Un tamborilero llega a ser testigo feliz
● En la República Centroafricana un ministro de los testigos de Jehová pasaba con regularidad frente a la casa de un tamborilero. El sacerdote del tamborilero le había dicho a éste que no les hiciera caso a los testigos de Jehová.
Después de cierto tiempo, el tamborilero quedó reducido a pobreza extremada. Hasta perdió sus zapatos en un juego por dinero. Pero allí estaba este mismo Testigo que pasaba por su casa sonriendo y bien calzado. El tamborilero se puso a pensar seriamente. “¿Por qué es que yo, buen católico, solo tengo problemas, y este testigo de Jehová siempre está tan feliz?” Unos cuantos días después esperó al Testigo en el camino y le preguntó: “¿Por qué hay una diferencia tan grande entre nosotros?” El ministro alegremente explicó cómo los principios bíblicos lo protegen a uno. Ahora el tamborilero es un hombre cambiado, pues es testigo de Jehová. Ha limpiado su vida, ha legalizado su matrimonio y, ah, sí, anda con zapatos de nuevo.