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  • Los zapatos que uno se pone
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Los zapatos que uno se pone

¿QUÉ clase de zapato debo ponerme? ¿Son estos zapatos de mi número? ¿Cómo puedo saber si los zapatos están realmente bien hechos? Estas preguntas y muchas más tienen que contestarse cada vez que uno escoge y compra un par de zapatos.

Es importante contestar sabiamente estas preguntas, porque la compra de un nuevo par de zapatos puede tener un efecto profundo en la salud y felicidad general de uno. Zapatos que no le queden bien a uno pueden causar mucho dolor e incomodidad, y hasta resultar en dolores de cabeza, dolores de espalda y calambres en las piernas. En gran parte, males dolorosos de los pies como callos, dificultades que tengan que ver con las uñas, deformidades de los dedos y pies planos se pueden evitar por medio de seleccionar con cuidado los zapatos.

Es posible que uno camine más de 120.000 kilómetros en toda su vida. ¿Por qué no caminar esos kilómetros cómodamente?

No sacrifique la comodidad por la moda

¿Cómo, entonces, debe uno proceder al comprar zapatos? Por desgracia, muchos escogen los zapatos por la moda en vez de por la comodidad. Con la mayor frecuencia esta clase de compra resulta en considerable dolor. Además, el dueño probablemente deseche los zapatos, al no poder ya aguantar esta forma de tortura infligida a sí mismo en el interés de la moda.

En algunos casos se pueden producir serios problemas y deformidades de los pies si la moda es el principal factor al escoger los zapatos. Por ejemplo, hace algunos años la moda era de zapatos puntiagudos, y tocante a esto en el Plain Dealer de Cleveland se imprimió una carta bajo el encabezamiento “¿A qué precio la moda? Joven paga demasiado... pierde dos dedos de los pies.” La carta decía:

“Como la mayoría de las muchachas yo quería estar a la moda y compré los zapatos que todas estaban usando. Los zapatos puntiagudos y de tacones altos eran incómodos, pero creí que éste era el precio que había que pagar por estar a la moda. Imagínese lo horrorizada que quedé cuando fui a ver a un médico debido al dolor en los pies y me dijo que sería necesario amputarme dos dedos de los pies. Esto fue hace un año, y desde entonces me he enterado de que muchas otras muchachas han perdido uno o dos dedos de los pies.”

Por eso, al comprar zapatos, no sacrifique la comodidad por la moda. Escoja zapatos que sean apropiados al propósito con el cual se hayan de usar: andar, trabajar, descansar, ocasiones especiales o uso constante.

Esté seguro de que le queden bien

Uno puede comprar zapatos buenos y sin embargo sufrir de dolores en los pies si no ejerce cuidado para ver que le queden bien. Útil en este respecto es considerar la hora del día antes de comprar un par de zapatos. ¿Por qué? Porque si es muy temprano en la mañana, es posible que consiga unos zapatos que después no le queden bien. Dado que los pies tienden a hincharse algo a medida que el día adelanta, es prudente comprar zapatos en las últimas horas de la tarde.

A muchas personas les parece deseable el que se les midan los pies cuando compran zapatos nuevos. Entre otras cosas, los tamaños pueden variar en diferentes hechuras de zapatos. Algunos han descubierto, también, que es prudente estar de pie mientras les miden los pies. Puesto que es probable que un pie sea levemente más grande que el otro, pida que le midan ambos pies y escoja un número que le quede bien al pie más grande.

La porción del zapato correspondiente al talón debe ser ajustada, pero no apretada. También hay que considerar la altura y la forma del tacón, especialmente en los zapatos de mujer. Por lo general las mujeres sufren cuatro veces más de los pies que los hombres, en gran parte a causa de los zapatos de tacones altos. Mientras más alto sea el tacón, más se proyecta el cuerpo hacia adelante, y para mantener el equilibrio el cuerpo se inclina hacia atrás en las caderas. Esto no es natural y resulta en una variedad de problemas de las piernas y de la espalda si se usan tacones irrazonablemente altos durante un período de tiempo largo. Hablando generalmente, los tacones no deben medir más de cuatro centímetros de alto y deben producir una buena base ancha sobre la cual estar de pie.

La parte más ancha de su pie debe extenderse fácilmente de un lado al otro de la parte más ancha del zapato. Debe haber suficiente lugar para que los dedos de los pies se puedan extender, y el zapato debe ser un poco más grande que el dedo más largo. Si uno no puede menear los dedos a cierto grado, el zapato es demasiado pequeño. Cuando los zapatos son muy apretados o muy chicos, pueden hacer que los dedos de los pies retrocedan por fuerza a una posición de “V” invertida que se llama “dedo de martillo,” una deformidad común. El zapato debe ser cómodo cuando uno lo compre; es imprudente confiar en un procedimiento de “usarlos hasta que adquieran la forma” para asegurar comodidad.

Después de comprar un par de zapatos, uno puede probárselos de nuevo en casa, pero solo camine sobre una alfombra. Si a usted no le parece que le quedan bien, quizás pueda cambiarlos en la tienda.

