger de daño a las ovejas, y esto implica el censurar a los que proceden mal, y eliminar a los malhechores cuando sea necesario. (1 Tim. 5:20, 21) El folleto de instrucciones que se provee para todos los testigos cristianos dedicados y que explica el funcionamiento de la congregación, declara a este respecto: “El siervo de congregación tiene muchos deberes, pero en resumen puede decirse que él tiene a su cargo toda la superintendencia de la congregación y que él mismo debe servir de buen ejemplo trabajando con celo y llevando bien la delantera.”

5, 6. (a) Esboce las obligaciones del superintendente en la congregación hoy en día. (b) ¿Cómo es posible que el superintendente atienda a todas ellas?

5 De modo que sus obligaciones se podrían esbozar como sigue: Ante todo está sujeto por la obligación principal que tienen todos los cristianos según se esboza en el artículo anterior. Tiene que ser predicador de las buenas nuevas y tiene que atender apropiadamente a su esposa y familia espiritual y materialmente, y tiene que comportarse en todo de manera recta, honrada y moralmente limpia. Además, tiene que llevar la delantera en entrenar y enseñar a otros en la obra de predicación; tiene la obligación de organizar y administrar lo que necesite la congregación para predicar, arreglar el entrenamiento de otros, arreglar que se trabaje apropiadamente el territorio por medio de predicar, reforzando todas las campañas de la obra de testificación. Hará arreglos para las cinco diferentes reuniones bien preparadas para instrucción de la entera congregación en enseñanza bíblica y consejo práctico para predicar, encargándose de que todos los que participen en la instrucción estén bien preparados, capacitados para enseñar.

6 Su obligación como pastor significa atender a las necesidades espirituales de la congregación en conjunto y como individuos, visitando a los diferentes individuos y proporcionándoles ayuda y consejo según sus necesidades individuales. Estará alerta para ayudar a las personas a que eviten el cometer maldad dando consejo amonestador al debido tiempo. (Gál. 6:1) Todo esto implica muchos detalles, manteniendo superintendencia del trabajo de sus muchos auxiliares, encargándose de que los miembros de la congregación lleven un registro apropiado de la actividad, que haya suficiente abastecimiento de literatura, revistas y material para anunciar conferencias públicas para satisfacer las necesidades, que se hagan arreglos con anticipación de todos los conferenciantes, que el trabajar el territorio en la predicación de casa en casa se organice apropiadamente, y que el Salón del Reino se mantenga presentable y adecuado como lugar de instrucción. El superintendente tiene muchas obligaciones y puede llevarlas a cabo apropiadamente solo por medio de recibir la plena cooperación y el pleno apoyo de todos en la congregación.

7. ¿Qué obligaciones han llegado a ser aun más apremiantes para el superintendente, y cómo mostró esto Jesús?

7 Estas obligaciones son muy importantes porque puede estar implicada la vida de muchas personas en que él atienda apropiadamente sus necesidades espirituales. Pero aun así, importantes como son, el llevarlas a cabo no libra al superintendente de la obligación principal de predicar, de atender a las obligaciones de su familia y de llevar una vida limpia. (Luc. 11:42) Pues, a causa de su puesto de superintendente, el atender a estas obligaciones principales llega a ser aun más apremiante, porque es el ejemplo o modelo que otros copiarán. “A todo aquel a quien se le dio mucho, mucho se le exigirá; y al que pusieron a cargo de mucho, le exigirán más de lo acostumbrado.”—Luc. 12:48.

8. ¿Qué actitud mostrará siempre el superintendente en sus tratos con otros?

8 No obstante, a pesar de las muchas obligaciones importantes que tiene el superintendente, nunca se hará presumido o altivo. Tendrá presente que solo es esclavo de Jehová, que está haciendo lo que debería hacer. (Luc. 17:10) Recordará que el rebaño o congregación no es de él sino de Jehová y que está bajo el cuidado del Pastor Excelente, Cristo Jesús. (1 Ped. 5:3, 4) Seguirá siendo humilde y modesto y aplicará los métodos que Jehová usa al tratar con Sus “ovejas”: “Como pastor él [Jehová] pastoreará a su propio hato. Con su brazo juntará a los corderos; y los llevará en su seno. Conducirá con cuidado a las que están amamantando.”—Isa. 40:11.

9. (a) ¿Cuáles son otras obligaciones que tienen algunos en la congregación? (b) ¿Qué principio debe tener presente cada auxiliar ministerial?

9 En cuanto al siervo auxiliar de congregación, el siervo de estudios bíblicos y otros auxiliares ministeriales, todos éstos tienen las obligaciones principales mencionadas en el artículo anterior. (1 Tim. 3:8-13) Además, deben llevar la delantera en enseñar a otros de casa en casa, en revisitas y en estudios bíblicos. Y, según la asignación especial que cada uno haya recibido, se encargarán de todos los detalles implicados, sea esto el organizar y superentender el trabajar el territorio, encargarse de que haya suficiente abastecimiento de literatura bíblica y revistas, llevar registros apropiados de la actividad de servicio o de las cuentas o conducir una u otra de las reuniones de instrucción. Cada siervo será diligente para aprender bien su trabajo y para ser fiel en llevarlo a cabo. “Lo que se espera de los mayordomos es que el hombre sea hallado fiel.”—1 Cor. 4:2.

10. ¿Qué obligaciones han asumido los superintendentes viajantes, y no obstante qué deben tener presente?

10 Luego hay los superintendentes viajantes de circuito y de distrito. Todos éstos también tienen las obligaciones principales de los cristianos, y tienen que llevar la delantera en enseñar a otros en todo rasgo de la testificación. Estos hombres tienen la responsabilidad de inspeccionar las organizaciones de congregación y de instruir a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en todos sus deberes. Además, tienen obligaciones en conexión con la organización y con el programa de las asambleas de circuito cada seis meses y otras asambleas más grandes que se arreglan. No obstante, importantes y trascendentales como son éstas, no libran a estos superintendentes de las obligaciones principales de predicar, estudiar y, si son casados, de atender a sus esposas, así como de llevar vidas limpias, morales.

11. (a) ¿Qué obligaciones han asumido los ministros de tiempo cabal y los misioneros? (b) ¿Qué principio bíblico deben tener presente éstos, y quiénes más deben ser guiados por él?

11 Luego están los ministros precursores y precursores especiales de tiempo cabal y los misioneros. Todos éstos tienen también las obligaciones principales de predicar las buenas nuevas y llevar vidas cristianas ejemplares. También han asumido obligaciones adicionales de predicar cierto número de horas cada mes. Y se han obligado a ajustar su vida y gustos personales en algunos respectos a las necesidades particulares del territorio; especialmente los misioneros tienen esta obligación. Aquí el principio bíblico es: “Me he hecho el esclavo de todos, para ganar el mayor número de personas. . . . Me he hecho toda cosa a gente de toda clase, para que de todos modos salve a algunos. Mas hago todas las cosas por causa de las buenas nuevas, para hacerme partícipe de ellas con otros.” (1 Cor. 9:19-23) Sí, la manera en que vive la gente, sus hábitos y su modo de pensar imponen obligaciones definidas a los ministros que quieren ayudarla; tienen que adaptarse a ella, ser pacientes y estar anuentes a aguantar muchas incomodidades sin quejarse al ayudar a estas personas a entrar en el camino de la vida. Los que sirven donde hay mayor necesidad de ayuda, así como los que piensan hacer esto, harían bien en tener presente este principio misional de 1 Corintios 9:19.

12. ¿Qué obligaciones tienen los que sirven en una de las casas Betel, oficinas o imprentas de la Sociedad?