Zapatos para niños

Debe tenerse cuidado especial al escoger zapatos para niños. Los zapatos que causan incomodidad son la causa más común de las dificultades que afligen los pies entre los niños y los adolescentes. A menudo el problema es que ellos siguen creciendo mientras todavía llevan los zapatos viejos. Tocante a esto The World Book Encyclopedia señala lo siguiente:

“En los niños de 2 a 6 años de edad, los números de los zapatos cambian cada 4 a 8 semanas. De 6 a 10 años, los números cambian cada 2 ó 3 meses. A los niños de 12 a 15 años se les debe examinar el número de sus zapatos cada 4 meses. A los niños de más de 15 años se les debe examinar el número de sus zapatos aproximadamente cada 6 meses hasta que sus pies estén plenamente desarrollados.”

Muchos padres que tienen hijos a los cuales los pies les crecen rápidamente mientras los zapatos viejos les duran descubren que en ese caso lo mejor es comprar zapatos de marca barata. Al comprarlos, tiente el interior de los zapatos y vea que no tengan orillas ásperas que puedan causar incomodidad.

Los pies de los niños están creciendo y necesitan atención cuidadosa para impedir deformidades más tarde. En los Estados Unidos la Asociación Médica Americana calcula que del 50 al 80 por ciento de los niños tienen algún defecto de los pies. De modo que es bueno dejar algún “margen para el crecimiento” al escoger zapatos para niños, posiblemente unos dos centímetros de espacio en la región de los dedos. Observe las señales de desgaste que se desarrollen consistentemente en un solo lugar, porque esto puede indicar que los zapatos son demasiado pequeños o no ajustan debidamente al pie y podrían producir anormalidades en los pies. Por lo general no es buena norma pasar zapatos de un niño a otro, porque los zapatos se amoldan a las características del pie del que los usa.

Especialmente cuando los zapatos son para adultos la calidad y la buena mano de obra son importantes, porque uno quiere que le duren. Examine cuidadosamente los zapatos que piensa comprar. Busque señales de hechura deficiente y descuidada. En la piel advierta, al comprar zapatos, si hay hilos sueltos, costuras con orillas ásperas y espesor excesivo, hoyitos ensanchados de aguja y restos visibles de sustancias adhesivas. También examine la puntada de la suela; si no es uniforme y está desviada, es señal de mano de obra deficiente.

¿Está forrado el zapato? Debe estarlo, por lo menos en la abertura superior, para impedir que se estire y haya fricción y para que absorba el sudor.

Los zapatos baratos no siempre son una ganga cuando se trata de durabilidad, apariencia y comodidad. En realidad los zapatos verdaderamente cómodos por lo general cuestan más. No juzgue la durabilidad por el simple espesor de las suelas exteriores. La durabilidad depende más de la calidad de la mano de obra y de la piel.

Cuidado de los zapatos

De importancia para la vida del zapato es el cuidado apropiado. No obstante, a menudo los zapatos son uno de los artículos más desatendidos del guardarropa de uno. Al comprar un nuevo par de zapatos, es bueno lubricarlos con un buen lustre antes de usarlos; esto protegerá el acabado.

Las primeras veces que usted use unos zapatos nuevos es bueno asegurarse de que las lengüetas y los cordones no se arruguen. Entonces es probable que permanezcan así mientras el zapato dure; pero si están torcidas al principio, es posible que permanezcan de ese modo.

Un calzador es una ayuda al ponerse uno los zapatos, y es bueno aflojar los cordones al quitárselos. Esto impide que se rompan las costuras y la parte trasera.

Si usted tiene más de un par de zapatos, usted puede alargar considerablemente la duración de ellos poniéndose un par un día y el otro par el día siguiente. La ventilación que reciben mientras no se usan ayuda a impedir que el sudor pudra la piel. En cuanto a los zapatos que no se usan, a muchas personas les parece provechoso ponerles una horma. Esto impide que se encrespen y se arruguen. Sin embargo, la horma que se use no debe cortar la circulación libre del aire y así impedir que el zapato reciba ventilación apropiada.

De vez en cuando los zapatos deben recibir una limpieza. Lávelos con un trapo, esponja o cepillo húmedo, preferiblemente usando jabón para piel. Esto remueve la materia extraña incrustada y permite que el lustre o betún penetre más libremente. No pase por alto la orilla de la suela y del tacón mientras limpia. El frotarlos vigorosamente con un trapo calienta la piel, haciéndola más receptiva al betún.

Aplique una cantidad moderada de betún y haga que éste penetre bien con un aplicador. Una borla de polvera efectúa un trabajo excelente como aplicador y a menudo puede mantenerse dentro de una lata de betún. Frote vigorosamente el zapato con un trapo de sacar brillo. Esto introduce el betún en la piel, produciendo un acabado seco y duro. Repita este procedimiento tan a menudo como sea necesario, posiblemente una vez a la semana si los zapatos se usan constantemente.

No desatienda el reemplazar los tacones y las suelas según se necesite. Además de dar aspecto de desaseo, los tacones desgastados y los zapatos que han perdido su forma imponen tensión a los pies.

Los zapatos que uno se pone definitivamente tienen un gran efecto en la salud y el disfrute de la vida. Por lo tanto, uno es prudente si escoge cuidadosamente sus zapatos, evitando los excesos de la moda, teniendo presente la comodidad, durabilidad y una apariencia agradable.

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