12 Los que sirven en una de las oficinas de sucursal y casas Betel de la Sociedad, desde donde se envía literatura y revistas a las congregaciones, también se hallan bajo las obligaciones cristianas principales. Además, al haber solicitado y al haber aceptado el servicio en la casa Betel, tales individuos han asumido la obligación de cooperar con el entero arreglo de la casa, de ser seguros y confiables y de atender apropiadamente el trabajo asignado. Estas personas tienen la obligación de esforzarse por trabajo de mejor calidad y por producción aumentadora. El cuidado concienzudo del equipo y los materiales confiados a éstos es una obligación. Los que están asignados a atender la correspondencia tienen la obligación de ser diligentes, prestos y dar buen consejo que se base en la Biblia, y hacer esto con el deseo urgente de ayudar, mostrando amor, bondad y utilidad.

CAPACITÁNDOSE PARA ASUMIR LAS OBLIGACIONES DE SUPERINTENDENTE

13. (a) ¿Qué cualidades bíblicas necesita el superintendente? (b) ¿Qué principio bíblico aplica para determinar cuándo debe ser recomendado uno, y cómo puede uno prepararse para tal servicio?

13 Si uno es superintendente, o se está esforzando por el trabajo excelente de superintendente, es bueno que sepa exactamente qué cualidades se necesitan. En primer lugar, hay las cualidades bíblicas que se esbozan en 1 Timoteo 3:1-10 y Tito 1:1-9. Debe poseer los frutos del espíritu. (Gál. 5:22, 23) Debe ser un cristiano maduro, bien equilibrado, bien fundado en las Escrituras y en la verdad presente. Debe tener estas cualidades antes de ser nombrado como superintendente. “También, que éstos sean probados primero en cuanto a aptitud, entonces que sirvan como ministros, al estar libres de acusación.” (1 Tim. 3:10; Éxo. 18:21) También hay ciertas cualidades o habilidades naturales que se necesitan para atender las obligaciones, y éstas se pueden desarrollar con esfuerzo, estudio y entrenamiento. Sabiendo cuáles son éstas el que asume las obligaciones de superintendente puede saber cómo prepararse, y saber de qué manera debe esforzarse por progresar.

14, 15. (a) ¿Qué habilidades debe desarrollar especialmente un superintendente para que pueda atender apropiadamente su asignación? (b) ¿Por qué son tan importantes éstas?

14 Se puede colocar en la categoría de habilidades algunas de estas cualidades. Por ejemplo, el superintendente debe ser hábil en el arte de enseñar. (1 Tim. 3:2; 4:13, 16; 2 Tim. 2:2, 15, 24; 4:2; Tito 1:9) Debe poder enseñar doctrina sana de la Biblia, explicar claramente la profecía y dar consejo sobre el vivir según los principios bíblicos. Debe poder enseñar para que sus oyentes entiendan y estén llenos de un deseo de aplicar el conocimiento. El superintendente también debe ser diestro en enseñar a otros cómo enseñar, diestro en enseñar a sus auxiliares en sus deberes, diestro en planear las reuniones de instrucción para que se use una variedad de eficaces métodos de enseñanza, conferencias, discusiones, preguntas y respuestas, y demostraciones o escenas “en vivo.” Usando el libro Capacitados para ser ministros y observando los métodos de enseñanza que se usan en la literatura de la Sociedad y en las asambleas el superintendente tendrá muchas ideas que usar.

15 Necesita habilidad para comprender o entender las ideas en lo que lee y oye, discerniendo los puntos principales y su relación, para que los pueda explicar a otros. Necesita habilidad en hablar para que pueda formular sus ideas y expresarlas de manera clara y coherente. (Efe. 3:18-21) Otra habilidad es el arte de escuchar. Es muy importante que el superintendente aprenda a ser un buen oyente, a oír lo que realmente se esté diciendo, no simplemente lo que él piense que se está diciendo. Solo así puede ayudar verdaderamente a las personas que necesitan consejo espiritual. Solo siendo un buen oyente puede aplicar en realidad el consejo necesario que se le da. Debe aprender a recordar con exactitud las instrucciones orales. Necesita alguna habilidad para escribir, para poder formular apropiadamente preguntas a la Sociedad, y para hacer informes sobre ciertas situaciones. Debe aprender a escribir completa, clara y entendiblemente, evitando el ser ambiguo.

16. ¿Por qué conocimiento debe esforzarse el superintendente?

16 Otra categoría de cualidades se podría llamar conocimiento, conocimiento de enseñanzas bíblicas, profecía e historia bíblica, así como principios bíblicos. Sí, un entendimiento del entero conjunto de enseñanza que conocemos como “la verdad.” “Sigue reteniendo el modelo de sanas palabras que oíste de mí.” (2 Tim. 1:13) Luego hay el conocimiento de la organización de los testigos de Jehová, su historia y funcionamiento y su norma para operar. Además, hay el conocimiento de naturaleza especial, que tiene que ver con la congregación, de llevar registros, cuentas, y el conocimiento de las cosas prácticas que tienen que ver con el mantenimiento del Salón del Reino. Se puede aprender todo este conocimiento.

17. (a) ¿Qué hábitos debe formarse el superintendente? (b) ¿Cómo pueden afectar a otros sus hábitos?

17 Los hábitos también son un campo de cualidades en que el superintendente puede progresar. Querrá desarrollar hábitos útiles y edificantes. Es bueno examinarse uno mismo de vez en cuando. Los hábitos que no son edificantes deben romperse, porque los hábitos pueden convertirse en un modelo de pensar. Evite las asociaciones que echan a perder los hábitos útiles. (1 Cor. 15:33) Forme buenos hábitos de estudio, el hábito de asistir con regularidad a las reuniones y el de participar con regularidad en la predicación. Forme el hábito útil de comenzar a buena hora sus asignaciones, sea una corta conferencia estudiantil, asignación de reunión de servicio o conferencia de una hora. Los buenos hábitos del habla en la vida cotidiana, de indumentaria y de postura serán buenos para el superintendente, porque otros propenderán a imitarlo. Y lo mismo aplica a sus hábitos de comer, de beber y de esparcimiento; sea moderado en éstos.—1 Tim. 3:3; Tito 2:2.

18. ¿Qué actitud debe desarrollar el superintendente, y qué es especialmente importante?

18 Un cuarto campo de cualidades es la actitud. Esta debe ser positiva, una anuencia a hacer cuanto pueda con el máximo esfuerzo, y la actitud debe ser alegre. “Siempre regocíjense en el Señor. Una vez más diré: ¡Regocíjense!” (Fili. 4:4; 1 Tes. 5:16) Haga cuanto pueda para ser útil y considerado con otros. Esté anuente a admitir sus propios errores y aprender de ellos. Muestre respeto a la organización visible de Dios, coopere y esté presto a obedecer las instrucciones teocráticas y esté anuente a aceptar consejo.

19. (a) ¿Qué opinan algunos en cuanto a asumir obligaciones adicionales como superintendentes? (b) ¿Qué ayuda recibió Pablo que está disponible a todos los cristianos?

19 Al estar consciente de estos campos de cualidades naturales para llevar a cabo las obligaciones de un superintendente, uno puede entender mejor en qué trabajar para mejorar. Pero algunos no se sienten capacitados para asumir más responsabilidad de la que tienen al atender a sus familias y al predicar las buenas nuevas. Otros que han sido superintendentes han renunciado, no pudiendo llevar la carga de responsabilidad. Ahora bien, ¿a qué se debe? ¿Se debe a que las cargas son demasiado grandes? ¿Solo pocas personas muy capacitadas pueden llevarlas? ¿No escribió el apóstol Pablo: “Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder”? (Fili. 4:13) ¿Está limitada la mano de Jehová? De ninguna manera.

20, 21. (a) ¿Qué cosas pudieran ser la causa de que las cargas se hagan demasiado grandes para un superintendente? (b) ¿Qué principios bíblicos tiene que aprender para poder asumir estas obligaciones?

20 Los que creen que las cargas del trabajo seglar y de su familia son tan grandes que no tienen el vigor espiritual para aguantar más pueden crecer espiritualmente. También puede ser asunto de actitud. ¿Acepta uno de buena gana las cargas adicionales, con regocijo, o con resentimiento? Las cargas del puesto no serán demasiado grandes si uno mantiene su salud espiritual y es feliz. Jehová impartirá poder a tal superintendente. Pero el resentimiento socava la fuerza de uno, consumiéndola. Es posible que quien haya renunciado no se esforzó por progresar en las cualidades naturales que se necesitan, o falló en las cualidades espirituales. Es posible que el superintendente no aprendió a echar su inquietud sobre Jehová. “Humíllense, por lo tanto, bajo la poderosa mano de Dios . . . a la vez que echan sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por ustedes.” (1 Ped. 5:6, 7) ¿Ha aprendido usted a echar su inquietud sobre Jehová? Se requiere una anuencia a esperar en Jehová en vez de insistir en que las cosas salgan de la manera que uno quiere. Pero es el esperar uno en Jehová y el aguardar uno en él lo que da fuerza. (Isa. 40:31) La inquietud puede llegar a ser una carga si el superintendente es perfeccionista, exigiendo demasiado de otros así como de sí mismo. El superintendente puede desalentarse debido a creer que no tiene suficientes auxiliares capacitados, pero debe aprender a trabajar con los que tiene disponibles, ayudándolos a crecer, así como él ha sido ayudado.

21 Por supuesto, la presión pudiera provenir de inquietud a causa de otras cosas, del estar descontento con el trabajo seglar de uno, de inquietud a causa de cosas materiales, del desear cosas de este mundo que no son necesarias. “Dejen de inquietarse respecto a su alma en cuanto a qué comerán o qué beberán, o respecto a su cuerpo en cuanto a qué se pondrán.” (Mat. 6:25-33; 1 Tim. 6:1-10) Este es consejo muy sano de una persona que tenía muchas cargas que llevar. Y muy importante: “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo por oración y ruego junto con acción de gracias dense a conocer sus peticiones a Dios; y la paz de Dios que supera todo pensamiento guardará sus corazones y sus facultades mentales por medio de Cristo Jesús.” (Fili. 4:6, 7) Este es consejo vital para todo superintendente que desea tener éxito en su asignación, y debe aprenderlo bien.

22, 23. (a) ¿Cómo se hace uno disponible para las responsabilidades de un superintendente? (b) ¿Qué principios bíblicos le ayudarán a uno a tener éxito?

22 ¿Cómo se hace uno disponible para las responsabilidades de ser superintendente? No por medio de abrirse camino, lisonjeando a un superintendente o hablando de las propias cualidades superiores de uno para la asignación. Tampoco es por medio de tratar de crear apoyo entre otros en la congregación por medio de criticar a los siervos presentes como lo hizo Absalón. (2 Sam. 15:2-6) No, más bien, es por medio de primeramente llevar a cabo apropiadamente todas las obligaciones principales de los cristianos que se mencionan en el artículo anterior. Por medio de progresar en desarrollar los frutos del espíritu. Luego demostrando celo, diligencia y regularidad en apoyar todas las reuniones de congregación y la actividad en el servicio. Participar en el programa de entrenamiento, mostrando anuencia a ayudar a otros, y todas las cosas semejantes. Otros observan esto. Fue así que Timoteo se hizo disponible para responsabilidades adicionales. “Daban buenos informes acerca de él los hermanos.” (Hech. 16:2; 1 Tim. 4:12-16) También es vital el ser fiel en llevar a cabo cada obligación, prescindiendo de cuán pequeña o insignificante parezca ser. “La persona fiel en lo mínimo es fiel también en lo mucho.”—Luc. 16:10.

23 De modo que todos ustedes que pueden, esfuércense por las obligaciones adicionales, por el trabajo excelente de ser superintendente. Y ustedes, que son superintendentes, asuman sus obligaciones adicionales. “Pastoreen el rebaño de Dios bajo su custodia, no como obligados, sino de buena voluntad; tampoco por amor a ganancia falta de honradez, sino con verdaderas ganas; tampoco como enseñoreándose de los que son la herencia de Dios, sino haciéndose ejemplos del rebaño.”—1 Ped. 5:2, 3.

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